Gustavo Petro propone a los grupos criminales un cese total del fuego en Colombia

Gustavo Petro dio un paso m¨¢s, y uno particularmente arriesgado, en su proyecto de llevar la paz total a Colombia. Este jueves anunci¨® que en los pr¨®ximos d¨ªas se iniciar¨¢ un cese al fuego multilateral entre el Estado colombiano y todas las organizaciones dispuestas a dialogar para buscar acuerdos con el Estado. Esto significar¨ªa una reducci¨®n inmediata en la violencia, por lo menos con esas organizaciones, pero tambi¨¦n un reto enorme en t¨¦rminos pr¨¢cticos, pues los ceses requieren mecanismos de verificaci¨®n para rastrear cualquier hecho de violencia, y as¨ª saber si una de las partes viol¨® el acuerdo.

¡°En cuesti¨®n de d¨ªas se va a plantear un tema p¨²blico: la posibilidad de un cese multilateral del fuego que ser¨ªa el inicio del fin de la violencia, con todos los que se adhieran a esa posibilidad¡± dijo el presidente en la sede de la misi¨®n de Colombia ante las Naciones Unidas, frente al Central Park de Nueva York, minutos antes de emprender su viaje de regreso a Bogot¨¢ tras haber dado un sonoro discurso en la Asamblea General de esa organizaci¨®n. ¡°Involucrar¨¢ a todos los que deseen un proceso de negociaci¨®n con la justicia en Colombia para desmantelar organizaciones criminales. Lo que les proponemos es cesar hostilidades, muerte, cesar el fuego. Dado que es una pluralidad de organizaciones, eso se llama cese del fuego multilateral¡±, aclar¨®.

Tambi¨¦n se refiri¨® a lo que ocurrir¨¢ con las Fuerzas Armadas cuando opere el cese ¡°el Ej¨¦rcito va a funcionar, llegando a los territorios que no ha podido llegar antes porque est¨¢n las organizaciones controlando el territorio¡±, respondi¨® a una pregunta. Esa respuesta est¨¢ en l¨ªnea con lo que explic¨® el ministro de Defensa, Iv¨¢n Vel¨¢squez, en entrevista a EL PA?S: ¡°Algunos interpretan que ahora el Ej¨¦rcito est¨¢ inhibido para actuar, pero ese no es ni siquiera un pensamiento¡±, explic¨®.

El mi¨¦rcoles, en conversaci¨®n con EL PA?S, el presidente habl¨® de a su pol¨ªtica de paz total. Dijo que la dial¨¦ctica, el di¨¢logo, era un buen acercamiento a las realidades. ¡°Todas esas organizaciones con nombres que ya no alcanzan, un laberinto, han mandado cartas al Gobierno pidiendo abrir conversaciones. Su camino es negociar con la justicia unos beneficios jur¨ªdicos para que dejen su actividad¡±, revel¨®. Se trata de una propuesta sumamente ambiciosa. El senador Iv¨¢n Cepeda, muy cercano al Gobierno y uno de los impulsores de la pol¨ªtica de paz total, ha aceptado que el desaf¨ªo es de marca mayor. ¡°Vamos a jug¨¢rnosla toda¡± le ha dicho a EL PA?S, explicando que la intenci¨®n es lograr dar un cierre final al conflicto en oposici¨®n a los procesos anteriores, en los que se han firmado acuerdos con algunos actores armados, pero no con todos. El centro de estudios Indepaz ha dicho que los grupos que buscan sumarse al proceso son por lo menos 22, entre guerrillas, grupos rearmados de las antiguas FARC y bandas originadas en el narcotr¨¢fico.

El cese propuesto presenta grandes retos, que se suman a los que ya trae la propuesta misma. En la negociaci¨®n del Gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC, fue uno de los puntos que m¨¢s tard¨® en negociarse, pues la mayor parte de las conversaciones se dieron con el conflicto andando. Se hizo as¨ª bajo el entendido de que la confianza entre las partes se lograba paso a paso, acuerdo a acuerdo- Esa confianza era requisito para que cualquier acusaci¨®n de incumplimiento de un cese pudiera ser estudiada de forma conjunta y con el peso de saber que, de romperse el di¨¢logo, se perder¨ªan grandes avances. Hacerlo al inicio de las conversaciones, y con decenas de actores, aumenta el riesgo de que haya hechos violentos que hagan m¨¢s dif¨ªcil avanzar en los acuerdos.

La manera en la que se definan los mecanismos de verificaci¨®n del cese, los espacios para se?alar incumplimientos o los responsables de indagar en esos hechos, pueden definir si la paz total despega. En el caso de las FARC, una misi¨®n de las Naciones Unidas monitore¨® y verific¨® todo el proceso, que incluy¨® la concentraci¨®n de los combatientes de esa guerrilla en zonas claramente delimitadas, y protegidas por los mismos militares que ven¨ªan de combatir, como forma de evitar que interesados en torpedear el proceso los atacaran y dieran al traste con la confianza.

Adem¨¢s, que el Gobierno reitere la existencia de una pol¨ªtica unificada para el tratamiento de actores armados diversos puede volver reavivar la pol¨¦mica que se despert¨® en d¨ªas pasados, cuando se revelaron encuentros del comisionado de paz, Danilo Rueda, con cabecillas de una de las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC. Los dos jefes negociadores del Gobierno Santos con las FARC, el hoy senador Humberto de la Calle y el excomisionado de paz Sergio Jaramillo, criticaron p¨²blicamente esa medida, y tambi¨¦n la posibilidad de que se entendiera que, con la paz total, bandas criminales adquieran estatus pol¨ªtico. Ya antes el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), la ¨²nica guerrilla hist¨®rica que sigue activa, se quej¨® justamente por ello, al sentirse equiparada a las mafias criminales: ¡°Bajo el ideal y el slogan de la ¡®paz total¡¯ se habla ahora de ¡®agrupaciones ilegales¡¯, incluyendo en ese manto al ELN , buscando igualarle en esa tabla a otras expresiones caracterizadas por rasgos diametralmente opuestos a la insurgencia¡± escribi¨® en un comunicado p¨²blico.

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