El valor de la concertaci¨®n
Con los acuerdos que ha logrado el Gobierno con otros sectores podr¨ªa desactivarse poco a poco la tendencia de mirar como enemigo al diferente
Una imagen valiosa para la democracia colombiana: la que protagonizaron el Gobierno, los gremios y los sindicatos al anunciar que hubo concertaci¨®n para el salario m¨ªnimo. No es la primera vez que se logra, pero s¨ª fue una ocasi¨®n con un significado distinto. Con un presidente de izquierda que nombr¨® a una ministra de trabajo del Partido Comunista, pocos apostaban por un acuerdo sencillo con los representantes de la empresa privada. Pero ah¨ª estaban todos en la foto, mostrando que se puede hablar, se puede concertar y se puede avanzar m¨¢s all¨¢ de las ideolog¨ªas.
Una estrategia novedosa de los empresarios al no presentar una cifra a la mesa de concertaci¨®n gener¨® desconfianza inicial en los sindicatos y en no pocos analistas, quienes consideraban que buscaban empujar al presidente a sacar el incremento del salario m¨ªnimo por decreto. La tradici¨®n marcaba un tire y afloje entre la cifra, siempre m¨¢s alta de los sindicatos, y la cifra, siempre m¨¢s baja, de los empresarios, sin acuerdo en muchas ocasiones y todo terminaba con decreto presidencial.
Esta vez al 20 por ciento solicitado por los representantes de los trabajadores no se respondi¨® con ninguna oferta. Y, a pesar de eso, tal vez gracias a eso, el acuerdo se logr¨®. Fue clave el liderazgo ponderado de la ministra Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, como bien lo relat¨® El Pa¨ªs en ¡°La historia oculta de c¨®mo Colombia logr¨® el acuerdo para el salario m¨ªnimo¡±.
Los sindicatos, es claro, ten¨ªan una disposici¨®n total al acuerdo, dado que buena parte de los l¨ªderes de las organizaciones que se sentaron a la mesa apoyaron al hoy presidente Gustavo Petro en la campa?a. Al sentir que forman parte del Gobierno, no ten¨ªan inter¨¦s en ponerlo en una situaci¨®n complicada. Y esto va m¨¢s all¨¢ de la concertaci¨®n del salario m¨ªnimo: que muchas organizaciones sociales tengan la percepci¨®n de que son parte hoy del poder, que est¨¢n sentados tambi¨¦n en esa orilla, ayuda a desactivar prevenciones que han sido obst¨¢culo en la relaci¨®n siempre compleja entre el Estado y las organizaciones que tramitan reclamos de los ciudadanos. El estallido social que se vivi¨® en el a?o 2021 fue el punto de tensi¨®n m¨¢s alto, pero no el ¨²nico que se ha presentado en esa relaci¨®n que suele ser dif¨ªcil.
Es valiosa tambi¨¦n la actitud abierta de los empresarios quienes, contrario a lo que pasa con los sindicatos, parecieran estar en una orilla distinta a la de un Gobierno de izquierda. Es bueno que el pa¨ªs reconozca y valore en toda su dimensi¨®n, m¨¢s all¨¢ del incremento del salario, lo que esa capacidad de concertaci¨®n de todos los actores significa como avance democr¨¢tico. En Colombia, por cuenta del conflicto, ha sido dif¨ªcil entender que en una democracia hay distintas propuestas pol¨ªticas que tienen el derecho de existir. La guerra ha satanizado a la izquierda y muchos ven como aliado de la guerrilla a todo el que plantea una reivindicaci¨®n social, mientras otros tildan de promotor de los paramilitares a todo el que habla de seguridad y defensa de la propiedad privada. Por eso que sindicatos que apoyaron a un candidato de izquierda logren concertar con los empresarios a quienes muchos ubican a la derecha, con la mediaci¨®n de la ministra comunista, es un logro.
Hay muchas decisiones y propuestas del Gobierno de Petro que se pueden y se deben debatir. Es necesario estar muy vigilantes porque, como en todas las administraciones hay y habr¨¢ errores y excesos graves. Sin embargo, si algo se le puede reconocer hasta el momento a este Gobierno que tiene un presidente de izquierda y un gabinete muy diverso, son esas im¨¢genes de di¨¢logos que parec¨ªan imposibles: los encuentros de Gustavo Petro con ?lvaro Uribe, el acuerdo con Fedeg¨¢n, esta concertaci¨®n del salario m¨ªnimo. Son mensajes positivos a una sociedad que sigue muy dividida y llena de desconfianza frente a los otros, a los que piensan distinto.
Si el Gobierno se mantiene en la senda democr¨¢tica y pragm¨¢tica, si respeta las instituciones, si logra acuerdos sobre m¨ªnimos que convoquen a muchos, seguramente puede comenzar a girar un c¨ªrculo virtuoso en el cual vaya ganando el inter¨¦s de pa¨ªs por encima de los fundamentalismos ideol¨®gicos. De pronto se desactiva poco a poco la tendencia, que nos ha heredado la guerra, a mirar como enemigo al diferente. No s¨¦ si se logre o simplemente pienso con el deseo porque el esp¨ªritu navide?o invita a tener esperanza, pero apuesto por ella al ver esa fotograf¨ªa de personas tan distintas concertando un salario m¨ªnimo, que sigue siendo bajo para lo que necesitan las familias, pero nos muestra una luz al final de un t¨²nel.
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