A la conquista del paladar del ¡®influencer¡¯ Tulio Zuloaga
Due?os de restaurantes de Colombia buscan la bendici¨®n del creador de contenidos para alcanzar el ¨¦xito
Camilo Sierra y Alex Monta?o est¨¢n nerviosos: Tulio Zuloaga est¨¢ de visita en Sr. Chicharr¨®n, el restaurante que tienen en la Zona T de Bogot¨¢. Es el mayor influencer de comida en Colombia, con recomendaciones que se vuelven virales y catapultan locales gastron¨®micos al ¨¦xito. Por ello, Camilo y Alex tienen hace a?os la ilusi¨®n de conquistar su paladar. Y, claro, el de las m¨¢s de cinco millones de personas que siguen a Zuloaga en redes sociales. Sr. Chicharr¨®n, que est¨¢ casi vac¨ªo, depende de ello.
Tulio comienza a grabar por las dudas, en caso de que la comida llegue a gustarle lo suficiente como para publicar una recomendaci¨®n. Empieza por la cocina, donde se fascina con el aceite hirviendo que revienta la piel de unos chicharrones. Despu¨¦s, en el sal¨®n, elogia las jugosas y enormes costillas de cerdo que tiene enfrente, ya listas para comer. ¡°Carnuditas, brillantes. ?Dios! No s¨¦ c¨®mo voy a hacer, me voy a dar un banquete¡±, exclama antes de morder la carne. La felicidad parece genuina.
El invitado recibe el tratamiento de una estrella. Lo es, despu¨¦s de muchos a?os en los que ¨¦l tambi¨¦n busc¨® su propio ¨¦xito. Nacido en Barranquilla hace 51 a?os, fue actor, cantante, colaborador de peri¨®dicos, vendedor de autos y empresario. Alg¨²n admirador lo recuerda de aquellas ¨¦pocas. No obstante, la mayor¨ªa de las personas que se acerca a pedirle fotos lo conoce por las redes sociales. Est¨¢ acostumbrado, en especial desde la pandemia de la covid-19. La idea de compartir recetas diarias durante el confinamiento fue la clave del ¨¦xito.
Los due?os de Sr. Chicharr¨®n, emprendedores treinta?eros, son socios desde hace tres a?os. Alex, desplazado a Bogot¨¢ por la violencia en su natal Nari?o, trabajaba desde la adolescencia en el restaurante de un t¨ªo. Camilo, que era su amigo en la universidad, le pidi¨® ayuda en 2018 cuando se qued¨® sin trabajo. Alex lo incorpor¨® a un nuevo emprendimiento en Suba, al norte de Bogot¨¢, y eventualmente lo acept¨® como socio. La promesa de Camilo fue que le traer¨ªa a Tulio y que juntos lo iban a conquistar.
Ambos saben que la efusividad del invitado durante la grabaci¨®n no garantiza nada. Son muchas las ocasiones en las que la ansiada rese?a no llega. Camilo y Alex ya lo vivieron el a?o pasado, cuando Tulio los visit¨® en el restaurante en Suba. No qued¨® satisfecho y descart¨® los videos: las costillas estaban duras.
Hay mucho en juego para Camilo. Esa ma?ana enga?¨® a Alex: le dijo que volviera de urgencia de un viaje al suroccidente del pa¨ªs porque el influencer estaba en camino, pese a que no hab¨ªa certezas de ello. Tulio solamente estaba de visita en Bogot¨¢ por una sesi¨®n de fotos para un nuevo libro de cocina internacional y le hab¨ªa pedido a Camilo que le contara de su nuevo restaurante. El emprendedor, inmerso en la ilusi¨®n, fue quien interpret¨® eso como una certeza de que una nueva oportunidad hab¨ªa llegado.
Sr. Chicharr¨®n estaba contemplado en los planes de Tulio como una de las posibles visitas en el tiempo que sobrara, pero no hab¨ªa sido elegido finalmente para esa noche. El influencer hab¨ªa realizado esa tarde una reserva espont¨¢nea en otro local. Y luego la hab¨ªa cancelado por casualidad: se demor¨® demasiado en una entrevista con este peri¨®dico y no llegar¨ªa antes de la hora de cierre. Por eso apareci¨® en el restaurante de la Zona T, que lo esperaba casi vac¨ªo tras meses de dificultades econ¨®micas.
El veredicto
El creador de contenidos digitales sabe disimular cuando llega la hora del veredicto. ¡°Qu¨¦ buen chicharr¨®n¡±, comentar¨¢ Tulio sin tanta efusividad en caso de no quedar satisfecho con la selecci¨®n de Alex y Camilo. Para ¨¦l, rechazar los platos de manera expl¨ªcita no es una opci¨®n. Elige simplemente limitar sus palabras y bajar el entusiasmo cuando no est¨¢ convencido.
Sin embargo, la degustaci¨®n de esta vez no deja lugar a dudas: menos tiempo en las brasas ha tenido ¨¦xito. Tulio les notifica a sus anfitriones que se ganaron 60 publicaciones, que incluir¨¢ al chicharr¨®n en su lista de comidas favoritas y que las costillas ahora s¨ª est¨¢n ahumadas. ¡°?Est¨¢n preparados para el desastre?¡±, les dice en referencia a las filas de clientes que surgir¨¢n.
Ambos se abrazan y dicen que casi lloran cuando ¨¦l se va. Saben que el pron¨®stico se har¨¢ realidad y no se equivocan. La publicaci¨®n del influencer sale al d¨ªa siguiente, un viernes, con el efecto inmediato de disparar el n¨²mero de comensales. El s¨¢bado ya no queda carne y el restaurante se ve forzado a encontrar un nuevo proveedor de urgencia.
El responsable del ¨¦xito se convierte en un asesor. Ha tenido malas experiencias con emprendimientos que se arruinaron con el aumento en la demanda y ahora est¨¢ m¨¢s atento a que se mantenga la calidad con una oferta limitada. Les advierte a Camilo y a Alex de que el mayor riesgo es la ambici¨®n: ¡°No vendan un chicharr¨®n m¨¢s que el que pueden vender. No hay mejor publicidad que cuando algo se agota¡±. Lo esencial, seg¨²n ¨¦l, es que los clientes repliquen las recomendaciones y hagan sustentable el empuj¨®n inicial.
La persistencia de Camilo ha sido clave. El emprendedor no se cans¨® de escribirle a Tulio durante meses para que volviera a visitarlos, pese a las burlas de sus amigos. Tanto ¨¦l como Alex afirman que fue importante no resentirse con Tulio tras la visita anterior y, en vez, incorporar sus consejos. Alex reconoce que ten¨ªa que mejorar. ¡°Fui consciente de los errores que tuve, sent¨ª que ahora ten¨ªamos que reivindicarnos¡±, dice. Algo similar opina su socio: ¡°Una persona, cuando le cierran una puerta, nunca se suele culpar a s¨ª misma. Uno tiene que ser consciente de las fallas para tener otra oportunidad¡±.
Algunos seguidores han criticado a Tulio por compartir solamente buenas experiencias. ?l responde que no le gusta el rol de ¡°cr¨ªtico gastron¨®mico¡± y que los colombianos no est¨¢n preparados para evaluaciones tan directas. No quiere da?ar a quienes se ilusionan con conquistarlo: ¡°Crec¨ª entre fogones y cocinas que no eran tan buenos. Hay sue?os y esperanza en cada emprendedor. Lo que a m¨ª me fascina no tiene por qu¨¦ fascinar al resto¡±.
Otra acusaci¨®n frecuente es que los restaurantes le pagan por publicidad encubierta. Tulio lo entiende. Ni siquiera su familia le cree que prolongue sus viajes para visitar restaurantes sin ning¨²n beneficio directo. No obstante, asegura que visibilizar emprendimientos es su aporte social: ¡°Mucha gente tiene cosas buenas, pero no tiene c¨®mo mostrarlas. Yo ayudo con eso¡±. Los ingresos, seg¨²n ¨¦l, vienen de conferencias, libros y concursos como el Burger Master, una competencia de restaurantes que el a?o pasado vendi¨® m¨¢s de 200 millones de hamburguesas en 20 ciudades de Colombia.
En la plaza de mercado de La Perseverancia
La ambici¨®n de conquistar a Tulio no es exclusiva de restaurantes en zonas adineradas. Existe tambi¨¦n en la plaza de mercado de La Perseverancia, un barrio popular y c¨¦ntrico de la capital. El influencer le tiene especial afecto: ¡°Es una vaina muy bonita. Oyes el ruido de una picadora, sientes el aroma de los pl¨¢tanos verdes, los chicharrones, y el chocolate¡±. All¨ª, los comerciantes lo reconocen por un video de 2020 que cada tanto recircula y llena el lugar de clientes.
Mar¨ªa Yanila Mena, una de las beneficiadas, es una de las primeras en captar la atenci¨®n de Tulio en una ma?ana de febrero. ¡°Buenos d¨ªas, mi amor lindo¡±, exclama mientras corre a abrazarlo. ¡°Vivo muy agradecida, ha movido mucho mi restaurante¡±, explica despu¨¦s. Los clientes todav¨ªa le piden dos platos que recomend¨® Tulio: la sierra en salsa y el ¡°rompe colch¨®n¡±, un sancocho que supuestamente es afrodis¨ªaco.
La bienvenida es distinta en otro emprendimiento a unos metros. La efusividad se convierte en una cordialidad mesurada. Keyla Cristina Barboza expresa de otras maneras la determinaci¨®n de conquistar a Tulio. ¡°No te veo grabar¡±, le recrimina cuando le trae unos huesos de marrano (cerdo). Insiste y ¨¦l acepta hacer un video, sin quejarse. Ella, que es empleada, tiene un fuerte sentido de pertenencia con el puesto y afirma que una recomendaci¨®n la ayudar¨ªa: ¡°Es mi trabajo, dependo de esto. Si al local le va bien, a m¨ª tambi¨¦n¡±.
El influencer est¨¢ habituado a las actitudes de los emprendedores. Atribuye la diferencia en calidez a que Mar¨ªa ya ha salido beneficiada con sus videos. ¡°Cuando la persona siente el impacto, es muy agradecida. A uno le da pena cuando siente que debe un favor¡±, explica. Adem¨¢s, es consciente de que muchos no se acercan a ¨¦l por afecto, sino porque lo ven como un medio para conseguir publicidad. Pero no le molesta. Est¨¢ acostumbrado a que lo paren constantemente con invitaciones. ¡°No me incomoda. Entiendo cu¨¢l es la necesidad de la gente¡±, asegura.
Los huesos de marrano no alcanzan el ¨¦xito. ¡°Tienen buen sabor, pero est¨¢n duros y son dif¨ªciles de comer¡±, sentencia Tulio sin que Keyla lo escuche. ?l sigue su camino, mientras la empleada comienza a sacar sus conclusiones. ¡°Me desanim¨¦. Me di cuenta de que no llen¨® sus expectativas¡±, reconoce ella despu¨¦s. Sin embargo, no est¨¢ enfadada. Es consciente de que toca mejorar.
La dificultad de una etiqueta
El hombre que llena los restaurantes colombianos con sus recomendaciones no tiene una respuesta cuando se le pregunta cómo se define a sí mismo. Dice que es “un maestro del fracaso” porque tuvo muchos oficios y en ninguno alcanzó el éxito que tiene ahora. Las redes le han permitido transmitir a sus seguidores una sensación de cercanía, clave de su popularidad. “Es humilde, es costeño como yo”, dice un guarda de seguridad antes de pedirle una foto.
El anfitrión de Sr. Chicharrón, en contraste, no tiene dudas de cómo definir a su invitado estrella. Es evidente que Camilo Sierra ha estudiado las conferencias y entrevistas de Tulio. “Le dicen el poeta de la gastronomía. Es un contador de historias, de experiencias gastronómicas”, cuenta de manera asertiva. Y Tulio, que conoce por igual a su interlocutor, tampoco duda: “Nunca he visto un man tan insistente. Eres muy curioso, te va a ir muy bien”.
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