?Qui¨¦n es el matador y qui¨¦n es el toro?
Corre el rumor de que el Gobierno est¨¢ profundamente jugado en la pol¨ªtica del regateo y la mermelada y est¨¢ utilizando como capote en esta corrida de toros a los nombramientos en puestos p¨²blicos
La reforma a la salud del Gobierno Petro fue aprobada, en el primero de cuatro debates, por parte de la Comisi¨®n S¨¦ptima de la C¨¢mara de Representantes. Es un resultado desconcertante para la mayor¨ªa de los observadores pol¨ªticos del Congreso y un sinn¨²mero de exministros del ramo y t¨¦cnicos en el tema de salud.
Recordemos que algunos partidos pol¨ªticos clave, como el Liberal, el Conservador y La U han expresado profundas objeciones a esta iniciativa y declararon que no la apoyar¨ªan. Sin embargo, como en una pel¨ªcula de suspenso, sigue avanzando y ahora va para la plenaria de la C¨¢mara.
Despu¨¦s del impasse del rechazo de los partidos y la confrontaci¨®n de la entonces ministra Carolina Corcho con sus colegas exministros, uno de los cuales estaba en el gabinete, la situaci¨®n pas¨® de casta?o a oscuro y el presidente Petro se vio inclinado o forzado reorganizar su gabinete y nombrar nuevos ministros de Interior, Hacienda y, finalmente, Salud.
Aparentemente, la cara del santo hizo el milagro, pues la reforma sobrepas¨® su primera meta volante. No obstante, la pregunta permanece: ?Era un problema de personas o de principios? ?Lo ¨²nico que se necesitaba para sacar adelante el proyecto de ley era reemplazar a una ministra de salud ideol¨®gicamente radical, como la se?ora Corcho, por uno con actitud flexible de negociador, como el actual ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, dispuesto a encontrar puntos en com¨²n?
Algo similar ocurri¨® con el ministro del Interior Luis Fernando Velasco. Es una figura disidente clave del partido Liberal, que promueve una especie de golpe de Estado contra el presidente del partido, C¨¦sar Gaviria. Los nuevos ministros Velasco y Jaramillo han sido efectivos para atraer a suficientes representantes en la Comisi¨®n S¨¦ptima de C¨¢mara. Punto. ?Fin de la historia?
Podr¨ªa haber otra interpretaci¨®n. Corre el rumor de que el Gobierno est¨¢ profundamente jugado en la pol¨ªtica del regateo y la mermelada y est¨¢ utilizando como capote en esta corrida de toros a los nombramientos en puestos p¨²blicos, los proyectos regionales de inversi¨®n y el presupuesto p¨²blico para premiar a los partidarios de sus reformas. Si as¨ª fuera, estar¨ªamos asistiendo a una faena, un cara a cara entre toro y matador, en la que al final el Congreso puede pagar muy cara la destreza del Presidente-matador.
?O puede ser al rev¨¦s? Es decir, el Congreso decidi¨® que el Gobierno es como un toro, que est¨¢ dispuesto a atacar y embestir bajo el sol de la tarde, haciendo cualquier cosa que le pida el matador, con el objeto de que se aprueben sus reformas. Al fin y al cabo, los congresistas saben que, como sucedi¨® en el quinto debate de la Reforma Pol¨ªtica, algunas de esas iniciativas se hundir¨¢n, ya sea en plenarias o en la Corte Constitucional. Mientras tanto, se habr¨ªan beneficiado de la generosidad gubernamental y habr¨¢n dado al p¨²blico una memorable tarde de toros.
La corrida se puede prolongar. No sorprender¨ªa que el mensaje de los colegas de la plenaria de C¨¢mara a sus compa?eros de la Comisi¨®n S¨¦ptima hubiera sido: no se queden con todo, dejen pasar para la reforma para discutirla y sacarle jugo, pues aparentemente el gobierno est¨¢ generoso y a esta tarde en la Santamar¨ªa le caben m¨¢s toros.
Cabe entonces la pregunta ?Qui¨¦n es el matador y qui¨¦n es el toro? No lo sabemos. Tanto el Gobierno como el Congreso sienten que cada uno es el matador y el otro es el toro.
Este es un juego de largo aliento, que no termina con la aprobaci¨®n en el Congreso, ya que la reforma ha sido acusada de graves fallas de procedimiento: 1) no haber acumulado varias propuestas de reforma que se han presentado; 2) presentar el proyecto de ley como ordinario a la Comisi¨®n S¨¦ptima en lugar de ¡°estatutario¡±, que debi¨® haber iniciado tr¨¢mite en la Comisi¨®n Primera, constitucional, dado que un fallo de la Corte Constitucional estableci¨® a la salud como derecho fundamental (sentencia T-760 de 2008); 3) el Gobierno ha sido contradictorio con respecto al impacto fiscal de esta reforma, con el ministro de Salud diciendo que es casi neutral, mientras que un documento oficial del Ministerio de Hacienda estim¨® que podr¨ªa costar la bicoca de 0.5% del PIB al a?o de forma permanente; 4) el proyecto de ley considera otorgar al presidente Petro facultades transitorias para profundizar la reforma de salud, sin pasar nuevamente por el Congreso, que requer¨ªan mayor¨ªa calificada, cosa que no ocurri¨® en la votaci¨®n.
Los abogados constitucionalistas han advertido que, de convertirse en ley, este proyecto podr¨ªa ser suspendido por la Corte Constitucional, inaugurando un procedimiento anunciado al principio del a?o.
En el frente pol¨ªtico, no se sabe c¨®mo actuar¨¢n en los siguientes tres debates los congresistas liberales y la U frente. ?Mantendr¨¢n la desobediencia civil de sus colegas de la Comisi¨®n S¨¦ptima de C¨¢mara? Por su parte, el directorio del Partido Conservador ha dicho que llamar¨¢n a rendir cuentas a quienes la voten positivamente.
En la plenaria de C¨¢mara es posible que pase por cuenta del menudeo al que ha estado sometida la negociaci¨®n. Pero se augura que en el Senado la cosas sean distintas. El recorrido es largo y se han cometido transgresiones a la Ley 5?. Conocedores del Congreso dicen: ¡°No creo que pase¡±. El descontento en la industria de salud, los expertos y hasta los sindicatos mantendr¨¢n vivo el suspenso. Para dar un ejemplo, en Cali los sindicatos de la salud hicieron una marcha contra la reforma.
Muchas cosas est¨¢n en juego con esta cr¨ªtica y criticada iniciativa del Gobierno Petro. La m¨¢s importante es el futuro de la salud, las condiciones de trabajo y remuneraci¨®n de sus profesionales, sus instituciones prestadoras y de aseguramiento, la calidad de los servicios y la cobertura.
?Qui¨¦n quedar¨ªa a cargo de administrar buena parte de los 80 billones de pesos que vale al a?o el sistema de salud? El director de la ADRES ser¨ªa el cargo m¨¢s buscado del sector p¨²blico. Las ramificaciones econ¨®micas, sociales, pol¨ªticas y regionales de sus decisiones lo har¨¢n m¨¢s importante que el jefe de gabinete de la Casa de Nari?o. Eso es m¨¢s poder del que una persona decente quiere tener, y del que una persona indecente debe tener.
Poder, plata, servicios y econom¨ªa. Qu¨¦ gran tentaci¨®n debe ser para los congresistas saber que si votan a favor y aprueban esta mala reforma de salud, traer¨¢n cerca suyo semejante poder. Claro, est¨¢, correr¨¢n el riesgo de descarrilar un sistema de salud que funciona. O que un partido distinto al suyo se quede con la ADRES. El Pacto Hist¨®rico, por ejemplo. Una estocada final al Congreso.
Oscar Wilde dec¨ªa que pod¨ªa resistir cualquier cosa, salvo la tentaci¨®n. Esperemos que nuestros congresistas tengan m¨¢s presencia de ¨¢nimo que el Sr. Wilde. Y que si al final de la tarde resultan siendo el matador y no el toro, terminen con una estocada magn¨ªfica, dos orejas y vuelta al ruedo. No ser¨¢ necesario que les den el rabo.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.