El ¡®yo no s¨¦ qu¨¦' de ?frica

En el aeropuerto de Nairobi, en Kenia, al lado de la caseta de control, por donde deben pasar todos los turistas y visitantes al pa¨ªs, se lee un aviso con letras muy grandes: ¡°THIS IS A CORRUPTION FREE ZONE¡± (¡±Esta es una zona libre de corrupci¨®n¡±). El mismo aviso est¨¢ en la Universidad de Nairobi.

?frica puede estar a¨²n por detr¨¢s de Am¨¦rica Latina en muchos indicadores, pero mientras la mayor¨ªa de nuestros pa¨ªses se hallan en la ¡°trampa de ingreso medio¡±, sin saber bien c¨®mo aumentar su ingreso por habitante, encerrados en la franja de 6 a 12 mil d¨®lares por persona, muchos pa¨ªses africanos ascender¨¢n a esa franja en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas, lo cual anticipa una fase de r¨¢pido crecimiento.

A su favor tienen la riqueza mineral, el tama?o descomunal del continente y el inmenso dividendo demogr¨¢fico de familias que a¨²n quieren tener hijos, con una gran poblaci¨®n joven. No sorprende que est¨¦n siendo cortejados por chinos, estadounidenses, europeos y rusos. Nada similar se ve frente a Am¨¦rica Latina.

?frica tiene 54 pa¨ªses, cubre 30 millones de kil¨®metros cuadrados, es el segundo continente m¨¢s poblado con alrededor del 12% de la poblaci¨®n mundial, posee dos terceras partes de la tierra cultivable del mundo, una d¨¦cima parte de las fuentes renovables de agua dulce del planeta, el 90 por ciento del cromo y platino, las mayores reservas de cobalto, diamantes y uranio; el 40 % del oro y es abundante en petr¨®leo, gas natural, cobre, hierro y bauxita.

El atractivo del sector minero ha subido con los minerales cr¨ªticos para la transici¨®n energ¨¦tica. El gigante en ese tema es China y es el que m¨¢s ha invertido en la regi¨®n para asegurar la oferta de minerales en la cadena de valor de bater¨ªas.

En contraste con esta impresionante dotaci¨®n de recursos naturales, ?frica enfrenta tremendos desaf¨ªos sociales. All¨ª vive una de cada cuatro personas con hambre en el mundo; uno de cada cinco de sus habitantes sufre de desnutrici¨®n, la tasa m¨¢s alta del mundo. Como resultado, uno de cada tres ni?os sufre trastornos del crecimiento. ?frica subsahariana es la regi¨®n con mayor mortalidad infantil, algo especialmente agudo en Etiop¨ªa, Nigeria y Kenia. Uno de cada 11 ni?os muere antes de cumplir cinco a?os. Casi 60 millones de ni?os de entre 5 y 17 a?os trabajan en lugar de ir a la escuela.

Adem¨¢s de hambre y pobreza, ?frica tiene una renombrada incidencia de la corrupci¨®n, cosa que resalta el compromiso consignado en el anuncio del aeropuerto de Nairobi. Tiene guerras civiles en distintos pa¨ªses, falencias important¨ªsimas en infraestructura, y algunos pa¨ªses exhiben una situaci¨®n macroecon¨®mica desastrosa.

A pesar de eso, los africanos est¨¢n hoy con ganas de futuro. Su principal esperanza est¨¢ puesta en el comercio, tanto intraafricano como con el resto del mundo, as¨ª como en su desarrollo agr¨ªcola, minero y manufacturero.

En particular, han firmado el Acuerdo del ?rea de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA, por su nombre en ingl¨¦s: African Continental Free Trade Area Agreement), que busca abolir gradualmente los aranceles comerciales transfronterizos para el 90% de los bienes y servicios para los Estados miembros en todo el continente.

La meta, para 2030, es convertirse en el bloque de libre comercio m¨¢s grande del mundo con un mercado de 1.300 millones de personas y un producto interno bruto combinado de 2,5 trillones de d¨®lares.

Entre sus pa¨ªses hay marcadas diferentes de infraestructura, desarrollo econ¨®mico, aranceles comerciales, pol¨ªticas p¨²blicas, enfoque pol¨ªtico y gobernanza, que entorpecen el comercio. Pero hay la convicci¨®n de que el AfCFTA actuar¨¢ como un disolvente de las barreras que les han impedido integrarse y dinamizar¨¢ la construcci¨®n de sus soluciones log¨ªsticas. Esperan establecer reglas unificadas para el comercio y la inversi¨®n, que atraigan mayor inversi¨®n extranjera.

Seg¨²n el Banco Mundial, el AfCFTA tiene el potencial de sacar a m¨¢s de 50 millones de personas de la pobreza, ayudar a ?frica a dejar de depender de la ayuda humanitaria e instaurar sus propias fuentes de creaci¨®n de riqueza.

Este panorama general resulta atractivo para las potencias que compiten por el dominio mundial en el siglo XXI. Es conocida la penetraci¨®n e influencia de China y Rusia en la regi¨®n, desarrollada por espacio de d¨¦cadas. Esto ha despertado el inter¨¦s econ¨®mico y geoestrat¨¦gico de los estadounidenses. Eso explica las recientes visitas del secretario de Estado del pa¨ªs, Antony Blinken, de la vicepresidenta, Kamala Harris, y de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Como dijo un experto e inversionista ghan¨¦s en un encuentro sobre colaboraci¨®n sur-sur con Am¨¦rica Latina, a instancias de la Fundaci¨®n Konrad Adenauer y el SALMA Dialogue de T¨²nez: ¡°A lo largo del siglo XX los pa¨ªses que se asociaron a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Rusia fenecieron, mientras que los que se asociaron a los Estados Unidos prosperaron¡±.

La administraci¨®n Biden busca desatrasarse y reconstruir la influencia estadounidense en ?frica. En una cumbre con los l¨ªderes del continente, Blinken prometi¨® un paquete de 55.000 millones de d¨®lares para ?frica. Lo han criticado como ¡°una gota en el oc¨¦ano¡±, pero ya querr¨ªamos tener para Am¨¦rica Latina algo similar. ¡°?frica es el futuro¡±, dijo Blinken a los estudiantes de la Universidad de Pretoria, en Sud¨¢frica.

Esa visi¨®n esperanzadora se basa en buena media en su demograf¨ªa. ?frica es el continente m¨¢s joven del mundo, con el 60 % de la poblaci¨®n menor de 25 a?os, lo cual augura buenas oportunidades para el crecimiento econ¨®mico, por supuesto si se confronta los problemas t¨ªpicos del subdesarrollo, que como vimos son may¨²sculos.

Veremos c¨®mo lo hace ?frica, pero desde ya tiene: 1) La atenci¨®n de las potencias; y 2) Est¨¢ tomando las decisiones en la direcci¨®n correcta a escala continental. Esas dos cosas dif¨ªcilmente se pueden decir sobre Am¨¦rica Latina.

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