Bienvenidos a Perro Negro, el templo del perreo
El club nocturno medellinense se ha vuelto tan famoso que Bad Bunny, uno de los artistas m¨¢s escuchados, public¨® hace un mes una canci¨®n que lleva su nombre como t¨ªtulo
Hay cuerpos pegados por todos lados. Pegad¨ªsimos. Parece que suceden miles de cosas en la oscura pista de baile. Un grupo de amigos toma directamente de una botella de aguardiente, mientras gritan las letras de cl¨¢sicos del reguet¨®n. Una pareja de veintea?eros baila sensualmente, se besa y se sonr¨ªe. Se nota que est¨¢n enamorados. Un chico alto, guapo y musculoso saca a una chica tras otra a dar vueltas. Es la estrella de la noche. En una esquina, una muchacha lleva al menos dos horas sin zapatos. Estar descalza no la detiene; perrea como si no hubiera un ma?ana.
De repente cambia la canci¨®n, las luces se prenden y cientos de personas sacan sus celulares para grabar: ha llegado el momento esperado. La discoteca se convierte en un coro que canta a todo pulm¨®n, en un¨ªsono con Bad Bunny. ¡°Vi que te dejaste de tu novio, baby me alegro. Vamos a celebrarlo en Perro Negro¡±, gritan y explota todo. Cuerpos frotan con cuerpos. Chicos saltan y se abrazan con amigos. M¨¢s alcohol pasa de botellas a bocas. Es el caos total.
Bienvenido a Perro Negro, ¡°el templo del perreo¡±, seg¨²n Alejandro Cardona, su due?o y fundador. Este club nocturno medellinense de tama?o reducido ¡ªla pista de baile es de 100 metros cuadrados, asegura el due?o¡ª se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en un lugar sagrado para los amantes de la llamada m¨²sica urbana. De hecho, uno de los artistas m¨¢s encumbrados del g¨¦nero, el puertorrique?o Bad Bunny, sac¨® hace un mes una canci¨®n junto con el paisa (antioque?o) Feid que lleva el nombre de la discoteca. La primera vez que la escuch¨®, cuenta Cardona, llor¨® de felicidad. ¡°Ya est¨¢bamos llenos todas las noches. Pero ese tema nos llev¨® a otro nivel¡±, dice y sonr¨ªe.
A primera vista, Perro Negro no tiene nada de especial. Escondido en el s¨®tano de un edificio comercial en Provenza ¡ªuno de los barrios m¨¢s tur¨ªsticos de la capital de Antioquia¡ª, es un espacio h¨²medo y totalmente ausente de lujos cuyo aforo no supera las 250 personas. Hay una pista de baile ¡°muy chiquita¡±, dice Cardona, dos barras, unas cuantas mesas, una cabina de DJ, un sistema de luces ¡°bien chimba¡±, y ya. Su dise?o minimalista se parece m¨¢s a una discoteca berlinesa que a un club latinoamericano al que acuden los reguetoneros m¨¢s famosos del mundo.
As¨ª lo pens¨® Cardona. ¡°Soy una persona con gusto pasional por la m¨²sica electr¨®nica, pero el reguet¨®n siempre estuvo ah¨ª, por ser de ac¨¢ de Medell¨ªn¡±, explica. Para ¨¦l, esa combinaci¨®n de ambiente de fiesta electr¨®nica y respeto por el reguet¨®n ¡ªg¨¦nero que se ha apoderado de la capital paisa en los ¨²ltimos a?os¡ª le da el toque m¨¢gico a Perro Negro. ¡°La densidad de energ¨ªas es absurda¡±, sostiene.
Esa energ¨ªa es lo que lleva a Laura Rodr¨ªguez a esta discoteca. La medellinense de 24 a?os lleva puesto un vestido apretado, plateado y brillante mientras hace fila afuera de la puerta, con al menos 40 personas m¨¢s. Con un cigarrillo en una mano y una cerveza en la otra, cuenta que es la cuarta vez que viene y la primera con su novio actual. ¡°Me gusta que pongan solamente reguet¨®n. Me siento libre. Es como bailar en tu barrio, pero sin todo lo malo de una fiesta de barrio¡±, dice.
Karen Salazar Uribe es DJ, tiene 28 a?os y es de un barrio popular. Explica que Perro Negro ¡°es m¨¢s chimba¡± porque entiende la historia y el significado que tiene el reguet¨®n para muchos. Cofundadora de Motivando a la Gyal ¡ªun colectivo que aboga por la creaci¨®n de espacios seguros para que las mujeres puedan disfrutar de la m¨²sica urbana¡ª, dice que el reguet¨®n ¡°atraviesa de manera muy natural¡± a los medellinenses. ¡°Hace parte de nuestras vidas y de nuestros entornos, como el conflicto o la violencia¡±, sostiene. Y enfatiza que el ritmo fue parte integral de su desarrollo como persona: ¡°No me imagino haber crecido en mi barrio sin el reguet¨®n. No hubiera cruzado las fronteras invisibles que cruc¨¦ sin ¨¦l. No conocer¨ªa la ciudad como la conozco¡±.
Del barrio a Miami
La historia de Perro Negro, como casi todas en la capital antioque?a, comienza en un barrio. Cardona, el director creativo de The Hacienda ¡ªla empresa detr¨¢s del club y de otros restaurantes y bares de la ciudad, como El Bosque Era Rosado o Mamba Negra¡ª es alto y tatuado. Usa el ¡°siete¡±, uno de los cortes de pelo m¨¢s populares de Medell¨ªn. Tiene 31 a?os y dice que lleva toda la vida trabajando en fiestas y entretenimiento.
Todo empez¨® en el 2009 en la Villa de Aburr¨¢, el barrio de clase media alta al occidente de la ciudad donde creci¨®. Cuenta que el Parque Biblioteca hab¨ªa abierto un prado ¡ªmanga, dice ¨¦l en buen acento local¡ª al p¨²blico para que organizara eventos. Cardona, que ten¨ªa 17 a?os, aprovech¨®. ¡°Les escrib¨ª y les dije que era menor de edad y que quer¨ªa organizar una fiesta de m¨²sica electr¨®nica¡±, relata. La biblioteca accedi¨® y, tras un par de publicaciones en redes sociales, el joven conect¨® dos parlantes que le hab¨ªan prestado y puso a un DJ a tocar. ¡°Fue mi primera vez. Me encant¨®¡±, rememora. Ese domingo solo fueron 15 personas, asegura, pero no import¨®. Hab¨ªa probado la adrenalina de armar una fiesta, y no dar¨ªa marcha atr¨¢s.
Durante los a?os siguientes, como buen paisa, se dedic¨® a convertir esa pasi¨®n en negocio. Cuando comenz¨® sus estudios en la Universidad de Medell¨ªn, compr¨® dos parlantes y un bajo, y empez¨® a alquilarlos para fiestas. ¡°Estaba haciendo mis pesitos para el d¨ªa a d¨ªa. Para no pedirle plata a la cucha (mam¨¢)¡±, dice. Poco a poco, sus clientes empezaron a preguntarle si conoc¨ªa a un DJ de reguet¨®n. Se le ocurri¨® una idea. ¡°?Hay que tocar reguet¨®n? Pues yo me lo s¨¦. Lo he escuchado toda la vida tambi¨¦n¡±, recuerda que pens¨®.
Entonces, se hizo DJ de reguet¨®n. Y as¨ª, sin darse cuenta, la m¨²sica urbana se hab¨ªa convertido en su vida. En 2014, todav¨ªa en la universidad, arm¨® su primera fiesta de 100% reguet¨®n. Fue un hito. ¡°Vendimos boletas como un hijueputa en la cafeter¨ªa¡±, recuerda entre risas. Fue en esa ¨¦poca que fund¨® The Hacienda con dos amigos, para hacer ¡°eventos y eventos y eventos¡±.
La discoteca de reguet¨®n m¨¢s importante del mundo
Tres a?os m¨¢s tarde, ya establecido en la industria del entretenimiento, se encontr¨® un d¨ªa en un s¨®tano en Provenza. Lo que vio lo enamor¨®. ¡°No quer¨ªamos montar una discoteca porque ten¨ªamos la idea de que en esta ciudad se acaban muy r¨¢pido¡±, dice. Pero algo lo llamaba. El espacio era perfecto, asegura. Adem¨¢s, sent¨ªa que pod¨ªa llenar un vac¨ªo. ¡°Ya hab¨ªa un club legendario de salsa, el T¨ªbiri. Uno de rock, Blue. Pero no uno de reguet¨®n. No hab¨ªa un lugar que se jactara, que se ufanara, que se sintiera orgulloso de poner reguet¨®n,¡± rememora.
Cuenta que a los pocos meses de abrir, una noche fue a cantar la superestrella de reguet¨®n J Balvin. La leyenda de Perro Negro se estaba formando. En ese momento, Cardona y su equipo se pusieron de acuerdo en no poner ¡°absolutamente nada¡± de esa visita en las redes sociales. Es una pol¨ªtica que conservan. ¡°Siempre quisimos que el crecimiento fuera org¨¢nico¡±, dice.
La psic¨®loga Luisa Fernanda Espinal conoce bien Perro Negro. Estudia actualmente un doctorado en la Universidad EAFIT sobre la funci¨®n social del reguet¨®n en Medell¨ªn. Para ella, m¨¢s all¨¢ de su crecimiento org¨¢nico, el club ha sido tan exitoso porque acab¨® con los prejuicios que exist¨ªan sobre el g¨¦nero. ¡°Medell¨ªn siempre ha sido una ciudad clasista y con fuertes elementos racistas tambi¨¦n¡±, afirma. Pero Perro Negro rompi¨® esas barreras: ¡°Le dio estatus al perreo. Cambi¨® la l¨®gica de c¨®mo se perreaba en la ciudad¡±.
Espinal explica que, adem¨¢s de ¡°la experiencia particularmente intensa del reguet¨®n¡± que se vive all¨ª, el club es ¨²nico porque tiene pol¨ªticas de prevenci¨®n de violencia de g¨¦nero. ¡°Entras al ba?o de mujeres y encuentras letreros sobre la prevenci¨®n de la explotaci¨®n sexual, hay restricciones para hombres solos. No dejan que vayan de cacer¨ªa¡±, concluye. Todo eso, dice, result¨® en que la clase media y alta medellinense ¡°hiciera click¡± con Perro Negro. Y que se volviera muy famoso. ¡°Su importancia local hizo que fueran artistas. Y el que iban artistas hizo que fueran turistas¡±, agrega. Y con la llegada de los turistas, la discoteca se volvi¨® viral.
Hoy, a seis a?os de su apertura, la fama de Perro Negro va mucho m¨¢s all¨¢ de Medell¨ªn. Ha sido nombrado en canciones que tienen miles de millones de reproducciones en Spotify y YouTube. Es normal que una noche cualquiera reciba la visita de alguna estrella mundial; celebridades como Bad Bunny, Karol G, Feid y Maluma han cantado all¨ª este a?o, seg¨²n el due?o. Adem¨¢s, hace poco m¨¢s de un mes abrieron una segunda sede en Miami ¡°que est¨¢ llena todas las noches¡±. Para Cardona, ya no hay debate: Perro Negro es ¡°la discoteca de reguet¨®n m¨¢s importante del mundo¡±.
Una historia de ¨¦xito paisa
La historia de Perro Negro, explica la etnomusic¨®loga de la Universidad de Antioquia Carolina Santamar¨ªa Delgado, es un ejemplo cl¨¢sico de ¨¦xito paisa. ¡°Los antioque?os tienen eso que dicen ¡®usted necesita algo, pues yo te lo vendo¡¯¡±, sostiene. Eso fue lo que, hace medio siglo, convirti¨® a Medell¨ªn en la capital de la industria musical colombiana. ¡±Las personas de la clase media vieron que la producci¨®n musical era un gran negocio y eso se volvi¨® un boom impresionante¡±, dice por videollamada.
Pero no se trata solo de negocios; hay una relaci¨®n particular entre los medellinenses y la m¨²sica. ¡°Una vez que llega un g¨¦nero, los medellinenses se apropian de ¨¦l¡±, afirma. En el pasado, dice Delgado, ha ocurrido con el tango, la salsa o el rock. Ahora es el turno del reguet¨®n.
Cardona entiende bien esa relaci¨®n entre su ciudad y la m¨²sica. Tras un par de cervezas, explica que el ¨¦xito de Perro Negro se debe a algo m¨¢s que a la energ¨ªa de la pista, las luces y el que solo pongan reguet¨®n. Se debe, afirma, a su conexi¨®n con Medell¨ªn: ¡°Medell¨ªn es un lugar m¨¢gico porque tiene l¨ªmite f¨ªsico. No puede ser m¨¢s grande de lo que es. Es este valle y ya. No hay m¨¢s pa¡¯ donde irse¡±.
Quiz¨¢s sea cierto que la capital antioque?a no puede crecer m¨¢s, pero Perro Negro s¨ª puede. El d¨ªa despu¨¦s de esta entrevista, Cardona se subi¨® a un avi¨®n con destino a Espa?a. Su meta para 2024, dice, es abrir una tercera sede. Esta vez, en Madrid.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.