La nueva reforma a la salud, el futuro de la laboral y los pr¨¦stamos de vivienda: el acuerdo nacional pasa al tablero
La concertaci¨®n que propugna el presidente Gustavo Petro, y que prob¨® en su pacto con los banqueros, se pone a prueba por varios frentes esta semana
La primera mitad del mandato presidencial de Gustavo Petro qued¨® marcada por su apuesta por cambiar la estructura del sistema de salud colombiano. Convertida en el principal punto de fricci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs, el mandatario sacrific¨® una amplia coalici¨®n legislativa y un gabinete heterog¨¦neo en pos de ella, y fracas¨®. Para el inicio de la segunda parte de su cuatrienio, Petro ha retomado la idea de lograr un acuerdo nacional, ha delegado en un nuevo y centrista ministro del Interior su aterrizaje pol¨ªtico y ha obtenido un primer gran resultado con un acuerdo con los banqueros. Esta semana, tres eventos ayudar¨¢n a revelar la solidez de una apuesta que podr¨ªa llevar al pa¨ªs a un clima de menor confrontaci¨®n pol¨ªtica, pero que se estrella no solo con el antecedente de la reforma a la salud, sino con la realidad de un Gobierno que tiene como gran meta dejar una honda huella en el pa¨ªs ¡ªno en vano se llama a s¨ª mismo el del cambio¡ª, situaciones dif¨ªciles en la econom¨ªa y la seguridad, y una campa?a electoral que ya se anticipa.
Justamente ser¨¢ la reforma a la salud la que marque la mayor prueba a la noci¨®n misma del acuerdo nacional. Juan Fernando Cristo, el ministro del Interior que ha liderado las reuniones con diversas bancadas para aterrizar ese acuerdo al mundo legislativo, ha indicado que es uno de los tres principales proyectos del Gobierno para este periodo de sesiones, y que el texto ser¨¢ radicado esta semana. Su colega de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha dicho que ha conciliado el nuevo texto con el sector privado, algo que han negado los principales gremios del sector. Eso, y que Jaramillo hubiera defendido con denuedo la reforma que el Congreso rechaz¨® hace menos de cinco meses, marcan el reto que enfrenta la idea de acuerdo nacional con la esperada radicaci¨®n de un texto que por ahora es desconocido.
Si bien ese es el frente m¨¢s visible de las pruebas que acumula la pol¨ªtica conciliadora del presidente, tambi¨¦n se puede aplazar. De hecho, el Gobierno hab¨ªa anunciado la presentaci¨®n del proyecto para la semana anterior. Mientras eso ocurre, otra de las reformas del a?o pasado, que sigue vigente en el Congreso, retoma su tr¨¢mite este lunes. Se trata de la laboral, que con la sanitaria y la pensional ¡ªque sali¨® aprobada tras una negociaci¨®n liderada por la ministra del Trabajo, Gloria In¨¦s Ram¨ªrez¡ª conforma la tr¨ªada de propuestas para reformular el mundo del trabajo y la seguridad social. La reforma laboral super¨® uno de los cuatro debates que necesita para convertirse en ley gracias a Ram¨ªrez, una sindicalista y pol¨ªtica comunista de amplia experiencia en lograr acuerdos con los empresarios, y ahora ser¨¢ tramitada en la plenaria de la C¨¢mara.
En ese caso, el reto no es sacar adelante la propuesta. Esta ya ha perdido parte de su alcance por la negociaci¨®n previa al primer debate, cuando Ram¨ªrez sacrific¨® los cambios en asuntos colectivos, como las negociaciones sindicales, a cambio de mantener las mejoras individuales, como mayores pagos por trabajar los domingos. Adem¨¢s, el Gobierno ha comprobado tener de su lado las mayor¨ªas en la C¨¢mara de Representantes, a diferencia del Senado, donde le han sido esquivas. La prueba es m¨¢s narrativa: si el Ejecutivo buscar¨¢ poner en marcha justamente esas mayor¨ªas como una aplanadora que le permita avanzar r¨¢pido con esa reforma para enfrentar discusiones de proyectos m¨¢s complejos, o si abrir¨¢ espacios para la concertaci¨®n como los que Cristo, el ministro de la pol¨ªtica que tiene una larga trayectoria parlamentaria, ha promovido y que si bien pueden demorar el proceso de la laboral, apuntalar¨ªan el marco general de concertaci¨®n.
El tercer gran reto de la pol¨ªtica de acuerdo nacional es externo al Capitolio y a los debates legislativos. Se trata del aterrizaje necesario del pacto del cr¨¦dito, el acuerdo con los banqueros de inyectar 55 billones de pesos en los pr¨®ximos 18 meses a cinco sectores estrat¨¦gicos de la econom¨ªa, en planes concretos. En una rueda de prensa en la que presentaron detalles del pacto, el presidente del gremio de los bancos, Jonathan Malag¨®n, y el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, concedieron en que esta semana se pondr¨¢ en marcha la primera de las mesas sectoriales para lograr esa especificidad. Se trata de la de vivienda, un sector del que Malag¨®n fue ministro en el Gobierno del conservador Iv¨¢n Duque y en el que, en palabras de Bonilla, es f¨¢cil llegar a acuerdos. En efecto, los diferentes gobiernos llevan m¨¢s de medio siglo incentivando el cr¨¦dito para la compra y construcci¨®n de viviendas, por el impacto positivo de esa actividad en el empleo y en una larga cadena de productos necesarios, desde el cemento o la sider¨²rgica hasta los electrodom¨¦sticos.
Sin embargo, el diablo est¨¢ en los detalles. El Gobierno Petro lleg¨® a modificar el sistema que us¨® Duque, especialmente a trav¨¦s de subsidios para compra de vivienda, y tard¨® tantos meses en poner en marcha unas pol¨ªticas propias que el sector se resinti¨® fuertemente y la ministra, Catalina Velasco, termin¨® saliendo del Gabinete. Con unas empresas a la vez resentidas con este Gobierno y en buena medida dependientes del flujo de dineros p¨²blicos para facilitar la compra de vivienda, los acuerdos concretos que se logren en la mesa marcan el derrotero para los otros beneficiados (el turismo, la industria, la agricultura y la econom¨ªa popular, que es m¨¢s bien el conjunto de peque?os negocios de cualquier rama) y el tono de las negociaciones.
En los primeros meses de su mandato, el presidente Gustavo Petro logr¨® sacar adelante una muy ambiciosa reforma tributaria en tiempo r¨¦cord, pactar con el sector privado un camino para reducir las tarifas de energ¨ªa, acordar con los ganaderos la compra de tierras para la reforma agraria. Eran tiempos de apertura, de ministros moderados y reuniones con el expresidente ?lvaro Uribe, su n¨¦mesis pol¨ªtica de a?os. Esa t¨®nica dur¨® poco m¨¢s de seis meses, y luego vino su ruptura con el centro pol¨ªtico y un tono de confrontaci¨®n y crispaci¨®n. Casi dos a?os despu¨¦s, en los que ha sufrido fuertes derrotas pol¨ªticas como la de la reforma a la salud, ha cargado con el peso de esc¨¢ndalos que han afectado a su primog¨¦nito, su mano derecha o su hermano, ha visto la econom¨ªa estancarse y su favorabilidad erosionarse, el primer presidente de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea ha vuelto a agitar la bandera de la concertaci¨®n. Los primeros pasos han sido halag¨¹e?os, pero el camino es largo, las heridas notorias y las elecciones de 2026 ya asoman en el horizonte pol¨ªtico.
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