6.402 razones para no olvidar

Esta semana, Colombia empez¨® a dar un paso en el reconocimiento de las v¨ªctimas de los asesinatos de civiles conocidos como ejecuciones extrajudiciales: un parque en memoria de los llamados falsos positivos que estar¨¢ ubicado en la hist¨®rica Estaci¨®n de la Sabana de Bogot¨¢.

?Se trata de un cap¨ªtulo doloroso de la historia reciente que a¨²n es negado por un sector de la sociedad y se ha convertido en el mayor lastre del Ej¨¦rcito colombiano: al menos 6.402 asesinatos, cometidos por soldados y altos oficiales asesinaron campesinos, personas vulnerables u otros civiles para mostrarlos como bajas en combate. Lo que en palabras jur¨ªdicas se conoce como ¡°muertes ileg¨ªtimamente presentadas en combate¡± y que el pa¨ªs ha llamado ¡°falsos positivos¡±.

?M¨¢s all¨¢ de las admisiones de culpabilidad de decenas de militares- que han obtenido beneficios jur¨ªdicos a cambio de entregar la verdad- y de un pedido de perd¨®n del Estado, a¨²n falta mucho por devolver la dignidad a las v¨ªctimas. El predio que entregaron las autoridades a las v¨ªctimas el pasado domingo pretende ser una reserva de la memoria, dice Jacqueline Castillo, una de las l¨ªderes Madres de los Falsos Positivos de Colombia (Mafapo) y hermana de Jaime, una de las v¨ªctimas. ¡°En este terreno vamos a seguir haciendo memoria, creemos que las pr¨®ximas generaciones deben conocer lo que ocurri¨® para que no se repita¡±, dijo ella durante la entrega del predio, a 16 a?os del asesinato de varios j¨®venes de Soacha que permiti¨® al pa¨ªs conocer una tragedia que ya ven¨ªa ocurriendo en otras regiones de Colombia.

?El espacio llamado 6.402 razones para no olvidar se est¨¢ construyendo entre el Ministerio de las Culturas y familiares de las v¨ªctimas, y est¨¢ pensado como un parque rodeado de ¨¢rboles y caminos, como ¡°una especie de reserva de la memoria¡± guiado por los conceptos de ¡°camino, vientre, desenterrar, arraigo, desarraigo, memoria y esperanza¡±.

?Los asesinados por el Ej¨¦rcito bajo esta modalidad de crimen eran especialmente j¨®venes pobres o necesitados de empleo. Y fueron las mujeres, madres, esposas, hermanas las que reportaron su desaparici¨®n y ¡°llevaron la lucha desde sus casas hasta grandes medios de comunicaci¨®n, organizaciones nacionales e internacionales de protecci¨®n de los derechos humanos y estrados judiciales a costa de su propia vida e integridad¡±, como se?ala la Comisi¨®n de la Verdad en su informe final.

?Las consecuencias para ellas han sido devastadoras, recuerda el documento. La mayor¨ªa sufren enfermedades como hipertensi¨®n, depresi¨®n, diabetes y, adem¨¢s, no logran hacer el duelo, en parte, porque predomina a¨²n una negaci¨®n de los hechos y responsabilidades y esto tiene un enorme impacto psicol¨®gico en ellas. ¡°Para poder hacer esos procesos de duelo, el primer paso es el reconocimiento de la injusticia de lo vivido, que es lo que puede permitir empezar a asimilar la p¨¦rdida. En ausencia de estas acciones, las consecuencias en las familias se agravan¡±, recuerda la Comisi¨®n.

?Las v¨ªctimas de falsos positivos no solo enfrentaron estigmatizaci¨®n y persecuciones, sino que tuvieron que cargar con el peso econ¨®mico de los asesinatos de sus hijos. Mientras muchos de los responsables ascend¨ªan para conseguir mejores pensiones, ellas se endeudaban para pagar los nichos en los cementerios. Ahora, luchan por recuperar el impacto en el buen nombre de sus familiares y dignificarlos.

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