Bogot¨¢ intenta recuperar su ¨¦poca dorada como epicentro del teatro internacional
El Festival Internacional de Artes Vivas busca retomar el legado de Fanny Mikey, una carism¨¢tica gestora cultural que llev¨® grandes producciones extranjeras a los capitalinos
El S¨¢bado Santo de 1988, el coraz¨®n de Bogot¨¢ se llen¨® de diablillos. Un fauno apareci¨® sobre las ruinas del Palacio de Justicia, unos demonios dispararon ca?ones desde el Capitolio y unos amantes del fuego despertaron a un drag¨®n chino. Hubo estallidos de colores por todos lados y el olor a p¨®lvora impregn¨® el aire. ¡°?Somos los demonios de cart¨®n, habitantes de la Rep¨²blica de la libertad y del teatro!¡±, exclamaron unos desde el cielo, seg¨²n narr¨® una cr¨®nica de El Tiempo. Alrededor de 80.000 personas observaron maravilladas c¨®mo el grupo de teatro catal¨¢n Els Comediants clausuraba el primer Festival Iberoamericano de Teatro. Casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, esa noche sigue grabada en la retina de quienes anhelan las ¨¦pocas en las que la capital se te?¨ªa de fiesta, recib¨ªa artistas de todo el mundo y brillaba como uno de los epicentros del teatro internacional.
Aquellos a?os estuvieron marcados por el magnetismo de Fanny Mikey, la gestora cultural que fund¨® el Festival Iberoamericano y lo consolid¨® como la gran cita teatral de Am¨¦rica Latina. Con su carisma, casi ning¨²n empresario o pol¨ªtico se le resist¨ªa cuando ella llamaba para pedir cuantiosos recursos. Por ello, el Festival logr¨® traer todo tipo de obras internacionales: desde la adaptaci¨®n que de La ¨²ltima cinta de Krapp del estadounidense Robert Wilson hasta la versi¨®n de Crimen y castigo del polaco Andrzej Wajda. En 2006, Bogot¨¢ lleg¨® a albergar a 142 compa?¨ªas teatrales de 42 pa¨ªses distintos y a tener m¨¢s de 2.000 artistas en escena. El problema, sin embargo, fue que el festival dependi¨® demasiado del encanto de Mikey ¡ªhasta el logo lleg¨® a tener su distintiva peluca roja¡ª. Cuando ella muri¨®, en 2008, la gran cita comenz¨® a marchitase.
Dos gestores culturales, Fabio Rubiano y Octavio Arbel¨¢ez, ahora buscan recuperar ese legado. Lograron hace un a?o que el ministro de Cultura, Juan David Correa, se comprometiera a darles 4.000 millones de pesos (alrededor de un mill¨®n de d¨®lares). Despu¨¦s, la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ sum¨® 4.000 millones y la C¨¢mara de Comercio de Bogot¨¢ otros 1.300 millones (unos 320.000 d¨®lares). Con esos n¨²meros, m¨¢s algunos fondos internacionales, decidieron que estaban listos para crear el Festival Internacional de la Artes Vivas (FIAV). ¡°Desde hace cuatro a?os que quer¨ªamos hacerlo y las entidades a las que acud¨ªamos se interesaban, pero nunca ten¨ªan los recursos suficientes. Y no ¨ªbamos a conformarnos con un festival peque?o. No por soberbia, sino porque hubiera sido uno m¨¢s, sin el impacto que queremos¡±, comenta Rubiano por tel¨¦fono.
El nuevo festival comenz¨® el pasado viernes 4 de octubre y se extender¨¢ hasta el pr¨®ximo lunes 14. En rigor, no es el sucesor directo del Iberoamericano, que a¨²n subsiste en un formato reducido. Incorpora el concepto de Artes Vivas para poner en valor una oferta m¨¢s amplia que incluye el performance, la danza, el circo y la ¨®pera. No carga con las deudas que agobian a su predecesor y que hubieran imposibilitado la recepci¨®n de fondos p¨²blicos. A¨²n es relativamente peque?o: 29 compa?¨ªas de 14 pa¨ªses, 43 grupos de Bogot¨¢ y 18 del Pac¨ªfico colombiano ¡ªla regi¨®n nacional invitada de honor¡ª. No obstante, la propuesta se inspira en el legado de Mikey y, en palabras de Rubiano, busca que Bogot¨¢ ¡°vuelva a ser un eje internacional de las artes esc¨¦nicas¡±. La idea es incluso recuperar la fecha original de Semana Santa para la pr¨®xima edici¨®n, en 2026.
Hasta ahora, los organizadores est¨¢n contentos. Rubiano se?ala que las 23 salas participantes est¨¢n llenas: se han vendido 20.000 tiquetes en los primeros cinco d¨ªas. Arbel¨¢ez, por su parte, rechaza la comparaci¨®n con las cifras arrolladoras del Festival Iberoamericano. ¡°Corr¨ªan otros tiempos: hab¨ªa m¨¢s recursos y hab¨ªa al frente una gestora como Fanny Mikey. Hoy en d¨ªa la dimensi¨®n no se da por los n¨²meros, sino por tener contenidos relevantes en la escena del mundo¡±, remarca el gestor cultural, encargado de la direcci¨®n art¨ªstica, en una llamada. Para ¨¦l, lo significativo es haber tra¨ªdo Hotel Pro Forma, una ¨®pera coral y multimedia de Dinamarca; Azira¡¯i, un mon¨®logo de una actriz ind¨ªgena de Brasil que entremezcla el portugu¨¦s con lenguas originarias; y Diptych, una obra de teatro-danza de B¨¦lgica.
El factor internacional
Sandro Romero es uno de los teatreros entusiasmados por la llegada del FIAV. Participa como creador con su obra Pola ardiente, asiste como espectador a un m¨ªnimo de dos obras internacionales por d¨ªa, lleva un diario del festival en su Facebook y har¨¢ parte en estos ¨²ltimos d¨ªas de los encuentros entre dramaturgos locales y programadores internacionales. Director y cr¨ªtico teatral de 65 a?os, considera que el FIAV no debe interpretarse como un renacimiento del teatro bogotano o colombiano: el circuito local, dice, ya creci¨® en la ¨²ltima d¨¦cada y goza de buena salud. M¨¢s bien, afirma que la importancia del festival radica en recuperar los nexos internacionales que se debilitaron tras la decadencia del Iberoamericano. Esto incluye tanto la posibilidad de ver teatro extranjero como hacer contactos para llevar obras colombianas al exterior.
¡°Mi generaci¨®n se form¨® en la tradici¨®n colombiana de la creaci¨®n colectiva, del teatro pol¨ªtico y de izquierdas de los setenta. Luego apareci¨® el Festival Iberoamericano y pudimos formarnos con otras cosas que no hab¨ªamos visto nunca. El teatro de Bertold Brecht, el Berliner Ensemble, vino por primera vez en los noventa. Antes lo admir¨¢bamos como un modelo literario o intelectual, pero no hab¨ªamos visto c¨®mo se montaban sus obras¡±, cuenta por tel¨¦fono. Cree, entonces, que es importante llenar el vac¨ªo que dej¨® el Iberoamericano para nutrir la calidad de las obras locales: ¡°Hay algunos grupos de teatro de nuevas generaciones que piensan que el teatro es solo lo que se hace en Colombia. Y no es as¨ª, falta una visi¨®n m¨¢s amplia¡±. Seg¨²n Romero, el desaf¨ªo en los pr¨®ximos a?os no estar¨¢ tanto en entusiasmar al p¨²blico local que ya colma las salas, sino en cumplir con las expectativas que pueda despertar el FIAV en el circuito internacional.
Tras las conversaciones telef¨®nicas, el chileno Malicho Vaca dialoga con medios de comunicaci¨®n en el Centro Nacional de las Artes, a una cuadra de la Plaza de Bol¨ªvar. Se prepara para presentar Reminiscencia, un mon¨®logo que surgi¨® en Zoom durante la pandemia y que entrelaza la historia de sus abuelos con las revoluciones de su pa¨ªs ¡ªfotos y videos de ellos aparecen junto a mapas de Chile que proyecta detr¨¢s del escenario¡ª. Cuenta a este peri¨®dico que Octavio Arbel¨¢ez fich¨® su obra para el FIAV en el Festival de Avi?¨®n, uno de los m¨¢s c¨¦lebres de Europa. Para ¨¦l, Bogot¨¢ puede recuperar su lugar en el teatro internacional: ¡°Cuando yo era chico, ve¨ªamos a Colombia como un mercado sumamente importante para internacionalizarse. Era como un pulm¨®n que nos daba para respirar. Luego, durante una d¨¦cada, eso se difumin¨®, se apag¨®, y hubo frustraci¨®n. La aparici¨®n de este festival, entonces, es un s¨ªntoma positivo¡±.
La vulnerabilidad ante la voluntad pol¨ªtica
Los organizadores del Festival Internacional de Artes Vivas (FIAV) ya planean una segunda edición para la Semana Santa de 2026, unas semanas antes de que Colombia tenga elecciones presidenciales para elegir al sucesor de Gustavo Petro. La gran incógnita, sin embargo, es qué pasará después. Gran parte del financiamiento actual depende del Ministerio de Cultura y la voluntad política del Ejecutivo de izquierdas. Todos saben, además, que tampoco hay posibilidades de volver al modelo anterior de una gran figura como Fanny Mikey que consiga grandes apoyos con su carisma —no ven ningún liderazgo similar—.
Alberto Sanabria, viceministro encargado de los Patrimonios y la Gobernanza Cultural, considera que hay que conformar una entidad autónoma. “No es posible dejar de contar con apoyo del sector público. Pero tenemos que ver cómo crear un modelo que no dependa de la voluntad política del Gobierno de turno. Estamos estudiando esquemas de festivales como el de Cádiz o Avignon, que tienen una participación importante del sector privado”, subraya. Para él, hay que comprometer al movimiento teatral local, recuperar la confianza de los inversores privados y sumar más empresas patrocinadoras que aseguren la sostenibilidad a largo plazo.
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