Envejecer con dignidad en las Am¨¦ricas y el Caribe
La Convenci¨®n Interamericana sobre la Protecci¨®n de los Derechos Humanos de las Personas Mayores es un tratado revolucionario ¨²nico en el mundo, pero solo 11 pa¨ªses lo han hecho parte de su derecho nacional
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Si todo sale de acuerdo con el curso de la vida, todas las personas vamos a llegar a envejecer. De hecho, cifras especializadas calculan que para el 2050 entre el 20% y el 25% de la poblaci¨®n de las Am¨¦ricas y el Caribe tendr¨¢ m¨¢s de 65 a?os. Estas predicciones generan una serie de retos para los pa¨ªses de esta regi¨®n, pues de modo vertiginoso nuestras sociedades se transformar¨¢n.
Este 1 de octubre, d¨ªa internacional de las personas mayores, corresponde reflexionar sobre cu¨¢les son los ajustes que tenemos que hacer para vivir una vejez digna. Hay muchas formas de contestar esta pregunta. Yo quiero proponer que pensemos en los derechos humanos y sus ideales que desde hace un tiempo proponen un cambio de paradigma frente a la vejez y las obligaciones de los Estados para que esta etapa de la vida se viva dignamente.
La vejez es un momento natural de la vida. Sin embargo, no todos los envejecimientos son iguales. Algunas personas llegan a la vejez con una vivienda digna, una pensi¨®n, un seguro de salud, una familia amorosa y una comunidad receptiva y facilitadora. Otras personas envejecen en pobreza, soledad y desamparo. Aisladas de sus comunidades o internadas contra su voluntad en centros geri¨¢tricos donde la presencia del Estado es poca o nula. Este destino tiene que ver con estereotipos negativos que se tienen sobre la vejez en nuestras sociedades. Este momento de la vida, por lo general, es asociada a una etapa indeseable, una carga social, a la p¨¦rdida de autonom¨ªa y de la capacidad para tomar decisiones, que adem¨¢s resulta mucho m¨¢s acentuada si la persona mayor es mujer, afrodescendiente, LGBITQ+, migrante, est¨¢ privada de libertad o vive con alguna discapacidad. El empobrecimiento de las mujeres mayores es mucho m¨¢s marcado por el desamparo que genera el trabajo no remunerado de cuidados familiares ante la divisi¨®n del trabajo dom¨¦stico por factores de g¨¦nero.
Esta mirada estigmatizante perme¨® por muchos a?os todas las esferas de la vida, incluido el derecho y las obligaciones estatales de proteger a las personas mayores, quienes en lugar de ser sujetos de derecho, eran ¨²nicamente objeto de protecci¨®n. No se tomaban en cuenta sus necesidades ni se procuraba su autonom¨ªa.
Desde hace un tiempo, estos patrones negativos vienen siendo cuestionados por ¨®rganos internacionales de derechos humanos. Y en la Organizaci¨®n de Estados Americanos se vienen gestando iniciativas para transformar la situaci¨®n de las personas mayores. En el seno de la OEA, se adopt¨® la Convenci¨®n Interamericana sobre la Protecci¨®n de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Esta norma de derecho internacional es un tratado revolucionario ¨²nico en el mundo que adecua los derechos civiles, pol¨ªticos, econ¨®micos, sociales, culturales y ambientales a las necesidades y situaci¨®n de las personas mayores. De los 33 Estados de las Am¨¦ricas y el Caribe que conforman la OEA, solo 11 han decidido hacerlo parte de su derecho nacional a trav¨¦s de su ratificaci¨®n: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, M¨¦xico, Per¨², Suriname y Uruguay.
En mayo de 2023, desde la Relator¨ªa para los derechos de las personas mayores de la Comisi¨®n Interamericana, publicamos el primer informe en la tem¨¢tica denominado Situaci¨®n de los derechos humanos de las personas mayores y sistemas nacionales de protecci¨®n. El an¨¢lisis y recomendaciones de la CIDH en este informe giran en torno a dos temas prevalentes en las Am¨¦ricas y el Caribe frente a las personas mayores: la discriminaci¨®n en contra de las personas mayores y la necesidad de crear sistemas nacionales de protecci¨®n de sus derechos humanos.
La discriminaci¨®n por edad (¡°edadismo¡±) en su forma m¨¢s perversa, genera violencia contra las personas de edad, por lo que debe ser erradicada a trav¨¦s de la adopci¨®n del nuevo paradigma de la vejez basada su comprensi¨®n como sujetos de derecho que gozan y ejercen sus derechos humanos.
Es necesario que aprendamos y asumamos que el envejecimiento es consustancial a la persona y a asegurar que los esfuerzos de los sistemas nacionales de protecci¨®n sean org¨¢nicos, con enfoque de derechos, con la participaci¨®n de las personas mayores, respetando su voluntad de modo tal que se garanticen sus cuidados, medios de subsistencia, libertad de expresi¨®n e informaci¨®n, participaci¨®n pol¨ªtica, autonom¨ªa, independencia y su integraci¨®n comunitaria de acuerdo con sus necesidades.
Finalmente, en el d¨ªa internacional de las personas mayores, desde la CIDH hacemos un llamado a los Estados de las Am¨¦ricas y el Caribe para que se hagan parte de este tratado demostrando su real compromiso con los derechos humanos de las personas mayores.
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