Las inversiones europeas ponen el foco en las desigualdades de Am¨¦rica Latina
Es vital que la Uni¨®n Europea, a trav¨¦s del Global Gateway, aporte su m¨²sculo financiero y su conocimiento para lograr que la regi¨®n supere sus brechas hist¨®ricas en desarrollo humano
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Am¨¦rica Latina y el Caribe es la regi¨®n m¨¢s desigual del planeta. Su ¨ªndice de Gini del ingreso es un 15% superior al de la segunda regi¨®n m¨¢s desigual, ?frica Subsahariana, y casi un 50% mayor al de las m¨¢s igualitarias, Europa y Asia Central. Estas cifras explican por qu¨¦ los planes de movilizaci¨®n de inversiones de la UE en la regi¨®n, de 45.000 millones de euros hasta el 2027 (algo menos de 50.000 millones de d¨®lares al cambio de hoy), han puesto a la desigualdad como uno de sus puntos de mira.
La reciente reuni¨®n de los ministros de Finanzas de la UE y Am¨¦rica Latina y el Caribe, convocada en Santiago de Compostela por el Gobierno de Espa?a y CAF -banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe-, identific¨® tres ¨¢reas clave de cooperaci¨®n: transici¨®n verde, transformaci¨®n digital y desarrollo humano (con especial ¨¦nfasis en las desigualdades). De hecho, de las 70 iniciativas de la nueva agenda de inversiones identificadas por CAF, al menos 15 est¨¢n destinadas a reducir las desigualdades.
La desigualdad se ha convertido en uno de los principales escollos del desarrollo socioecon¨®mico de la regi¨®n, y esconde realidades preocupantes. Algunas de sus manifestaciones son la baja movilidad social, que implica que la sociedad ofrece pocas oportunidades de progreso a los m¨¢s necesitados. A su vez, la baja movilidad social tiene varias aristas. En materia educacional, por ejemplo, solo uno de cada diez hijos de padres no universitarios logra completar hacia sus 24-25 a?os un ciclo de educaci¨®n superior. En contraste, uno de cada dos estudiantes con madre o padre graduados de la universidad completa su ciclo educativo.
Adem¨¢s, los hijos de padres con ocupaciones de baja complejidad tambi¨¦n est¨¢n condicionados desde la cuna: tienen solo un 11% de probabilidad de ascender a ocupaciones de alta complejidad, versus el 60% para los hijos de padres que ten¨ªan ocupaciones complejas. Esta brecha de casi 6 veces contrasta con la de otras regiones, que oscila entre 2 y 3 veces.
La baja movilidad social es m¨¢s pronunciada entre las mujeres, los afrodescendientes y los habitantes de barrios marginados. As¨ª, por ejemplo, la participaci¨®n laboral de las mujeres es 30% inferior a la de los hombres y sus ingresos laborales son 35% menores. En conjunto, la alta persistencia intergeneracional en el desempe?o educativo y ocupacional y en las diferencias en trayectorias de formalidad generan una gran persistencia en los ingresos entre generaciones. El resultado de esto es que, en la regi¨®n, los ingresos que obtienen los hijos est¨¢n vinculados con mayor fuerza a los ingresos que obtuvieron sus padres. Las diferencias de ingresos en la generaci¨®n de los padres se transfiere en un 90% a la de los hijos, versus 40% en Europa o Am¨¦rica del Norte.
La reuni¨®n de Santiago sirvi¨® para sentar las bases de colaboraci¨®n futura entre la UE y la regi¨®n. A nivel de desarrollo humano, se requieren dos grupos de pol¨ªticas para contribuir a reducir la desigualdad y acelerar el crecimiento, algo que toma particular importancia en Am¨¦rica Latina y el Caribe, al ser una de las regiones del mundo que crece m¨¢s lentamente. Por un lado, pol¨ªticas sist¨¦micas orientadas a toda la poblaci¨®n. Por otro, pol¨ªticas focalizadas en grupos desaventajados.
Las pol¨ªticas sist¨¦micas deben ampliar el acceso a la educaci¨®n infantil temprana y fortalecer la calidad de la b¨¢sica. En paralelo, deben apuntalar el contenido de los curr¨ªculos de la educaci¨®n media o secundaria y de los programas de capacitaci¨®n para el trabajo: competencias digitales, idiomas y ¨¦nfasis en las ciencias naturales, ingenier¨ªas y matem¨¢ticas. Sin embargo, a la luz de la experiencia, la regi¨®n no debe esperar que las pol¨ªticas de capital humano, por s¨ª solas, sean la soluci¨®n. Es vital abordar los incentivos detr¨¢s del autoempleo, y del enanismo y la informalidad empresarial. Esto requiere revisar los reg¨ªmenes tributarios especiales para las microempresas, y asegurar que la estructura del gasto en protecci¨®n social no grave la contrataci¨®n formal y subsidie el empleo informal.
En paralelo, se requieren pol¨ªticas para ayudar a los grupos desventajados. En el caso de las mujeres, pol¨ªticas de cuidados infantiles y similares para aumentar su participaci¨®n laboral en empleos formales y con mejores perspectivas de carrera. En el caso los habitantes de barrios marginados, pol¨ªticas de transporte y vivienda para reducir las desventajas que experimentan los trabajadores de zonas rezagadas para acceder a buenos empleos. Por ¨²ltimo, revertir la reproducci¨®n intergeneracional de las desventajas que sufren los afrodescendientes e ind¨ªgenas requiere focalizar esfuerzos extra en las pol¨ªticas de capital humano y de inversi¨®n en infraestructura y accesibilidad a servicios urbanos en las zonas donde residen; y pol¨ªticas antidiscriminatorias, con foco especial en las contrataciones laborales.
Abordar las desigualdades es crucial para que Am¨¦rica Latina y el Caribe alcance los retos planteados en la Agenda 2030. De ah¨ª la importancia de que la UE, a trav¨¦s del Global Gateway, aporte su m¨²sculo financiero y su conocimiento para lograr que la regi¨®n supere sus brechas hist¨®ricas en desarrollo humano.
Santiago Levy es político y economista mexicano. *Con la colaboración del equipo CAF (Adriana Arreaza, Lucila Berniell, Dolores de la Mata, Ernesto Schargrodsky.
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