Una agenda verde com¨²n

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A primera vista, Europa y Am¨¦rica Latina y el Caribe son dos regiones dis¨ªmiles con poco espacio para la acci¨®n conjunta. Hay una brecha abismal en los niveles de ingreso por habitante, mientras que el comercio exterior entre las dos regiones es m¨ªnimo: solo el 5% de las importaciones de la Uni¨®n Europea (UE) proviene de la regi¨®n y est¨¢ concentrado en pocos pa¨ªses como Brasil y M¨¦xico.

En t¨¦rminos de la agenda verde, tambi¨¦n existen grandes asimetr¨ªas. Las emisiones hist¨®ricas de gases efecto invernadero (GEI) en Am¨¦rica Latina y el Caribe son una fracci¨®n de las europeas. La matriz energ¨¦tica latinoamericana ha sido hist¨®ricamente m¨¢s limpia, debido al mayor porcentaje de fuentes renovables. M¨¢s importante a¨²n, la regi¨®n tiene un mayor nivel de exposici¨®n, y menor capacidad de adaptaci¨®n, frente a las consecuencias del cambio clim¨¢tico.

Como se evidenci¨® en la reciente reuni¨®n de ministros de Finanzas de la UE y de Am¨¦rica Latina y el Caribe, convocada por el gobierno de Espa?a y CAF-banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe, existen grandes diferencias en la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas estatales. Mientras que la Uni¨®n Europea cuenta con la capacidad de adoptar estrategias comunes, la regi¨®n carece de mecanismos efectivos de coordinaci¨®n. Esto es especialmente notorio en el campo las pol¨ªticas clim¨¢ticas.

Dadas estas notables diferencias, los relanzamientos de las relaciones entre Am¨¦rica Latina y el Caribe y la UE enfrentan un comprensible escepticismo a ambos lados del Atl¨¢ntico. Sin embargo, la actual alineaci¨®n de intereses puede constituir un punto de inflexi¨®n en materia de cooperaci¨®n. Dos regiones que comparten valores democr¨¢ticos y defienden el multilateralismo, como siempre se ha dicho, est¨¢n ahora genuinamente preocupadas por la amenaza que representa el cambio clim¨¢tico. Por ello, la alianza para avanzar en la agenda para la descarbonizaci¨®n de las econom¨ªas representa una oportunidad ¨²nica de colaboraci¨®n. Esbozar algunas ideas en esta direcci¨®n es parte de un trabajo reciente que realizamos con Pierpaolo Cazzola en la Universidad de Columbia.

Si bien Europa cuenta con una mayor capacidad tecnol¨®gica y financiera, Am¨¦rica Latina tiene elevados ¨ªndices de radiaci¨®n solar y las condiciones clim¨¢ticas relativamente estables que reducen la intermitencia y permiten generar electricidad a menor costo. La regi¨®n tiene el potencial de aumentar en m¨¢s de un 460% su capacidad de energ¨ªa solar y e¨®lica hacia 2030. Europa, por su parte, puede desarrollar la producci¨®n de equipos, como los paneles solares, algo en lo que China ostenta una ventaja actual.

Transformar las energ¨ªas limpias en productos con una baja huella de carbono, con valor agregado, es el objetivo de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Un buen ejemplo es el hidr¨®geno verde, algo para lo cual la UE ya se comprometi¨® con 2.000 millones de euros para apoyar su producci¨®n en Brasil. Otros pa¨ªses de la regi¨®n desean hacer parte de los ¡°corredores de suministro de hidr¨®geno¡± de la UE.

La electrificaci¨®n del transporte es otra ¨¢rea de atractiva para la colaboraci¨®n. Am¨¦rica Latina es un aliado natural para el suministro de minerales requeridos para la producci¨®n de bater¨ªas y otros componentes. Europa podr¨ªa transformar sus plantas de producci¨®n de autom¨®viles con motores de combusti¨®n interna ubicadas en M¨¦xico, Brasil, Argentina y Colombia en f¨¢bricas para la producci¨®n de veh¨ªculos el¨¦ctricos, comenzando por los autobuses y los veh¨ªculos de dos y tres ruedas. Santiago de Chile y Bogot¨¢ son las dos ciudades, fuera de China, con una mayor flota de buses el¨¦ctricos en el mundo.

Por otra parte, la regi¨®n puede desempe?ar un papel estrat¨¦gico en el suministro confiable de gas natural liquado (GNL) para Europa. Adem¨¢s de Per¨² y Trinidad y Tobago, otros pa¨ªses de la regi¨®n podr¨ªan convertirse en exportadores de GNL a lo largo de esta d¨¦cada. El aumento de la producci¨®n de fertilizantes, algo en lo que el canciller alem¨¢n ha puesto ¨¦nfasis, es otra posibilidad basada en las reservas de gas natural.

Entre los temas pol¨¦micos, el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en ingl¨¦s) es quiz¨¢s el mayor obst¨¢culo para la alianza transcontinental. Europa debe tener en cuenta la capacidad de pago para fijar el precio del carbono aplicable y moderar el impacto de la implementaci¨®n del CBAM en las exportaciones de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Se requiere un acuerdo pol¨ªtico para la aplicaci¨®n de precios del carbono equivalentes a los de la UE en los pa¨ªses de la regi¨®n se haga gradual y progresivamente.

Otro ¨¢rea de tensi¨®n puede surgir de diferencias respecto al ritmo de la transici¨®n verde en la agricultura. M¨¢s que restricciones a los productos agr¨ªcolas latinoamericanos, que afectar¨ªan la seguridad alimentaria global y comprometer¨ªan el ingreso de millones de productores en la regi¨®n, los esfuerzos de cooperaci¨®n deber¨ªan centrarse en inversiones para mejorar el rendimiento de los cultivos y aplicar pr¨¢cticas de gesti¨®n ganadera m¨¢s sostenibles y eficientes, para garantizar un uso m¨¢s eficaz de la tierra y reducir as¨ª la necesidad de ampliar las fronteras agr¨ªcolas El compromiso de la UE con la reducci¨®n de la deforestaci¨®n debe contribuir a que los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe con extensos bosques tropicales puedan implementar pol¨ªticas asequibles, escalables y trazables para reducir las emisiones relacionadas con el uso del suelo.

Por ¨²ltimo, el acceso a recursos financieros con un menor costo para los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe es una necesidad transversal para avanzar en los distintos frentes para lo cual debe fortalecerse la presencia de la banca de desarrollo europea en la regi¨®n. En s¨ªntesis, las oportunidades para una agenda mutuamente beneficiosa deben ir m¨¢s all¨¢ del papel de la regi¨®n como proveedor de materias primas para la UE, al tiempo que sus desaf¨ªos de desarrollo deben abordarse adecuadamente.