La dictadura en Brasil en ocho escenas: la represi¨®n, los ind¨ªgenas, la presidenta, Cam?es o el error de Globo
Se cumplen 60 a?os del golpe de 1964 que Bolsonaro celebr¨® oficialmente y que Lula prefiere no recordar en una ceremonia para no tensar m¨¢s su relaci¨®n con los militares
La noche del 31 de marzo de 1964 los militares brasile?os depusieron en un golpe incruento al presidente leg¨ªtimo, el izquierdista Jo?o Goulart. Comenzaba una dictadura que durar¨ªa m¨¢s de dos d¨¦cadas. En plena Guerra Fr¨ªa, las ¨¦lites eran furiosamente anticomunistas y Goulart promet¨ªa una reforma agraria y pol¨ªticas p¨²blicas para la clase trabajadora. Cuatro a?os despu¨¦s, los generales cerraron el Congreso y endurecieron la represi¨®n mediante el Ato Institucional n? 5. Brasil solo restaur¨® la democracia en 1985.
Para los muchos partidarios del golpe, aquello fue una revoluci¨®n para que Brasil no cayera en las garras del comunismo, una lectura de la ruptura constitucional defendida por Jair Bolsonaro. Durante su presidencia el golpe de 1964 fue celebrado oficialmente en los cuarteles. El presidente actual, el izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva Lula, ha querido un 60? aniversario de perfil bajo para no incomodar a las Fuerzas Armadas despu¨¦s de que el anterior presidente y varios de sus ministros generales hayan sido acusados de golpismo por el ataque m¨¢s grave a la democracia desde el fin de la dictadura con el asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia en enero de 2023.
Este es un repaso a algunos momentos del r¨¦gimen militar y la transici¨®n a la democracia.
La Comisi¨®n de la Verdad
La Comisi¨®n de la Verdad public¨® en 2014 el relato oficial tras escuchar a v¨ªctimas, testigos y celebrar audiencias p¨²blicas. El informe contabiliz¨® 434 muertos y desaparecidos, adem¨¢s de documentar la pr¨¢ctica sistem¨¢tica de detenciones arbitrarias, tortura, ejecuciones, desapariciones forzadas¡ Y tambi¨¦n dej¨® para la historia los nombres y apellidos de 377 represores. La ley de Amnist¨ªa que los eximi¨® de sentarse en el banquillo excarcel¨® a miles de presos pol¨ªticos. Uno de los centros de tortura m¨¢s infames de S?o Paulo fue convertido en el Memorial da Resistencia.
Las 1.300 p¨¢ginas del informe final incluyen pasajes estremecedores como el testimonio de Isabel F¨¢vero: ¡°Al tercer o cuarto d¨ªa de estar presa empec¨¦ a sentir que abortaba, estaba embarazada de dos meses. Sangraba mucho, no ten¨ªa c¨®mo limpiarme, usaba papel higi¨¦nico, y ya ol¨ªa mal, estaba sucia, as¨ª que creo, tengo casi la certeza, de que no me violaron, porque me amenazaban constantemente, yo les daba asco. (¡) Seguramente fue eso, ellos se enfadaban al verme sucia, sangrando y oliendo mal, y eso les enrabietaba m¨¢s a¨²n, y me pegaban m¨¢s todav¨ªa¡±.
Matanza de ind¨ªgenas
La Comisi¨®n de la Verdad no incluy¨® en la cifra oficial de asesinados por la dictadura a los ind¨ªgenas, pero s¨ª dej¨® constancia de que al menos 8.350 murieron por acci¨®n u omisi¨®n de agentes del Estado entre 1946-1985. Los mataron para saquear sus tierras, para desalojarlos, por contagios de enfermedades para las que no estaban inmunizados, en la c¨¢rcel, por torturas y malos tratos. Los pueblos Cinta-Larga y Waimiri-Atroari, con miles de muertos cada uno, fueron los m¨¢s afectados.
La informaci¨®n m¨¢s detallada sobre la despiadada persecuci¨®n de los ind¨ªgenas en esa ¨¦poca es un informe oficial elaborado en 1967 y que durante casi medio siglo estuvo desaparecido. El conocido como Informe Figueiredo conclu¨ªa que ¡°la falta de asistencia es la forma m¨¢s eficaz de cometer un asesinato. El hambre, la peste y el maltrato est¨¢n diezmando pueblos valientes y fuertes¡±.
Tras recorrer 16.000 kil¨®metros, el procurador Jader de Figueiredo elabor¨® un documento escalofriante de m¨¢s de 5.000 p¨¢ginas que tom¨® su nombre. ¡°El Servicio de Protecci¨®n al Indio ha degenerado de tal manera que los persigue hasta el exterminio¡±, escribi¨®. La pol¨ªtica de los militares para desbravar la Amazonia incluy¨® ametrallamientos desde el aire, lanzamiento de dinamita, inoculaci¨®n de viruela y donaciones de az¨²car mezclado con estricnina. En 2013, un investigador, Marcelo Zelic, lo rescat¨® del olvido en los archivos del Gobierno y divulg¨® su brutal contenido.
Presidenta, v¨ªctima de la tortura
Dilma Rousseff, de 76 a?os, entr¨® en la historia como la primera mujer presidenta de Brasil, pero suele pasar m¨¢s desapercibido que fue la primera v¨ªctima torturada durante la dictadura en alcanzar la jefatura del Estado. Fue ella quien cre¨® la Comisi¨®n de la Verdad en 2012, una decisi¨®n que los militares no le perdonaron.
Militante de extrema izquierda, nunca peg¨® un tiro, pero eso no la libr¨® de ir tres a?os a c¨¢rcel cuando entraba en la veintena (entre 1965 y 1968). Sufri¨® sesiones de tortura que la marcaron para siempre, f¨ªsica y psicol¨®gicamente. Le propinaron tales golpizas que le desencajaron la mand¨ªbula y se le saltaron varios dientes. ¡°Las marcas de tortura son parte de m¨ª. Yo soy eso¡±, testific¨® en 2001 ante una comisi¨®n que gestionaba indemnizaciones a los represaliados. ¡°La peor cosa de la tortura era esperar. Esperar para recibir golpes¡±, revel¨®.
En el peor momento de su carrera pol¨ªtica, cuando el Congreso votaba su impeachment, el diputado Jair Bolsonaro protagoniz¨® un momento abyecto: el militar retirado y revisionista dedic¨® su voto a favor de la destituci¨®n al torturador de la presidenta, el coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra.
Lula de la A a la Z
Cuenta la biograf¨ªa Lula, de Fernando Morais, que el actual presidente no vio con malos ojos que los militares asumieran el poder en 1964 para poner orden. Pero tampoco ¨¦l se libr¨® de pasar por la c¨¢rcel. Ya en la transici¨®n, cuando en 1989 se present¨® por primera vez a las elecciones, el servicio de inteligencia de la Fuerza A¨¦rea elabor¨® un glosario, seg¨²n public¨® recientemente el diario Estad?o, que reun¨ªa declaraciones de Lula para que en los cuarteles entendieran qui¨¦n era aquel sindicalista que batall¨® contra la dictadura a golpe de huelga. El informe confidencial concluye que ¡°el l¨ªder sindical, carism¨¢tico, adquiri¨® personalidad pol¨ªtica en el PT [Partido de los Trabajadores] y, liderando un partido aguerrido y ruidoso, alz¨® vuelos m¨¢s osados¡±. Lula perdi¨® tres presidenciales antes de ganar en 2002.
Contra la censura, Cam?es
En 1972 los censores llegaron a la redacci¨®n de Estad?o. Revisaban las noticias y el editorial que entrar¨ªan en la edici¨®n impresa del d¨ªa siguiente. Levantaban todo lo que molestara al r¨¦gimen. Lo habitual en las dictaduras, lo llamativo fue la reacci¨®n del diario. Se neg¨® a cambiar el dise?o y ech¨® mano del ingenio. Cada vez que una noticia o una columna de opini¨®n fuera censurada y, por tanto, dejara un hueco, lo llenar¨ªan con versos de Os Lus¨ªadas, del portugu¨¦s Lu¨ªs de Cam?es. Una idea propuesta por el periodista que dirig¨ªa la secci¨®n de cine y la de obituarios, Ant¨®nio Carvalho Mendes.
El primer verso sustituy¨® una noticia sobre la conferencia episcopal y Pedro Casald¨¢liga, el obispo de los olvidados y predicador de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n. Publicaron versos de la gran epopeya de Cam?es 655 veces.
? prohibido prohibir
Cuando Bolsonaro gan¨® las elecciones en 2018, Caetano Veloso lanz¨® una lista de canciones en Spotify que inclu¨ªa ? prohibido prohibir (se proh¨ªbe prohibir), compuesta medio siglo antes, en 1968, en la estela de mayo del 68 y en los a?os de plomo de la dictadura brasile?a. La m¨²sica popular brasile?a y el rock guitarrero que llegaba de Estados Unidos libraban un duro duelo cuando Caetano la present¨® en un concierto en S?o Paulo que acab¨® con un sonoro abucheo. El compositor y cantante estall¨® con un ¡°?no est¨¢is entendiendo nada!¡±, seguido de un discurso contra el conservadurismo del p¨²blico.
A finales de ese a?o, el presidente-general Artur Costa e Silva promulg¨® el Ato Institucional n? 5, conocido en Brasil como AI5, que clausur¨® el Congreso y afianz¨® la dictadura. D¨ªas despu¨¦s, Caetano Veloso y Gilberto Gil fueron detenidos, desterrados a Bah¨ªa meses despu¨¦s y enviados luego a un exilio que los llev¨® a Londres.
Globo y el error de 1964
O Globo, el diario del grupo medi¨¢tico Globo, el m¨¢s importante de Brasil, public¨® en 2013 un editorial titulado El apoyo editorial al golpe del 64 fue un error. Recordaba el texto que ¡°O Globo estuvo de acuerdo con la intervenci¨®n de los militares junto a otros grandes diarios, como O Estado de S?o Paulo (conocido como Estad?o), Folha de S.Paulo (¡) por citar algunos. Lo mismo hizo una parte importante de la poblaci¨®n, con apoyo expreso en manifestaciones¡±. Concluye el editorialista que ¡°a la luz de la historia, no hay por qu¨¦ no reconocer hoy, expl¨ªcitamente, que el apoyo fue un error (¡). La democracia es un valor absoluto. (¡) Solo ella puede salvarse a s¨ª misma¡±.
Aseguraba el diario que esa conclusi¨®n era fruto de a?os de discusiones internas, pero el impulso definitivo para publicarlo, precisamente en agosto de 2013, fueron las multitudinarias manifestaciones contra la pol¨ªtica de toda la vida y un coro que gritaba: ¡°La verdad es dura, Globo apoy¨® la dictadura¡±.
Fiesta para enterrar la censura
El 29 de julio de 1985, a las ocho de la tarde, unos 700 artistas e intelectuales se reunieron en el Teatro Casa Grande de R¨ªo de Janeiro para enterrar solemnemente la censura. Tres meses cumpl¨ªa el nuevo Gobierno civil. El ministro de Justicia los hab¨ªa convocado para oficializar el fin de la persecuci¨®n a la cultura que disgustaba a los militares.
La temida censora do?a Solange Hernandes, que silenci¨® 2.500 canciones, tendr¨ªa que dedicarse a otra cosa porque el ministro declar¨® extinta la censura y anunci¨® que a partir de entonces un consejo en defensa de la libertad de expresi¨®n analizar¨ªa libros, discos, obras de teatro, telenovelas¡ para clasificarlas por edades.
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