Pablo Mar?al, el gur¨² de autoayuda rico y evang¨¦lico lanzado a la conquista de S?o Paulo
El ultraderechista, que encarna el binomio teolog¨ªa de la prosperidad-emprendedurismo, protagoniza la campa?a electoral para la alcald¨ªa de la mayor ciudad del hemisferio sur, motor econ¨®mico de Brasil
El d¨ªa que el mundo, incr¨¦dulo, intentaba digerir el segundo intento de asesinato en un mes contra Donald Trump, en Brasil nadie estaba pendiente del Servicio Secreto o del candidato republicano y expresidente de EE UU. El tema m¨¢s comentado era sin duda el sillazo, el instante en que un candidato a la alcald¨ªa de S?o Paulo atacaba con furia y una silla a un rival en pleno debate televisado. Pablo Mar?al, de 37 a?os, disc¨ªpulo del caos como estrategia que tan buenos resultados le da a Trump, acababa de llamar violador en directo a un oponente, Jos¨¦ Luiz Datena, que respondi¨® con el lanzamiento del asiento. Los comentaristas, la tuitosfera y la industria del meme salivaron durante d¨ªas.
La falsa acusaci¨®n que sac¨® de sus casillas a Datena, el presentador de programas de sucesos m¨¢s famoso de Brasil, supon¨ªa la en¨¦sima provocaci¨®n de Mar?al, un antiguo coach de autoayuda, influenciador, evang¨¦lico, rico y reci¨¦n llegado a la pol¨ªtica que ha revolucionado la carrera para gobernar S?o Paulo, la mayor ciudad del hemisferio sur. Sus 12 millones de vecinos y el tercer mayor presupuesto de Brasil la convierten en trampol¨ªn a la Presidencia. Aunque la probabilidad de que Mar?al se cuele en una segunda vuelta se han enfriado, sigue tercero con un 21% en los sondeos, seg¨²n ha publicado el Instituto Datafolha de este jueves. Toda la campa?a ha girado en torno a este outsider que emula las formas y el discurso antisistema que catapult¨® al poder a los Trump, Bolsonaro, Bukele o Milei. ¡°La ¨¦lite paulistana es la responsable de que esa broma de mal gusto llamada Pablo Mar?al se prolongue (¡) se enamor¨® de un alborotador surgido de la nada¡±, escrib¨ªa la columnista Vera Magalhaes esta semana en O Globo, el diario m¨¢s le¨ªdo.
Brasil celebra la primera vuelta de las municipales el 6 de octubre, y habr¨¢ una segunda el 27 donde nadie haya alcanzado la mitad m¨¢s uno. Estos comicios servir¨¢n tambi¨¦n para medir la relaci¨®n de fuerzas entre Luiz In¨¢cio Lula da Silva y Jair Bolsonaro dos a?os despu¨¦s de que el antiguo obrero de izquierdas venciera al militar retirado de extrema derecha en una re?id¨ªsima elecci¨®n.
¡°Yo, un celular, Dios y el pueblo¡± es uno de los lemas de Mar?al. M¨¢s all¨¢ del discurso antisistema, anticomunista y su dominio en redes sociales, personifica un binomio que vive una acelerada expansi¨®n en Brasil: el emprendimiento y la teolog¨ªa de la prosperidad que predican las Iglesias evang¨¦licas neopentecostales.
Mar?al construy¨® su exitosa carrera profesional como ese tipo que, desde un escenario o v¨ªa cursos de YouTube, te dice que t¨² puedes, que con esfuerzo puedes superar cualquier adversidad, triunfar, prosperar e incluso hacerte rico. Para muchos, un charlat¨¢n de libro; pero para otros muchos, el hombre que transform¨® sus vidas, les hizo entender su potencial y los encamin¨® hacia el ¨¦xito personal y financiero. Encarna la idea central de la industria de la autoayuda, en la que Mar?al hizo una fortuna declarada de 35 millones de d¨®lares (31 millones de euros). Con esas credenciales, es un modelo para millones de brasile?os ahogados en las penurias cotidianas. Cosecha, de todos modos, fracasos como el intento de hacer caminar a una tetrapl¨¦jica o resucitar a dos muertos.
Cuando Mar?al logr¨® colarse en el tr¨ªo de cabeza de las encuestas junto al alcalde actual, Ricardo Nunes (27%), y al candidato del presidente Lula, Guilherme Boulos (25%), los dem¨®cratas brasile?os sintieron un escalofr¨ªo. Recordaba al inesperado triunfo de Bolsonaro, un candidato despreciado por tosco e inepto cuya victoria, en las presidenciales 2018, nadie quiso ver venir.
Su irrupci¨®n en la campa?a desconcert¨® al bolsonarismo y dividi¨® al movimiento que ha capitalizado el voto protesta de la ultraderecha. Bolsonaro coquete¨® con apoyar a Mar?al, en sinton¨ªa con sus seguidores m¨¢s radicales. Pero, como est¨¢ inhabilitado hasta 2030, opt¨® por la cautela y acept¨® respaldar, con cero entusiasmo, al actual alcalde, Ricardo Nunes, de 56 a?os, un pol¨ªtico gris que no supone amenaza.
Al electorado que abraza el voto protesta en S?o Paulo no se le puede negar cierta tendencia al suicidio pol¨ªtico (o, seg¨²n se mire, ingenio). Mar?al no es tan extravagante si se compara con la rinoceronte Cacareco que en las municipales de 1959 recibi¨® cien mil votos para mudarse del zool¨®gico al Ayuntamiento como concejala. Pero, atenci¨®n, el payaso Titiririca va por su cuarta legislatura como diputado federal tras triunfar con el lema ¡°Vote Tiririca, pior que t¨¢, n?o fica¡± (Vote Tiririca, esto a peor no puede ir).
El propio Mar?al ha confesado que dise?¨® un plan detallado. Primer paso, ser un buf¨®n, lanzar acusaciones falsas de calibre grueso. A la candidata preferida de la progres¨ªa moderada, Tabata Amaral, 30 a?os, una diputada que logr¨® dar el salto de la periferia a Harvard, le reproch¨® el suicidio de su propio padre, adicto a las drogas; del preferido de Lula, Guilherme Boulos, un diputado y activista de 42, a?os, dijo que es un cocain¨®mano que no ha trabajado en su vida, y al presentador Datena, lo acus¨® de violador al hilo de una denuncia por acoso sexual ya archivada.
Acusaciones para viralizar y desviar la atenci¨®n, como hace Trump, que aspira a gobernar la primera potencia del planeta con mentiras como la que solt¨® sobre los trabajadores haitianos de Springfield. Ocasiones para insultar en persona a los adversarios le sobran al brasile?o porque la campa?a por S?o Paulo es una sucesi¨®n de debates entre los candidatos plagada de golpes de efecto, contorsionismo pol¨ªtico y escasez de propuestas concretas y factibles. En los intermedios, Mar?al protagoniza m¨ªtines o participa en rezos colectivos v¨ªa Zoom.
El antiguo gur¨² brasile?o de la autoayuda lidera en rechazo del electorado con un 47%. Entre las mujeres, sube al 53%. Mar?al estudi¨® telemarketing y, con sus cursos de autoayuda se hizo millonario. Nada mal para alguien que empez¨® como t¨¦cnico de sonido en un templo evang¨¦lico de Goiania, en el coraz¨®n rural de Brasil, y que fue condenado a cuatro de c¨¢rcel a los 18 a?os. El candidato era el inform¨¢tico de una banda de estafadores que robaba cuentas bancarias por internet. El caso prescribi¨®.
Casado y padre de cuatro hijos, sin duda sabe c¨®mo vender un producto. Para complementar su discurso machista ¡ªtan del gusto de millones de hombres que se sienten amenazados por el avance de las mujeres hacia la igualdad¡ª y el hecho de que es un hombre blanco en un pa¨ªs de mayor¨ªa mestiza, su compa?era de candidatura es una mujer negra, polic¨ªa militar, llamada Antonia de Jesus Barbosa Fern¨¢ndes. El empresario y su esposa, y socia mayoritaria, acaban de nombrar a una mujer como consejera delegada del imperio empresarial que comparten. Gui?os para intentar aminorar la repulsa que causa entre el electorado femenino.
El candidato atesora 25 millones de seguidores en redes. Sabedor de que son capitales en cualquier campa?a contempor¨¢nea, burl¨® la normativa electoral que proh¨ªbe pagar a las tecnol¨®gicas para que las campa?as sean promocionadas. Organiz¨® un concurso en el que premiaba con un dinerillo a los seguidores que hicieran el mejor clip de sus discursos. ?Resultado? Para cuando la trampa fue descubierta hab¨ªa logrado 650 millones de visualizaciones en internet. Y, cuando el juez le cerr¨® los perfiles digitales, activ¨® los de reserva para seguir con la fiesta.
?Y qu¨¦ propone el gur¨² de la autoayuda para la ciudad que es el motor econ¨®mico de Brasil, una la meca gastron¨®mica con 80.000 vecinos sin techo? Entre lo poco que ha detallado, destaca su gusto por el modelo de El Salvador contra el crimen, que conoci¨® durante una visita reciente al presidente, Nayib Bukele. ¡°No sali¨® a matar, solo detiene criminales¡±, dijo el brasile?o en una entrevista. En educaci¨®n, promete escuelas patrocinadas por empresas para ense?ar deporte ¡ª¡±porque el deporte forja el car¨¢cter¡±¡ª y emprendimiento. Contra los atascos infernales, telef¨¦ricos, aparcamientos disuasorios y trabajo en remoto.
El domingo 6 de octubre, los nueve millones de electores de la mayor ciudad del hemisferio sur pronunciar¨¢n su veredicto sobre Mar?al y el futuro pol¨ªtico de Brasil.
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