El embarazo en un libro y el alargado parto de su publicaci¨®n
Se publica ¡®En busca del presente¡¯, una autoficci¨®n sobre la sororidad y el empoderamiento que la escritora espa?ola exiliada en M¨¦xico Mada Carre?o empez¨® en 1959 y hab¨ªa permanecido in¨¦dita hasta ahora
Mada Carre?o era de los ¡°embotellados de origen¡±, como llaman en M¨¦xico a los exiliados espa?oles que llegaron en trayecto directo desde la misma Guerra Civil, previo paso por los Pirineos. Arrib¨® en Veracruz el 13 de junio de 1939 en el famoso buque Sinaia. Ya ten¨ªa 24 a?os, estudios en el liceo franc¨¦s, experiencias comunistas como reportera y quiz¨¢ asco por ciertos brebajes de cebolla: miserias de un pa¨ªs en armas. La notoriedad intelectual que alcanz¨® en M¨¦xico es la misma que perdi¨® Espa?a para su acervo cultural: una larga carrera period¨ªstica, poes¨ªas, ensayos, cuentos, traducciones. Y dos novelas de larga gestaci¨®n: emple¨® 30 a?os para culminar Los diablos sueltos, un ¨¦xito que quiz¨¢ le encogi¨® el ¨¢nimo para rematar la segunda, que empez¨® en 1959. De todas formas, nadie quiso publicarla. Y la autora muri¨® unos a?os despu¨¦s, en 2000, con una excusa llegada por carta de la Editorial Tusquets: ¡°Est¨¢ muy bien escrita, los personajes est¨¢n bien dibujados y lo que les ocurre es esclarecedor sobre algunos tristes episodios de nuestra historia. Es obviamente publicable y a mi entender est¨¢ muy por encima de la calidad media de cuanto se publica. Sin embargo, estamos en un mercado locamente competitivo, en el que solamente se venden libros premiados o presuntos best sellers... Lo lamento, pero no me siento capaz de promocionar una novela de autor poco conocido¡±.
Las oportunidades editoriales son cambiantes, por suerte para los lectores, que ahora podr¨¢n certificar esa literatura limpia, de adjetivos certeros y verbos precisos, un bello lenguaje de regusto antiguo para un contenido moderno en extremo que comenz¨® titul¨¢ndose Desde el balc¨®n y acab¨® En busca del presente. Pero el presente nunca llegaba. Hasta ahora. La editorial Cuadernos del Vig¨ªa la ha incluido en su colecci¨®n La mitad ignorada. A estas alturas no hay que explicar ni qui¨¦nes conformaban esa mitad ni por qu¨¦ fueron ignoradas. Aunque Mada Carre?o ten¨ªa para ello su peculiar aforismo, otro g¨¦nero que trabaj¨®: ¡°Detr¨¢s de toda gran mujer hay un hombre que ha tratado de impedirlo¡±.
En busca del presente es una ficci¨®n autobiogr¨¢fica. La reflexi¨®n de una mujer sobre su lugar en el espacio p¨²blico y dom¨¦stico, sobre el matrimonio y un embarazo que no es precisamente el motivo de su realizaci¨®n, sino un v¨®mito incesante que la paraliza en una cama. Es un canto a la hermandad y solidaridad entre mujeres hasta alzarlas victoriosas en sus empe?os. El rechazo a los cors¨¦s que impone la religi¨®n, las costumbres o el marido. Es decir: sororidad, empoderamiento, independencia y esa pesadumbre que atenaza a las mujeres cuando presienten que la maternidad y la crianza echan el cierre al cuarto propio. ¡°No entiendo la vida, no s¨¦ qu¨¦ es este desgarramiento ni para qu¨¦ es. Cuando supe que estaba encinta solo sent¨ª asombro. Era una imposici¨®n, una trampa. ?Qu¨¦ ten¨ªa yo que ver con aquello? Algo, un aliento de fuera, obra ciegamente en mi cuerpo sin que yo tenga que hacer nada, ni siquiera opinar. Solo me queda la indolencia¡±.
Hija de un relojero y una mujer poco dada a las caricias, Mada Carre?o colabor¨® en el frente espa?ol con varias publicaciones. En 1938 se cas¨® con el escritor Eduardo de Onta?¨®n, al que conoci¨® en la redacci¨®n del comunista Mundo Obrero y con el que se exili¨® en M¨¦xico. Ojos pardos, pelo casta?o, 1,61 de altura, soltera y modista. As¨ª la describe el documento de 1951 en el que se naturaliza mexicana, y que guarda el Ateneo Espa?ol de M¨¦xico. En su nueva patria escribir¨¢ para el Excelsior, Revista de revistas, Hoy, Ma?ana. Y funda, con su marido y Joaqu¨ªn Ram¨ªrez la editorial X¨®chitl. Ella vend¨ªa libros por las calles, recuerda una de sus hijas. El matrimonio no funcion¨®. Onta?¨®n vuelve a Espa?a y Carre?o se queda para siempre en M¨¦xico. Se casa de nuevo, con Antonio Ses¨ªn, un ingeniero hijo de libaneses, buen padre y esposo, pero alejado de la intelectualidad que ocupaba el pensamiento de la escritora, seg¨²n cuenta su hija Saide Sas¨ªn. En su casa hab¨ªa tertulias filos¨®ficas, una materia que dominaba y que impregna la obra que aqu¨ª se presenta.
Saide Sas¨ªn la recuerda ¡°feminista casi sin saberlo¡±, consciente de la falta de cuarto propio, disponiendo de espacio para s¨ª misma cuando el marido llevaba a las ni?as al cine, por ejemplo. ¡°Mi madre era una enciclopedia. Pod¨ªas preguntarle, de repente: ?ten¨ªa hijos Cleopatra? Y te respond¨ªa con detalles. Era autodidacta, son los que aprenden por placer, no para tener un papel que lo certifique¡±.
El padre de la autora vio a su hija espabilada y le dio a elegir entre piano y franc¨¦s y ella se qued¨® con el franc¨¦s. ¡°Pero no naci¨® en una familia acomodada, ni mucho menos, como a veces se dice. De hecho, ella se gan¨® los estudios por ser talentosa. El resto de sus hermanos no pudieron estudiar¡±. Sas¨ªn dice que fue amorosa, aunque casarse o tener hijos no era exactamente su prioridad. ¡°Ella era una sabia, pero a las sabias no se les ayuda, a los sabios s¨ª se les libera de las cargas dom¨¦sticas¡±. Muri¨® a los 85 a?os, en 2000, de un c¨¢ncer que se neg¨® a prolongar artificialmente.
Dibujaba, escrib¨ªa. Su primera novela, Los diablos sueltos, ser¨ªa suficiente para que cualquiera le hubiera publicado la segunda. Una calidad incuestionable, un verbo fluido, una historia conmovedora. Pero no fue as¨ª. En 1983, el escritor y cr¨ªtico Manuel And¨²jar le dedica a su amiga Mada este p¨¢rrafo en una carta. Hablaba de la novela que nunca iba a ver en las librer¨ªas: ¡°El limpio y significativo idioma, tu caracter¨ªstica de filtrar aspectos solo aparentemente cotidianos, tangibles, tu adentramiento espiritual, ?qu¨¦ contraste con las trivialidades, tremendismo y especulaciones que la narrativa en circulaci¨®n cultiva y padecemos! En tus p¨¢ginas lo literario se humaniza y sigue el proceso del oleaje. Original convergencia en alg¨²n fragmento, l¨ªricamente encuadrado con la mejor Virginia Woolf¡±.
La innegable calidad literaria no pudo doblar el brazo al criterio mercantil. Hasta hoy. ¡°Sufri¨®, como tantas otras autoras, el s¨ªndrome del impostor, no llegar a creerse que son escritoras, quiz¨¢ periodistas o redactoras de textos infantiles. Pero su calidad est¨¢ fuera de toda duda¡±, opina Jairo Garc¨ªa Jaramillo, el director de esta colecci¨®n que ya re¨²ne otros nueve t¨ªtulos. ¡°No estamos rescatando nombres femeninos. Es cierto que ahora gusta leer a mujeres, a desconocidas, pero lo que ofrecemos en esta colecci¨®n es, en primer lugar, calidad literaria. De eso parte de la investigaci¨®n, no de la moda¡±. Aunque es verdad que ahora hay ese inter¨¦s por estas obras, que ha cambiado mucho en 20 a?os desde aquel rechazo de Tusquets.
La novela, que ya est¨¢ en las librer¨ªas espa?olas, busca su distribuci¨®n, todav¨ªa incierta, en M¨¦xico. Dice Garc¨ªa Jaramillo: ¡°Tratamos de desexiliar a estas mujeres¡±. Carre?o ha vuelto a Espa?a con su novela in¨¦dita. Ahora es M¨¦xico el que la espera. Desde aquel 29 de junio de 1959 cuando la autora anot¨® en su diario: ¡°Hoy comienzo a escribir una novela, me siento feliz y realizada¡±.
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