Margo Price, la antiestrella del ¡®country¡¯
La cantante escapa a su destino de reina del g¨¦nero con un nuevo disco que esquiva todo intento de coronaci¨®n, alternando la ¡®americana¡¯ con el pop, la psicodelia o incluso la electr¨®nica
A Margo Price (Aledo, Illinois, 39 a?os) le cay¨® un sambenito: ser la pr¨®xima estrella del country. La revista neoyorquina The Fader, influyente en la meloman¨ªa norteamericana, adjudic¨® a Price ese t¨ªtulo cuando hab¨ªa publicado en 2020 su notable disco That¡¯s How Rumors Get Started. Poco despu¨¦s, otros medios y aficionados se aventuraron a esperar de ella ese estatus en un pa¨ªs que siempre est¨¢ necesitado de estrellas, y m¨¢s a¨²n en el g¨¦nero musical vaquero, un estilo tan propio del ADN estadounidense. Dif¨ªcil ser una estrella, o tener motivaciones de querer alcanzar una corona, cuando esta cantante y compositora tiene un tatuaje en el pie izquierdo que apenas se ve y en el que se puede leer: ¡°Gitana vagabunda del mundo¡±. Price no es de nadie.
Al igual que sucede con las etiquetas ¡°el futuro del rock¡± o ¡°la gran esperanza del folk¡±, la de la ¡°pr¨®xima estrella del country¡± es m¨¢s una losa que un impulso para cualquier carrera. Margo Price lo sabe y, por eso, asegura que no hace m¨²sica para contentar a los dem¨¢s. Tampoco para cumplir expectativas ajenas. ¡°No espero que todos entiendan lo que estoy haciendo¡±, explica por correo electr¨®nico. ¡°Y eso es empoderador¡±, sentencia. Price acaba de publicar Strays (Loma Vista / Music As Usual), un cuarto ¨¢lbum en el que, a partir de coqueteos con la psicodelia y la producci¨®n de Jonathan Wilson (Angel Olsen, Father John Misty o Dawes), se desmarca de cualquier intento de coronaci¨®n country. Su renuncia es osada: hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere.
¡°La rebeli¨®n es un signo de verdadera inteligencia y he estado yendo contra corriente desde el primer d¨ªa que llegu¨¦ a Nashville¡±, confiesa. ¡°Todos mis h¨¦roes empujaron los l¨ªmites del g¨¦nero y solo estoy tratando de estar a la altura de su trabajo. Hablo de Loretta Lynn, Johnny Cash, Waylon Jennings, Jessi Colter y Linda Martell. Construyeron el legado de los forajidos. Y estoy haciendo todo lo posible para seguir construyendo y expandiendo eso. S¨¦ que, a veces, ciertas personas han dicho que soy extrema o demasiado fuera de la caja, pero no hago m¨²sica para todo el mundo¡±.
Strays est¨¢ compuesto de 10 canciones que son puro reflejo de esa otra m¨²sica que no es para todo el mundo. Al menos, no lo es para la actual industria de Nashville, un poderoso conglomerado de sellos discogr¨¢ficos, agentes, estaciones de radio y promotores que se encargan de fomentar toda una cultura de ocio vaquero, muy estrecha de miras, obsesionada hasta el paroxismo con la est¨¦tica cowboy y vaciada de contenido reflexivo. En su nuevo disco, Price usa los sonidos de ra¨ªz del country para confrontarlos con el rock, la psicodelia e incluso el pop alternativo. Suena un pedal steel para luego poder recrearse con un sintetizador moog o una caja de ritmos electr¨®nicos. No tiene miedo. Para todo ello, se sirve de nombres destacados que se alejan de los preceptos de Nashville: la inclasificable Sharon Van Etten, la banda indie Lucius ¡ªcon la que se marca la preciosa ¡®Anytime You Call¡¯¡ª y el veterano rockero Mike Campbell, prodigioso guitarrista y mano derecha del fallecido Tom Petty. ¡°Mike es uno de mis h¨¦roes y tenerlo a mi lado me ha dado mucha confianza para salir y acercarme a otros g¨¦neros, como el rock and roll y la psicodelia. Todos lo amamos mucho. Hizo el papel principal en una sola toma y derriti¨® nuestros cerebros¡±.
Price viene de lo que se conoce como East Nashville, una zona de la ciudad donde se han ido instalando en el siglo XXI toda una serie de artistas con esp¨ªritu rebelde. M¨²sicos que siguen la estela de los primeros forajidos, aquellos nombres que crearon el movimiento outlaw del country en los setenta y a los que en los ochenta y noventa siguieron batalladores independientes como Emmylou Harris, Steve Earle, Rodney Crowell o Lucinda Williams. La influencia es tan poderosa que el movimiento forajido se ha renovado recientemente con un grupo de mujeres llenas de pundonor, entre las que est¨¢ la propia Price y Nikki Lane, Jaime Wyatt y Sierra Ferrell, con quien ha hecho su ¨²ltima colaboraci¨®n.
¡°Dejar el alcohol ha sido transformador. Tengo m¨¢s energ¨ªa y siento mis emociones de una manera m¨¢s profunda¡±
De alguna manera, Margo Price es, de toda la nueva generaci¨®n, la continuaci¨®n m¨¢s l¨®gica del gran legado que representa Lucinda Williams, ya una veterana en el circuito. De hecho, Williams la bendice y ha hablado maravillas de Maybe We¡¯ll Make It: A Memoir, la autobiograf¨ªa escrita por Price sobre todos sus vaivenes en la vida y en la m¨²sica. Ella, como Williams, sabe lo que es cerrar m¨¢s bares que nadie y cay¨® al infierno de la adicci¨®n al alcohol, tal y como relata en su libro. Hoy, Margo, quien ha encontrado la estabilidad con Jeremy Ivey ¡ª?su marido y estrecho colaborador en la composici¨®n de canciones¡ª, est¨¢ limpia y no prueba ni gota: ¡°Ha sido transformador. Tengo m¨¢s tiempo, energ¨ªa y siento mis emociones de una manera m¨¢s profunda y cruda. Me encanta¡±.
Una mujer que ahora es m¨¢s due?a de s¨ª misma y una artista que marca sus propias reglas y que no se calla. En Strays, Price no solo reivindica una emancipadora visi¨®n femenina en el country, sino que habla de abandonos familiares, hombres nocivos y hasta carga contra el capitalismo salvaje por acelerar el cambio clim¨¢tico. ¡°He estado tratando de escribir canciones poderosas y de actualidad durante a?os, pero se necesita mucha pr¨¢ctica para hacerlo bien. Siempre he admirado a los escritores que intentaban subliminalmente y sin rodeos enviar un mensaje a los oyentes. No vamos a estar en esta tierra por mucho tiempo, por lo que debemos tratar de hacer cambios positivos e influir en las personas para que hagan el bien cuando podamos¡±, explica.
Si Margo Price es la pr¨®xima estrella del country, entonces ha venido para dinamitarlo. ¡°Mi filosof¨ªa consiste en no tener miedo de correr riesgos, de ponerme rara o de ser vulnerable y diferente¡±, se?ala. La gitana vagabunda de Nashville tiene otros seis tatuajes m¨¢s, entre los que se encuentran los dibujos de una flecha, un cr¨¢neo de b¨²falo y un ¨¢guila. Pero es en su costado izquierdo donde se deja ver otro con unas palabras que rezan: ¡°Devu¨¦lveme las piezas de mi coraz¨®n¡±. A la vista de los resultados, hoy por hoy, todo indica que tiene todas las piezas de vuelta y sabe muy bien qui¨¦n es y lo que desea: ¡°Hay otro punto importante de mi filosof¨ªa actual: ¡®No tengas miedo de amar¡¯. Para eso estamos aqu¨ª¡±.
Margo Price?
Loma Vista / Music As Usual
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