Los servicios sociales alertan de que su funci¨®n no es ser un ¡°caj¨®n de sastre¡±
Un informe del Colegio del Trabajo Social de Catalu?a concluye que los recortes y la falta de pol¨ªticas sociales pone en riesgo la atenci¨®n a las familias
La ley que regula la actividad de los servicios sociales b¨¢sicos en Catalu?a cumple este diciembre diez a?os. El Colegio Oficial de Trabajo Social de Catalu?a alerta en un dictamen de que los profesionales desempe?an su labor en medio de una alta precariedad, y de que la falta de pol¨ªticas sociales en ¨¢mbitos como la educaci¨®n o la sanidad les ha convertido en un "caj¨®n de sastre". Esta circunstancia, aseguran los autores del estudio, les aleja de la principal prioridad del trabajo social: prevenir las necesidades de los ciudadanos y acompa?arlos desde la proximidad.
La gran dificultad en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n los autores del informe, ha sido dar cabida en el sistema de servicios sociales b¨¢sicos a la creciente demanda que propici¨® la crisis con unos recursos que no se actualizaron. "Somos la primera puerta de entrada al sistema pero tambi¨¦n el punto de llegada para todo lo que no se ha podido solucionar", explica Arantza Rodr¨ªguez, una de las responsables, junto con Merc¨¨ Ginesta, Merc¨¨ Civit y Juanma Rivera, del dictamen Los Servicios Sociales B¨¢sicos en la provincia de Barcelona. Situaci¨®n actual y propuestas de mejora.
En sus conclusiones, el estudio afirma que, m¨¢s all¨¢ de sus funciones obligadas, el sistema de servicios sociales b¨¢sicos, que se presta desde los Ayuntamientos, "ha sido receptor, sin poner l¨ªmite, de otras competencias del resto de sistemas (salud, educaci¨®n, vivienda, ocupaci¨®n), o bien de los servicios sociales especializados". "Es la creencia ilusoria de que en los servicios sociales b¨¢sicos todo cabe. Sus profesionales viven esta delegaci¨®n como una carga inabordable que se suma a la complejidad intr¨ªnseca de su tarea", a?ade el documento. Por ejemplo, el sistema de atenci¨®n b¨¢sica se ha encargado en los ¨²ltimos tiempos de dispensar ayudas para ortopedias, productos farmac¨¦uticos o ayudas a la vivienda. "No nos toca, pero ni Salud ni Vivienda han puesto partidas especiales para estas prestaciones", aseguran los trabajadores.?
"Se nos atribuye mucho trabajo que al final acaba desdibujando cual es nuestra verdadera tarea", lamenta Rodr¨ªguez. Y esto se traduce, en el d¨ªa a d¨ªa del trabajo social, en un desajuste entre las expectativas de los usuarios y lo que realmente pueden hacer los profesionales, que han visto c¨®mo su labor se ha ido reduciendo a la burocracia y a la gesti¨®n de un amplio n¨²mero de expedientes.
Carlos Alarc¨®n, trabajador social en el Ayuntamiento de Barcelona, explica que en estos momentos tiene a su cargo 110 expedientes familiares. "Nuestras intervenciones van desde la atenci¨®n a la infancia en riesgo hasta la ayuda a la dependencia", explica. Este amplio abanico de tareas requiere preparaci¨®n, conocimiento de los usuarios para poder prevenir situaciones graves y recursos para solucionarlas. "Las prestaciones econ¨®micas son solo una parte de lo que hacemos", aclara Alarc¨®n, aunque admite que, en muchos casos, los usuarios los perciben como dispensadores de ayudas.
Sin embargo, los Servicios Sociales B¨¢sicos solo tienen capacidad para parar el golpe, no para dar una soluci¨®n continuada en el tiempo. No obstante, los usuarios llegan con unas altas expectativas ("les dicen 've a servicios sociales, que te lo arreglar¨¢n'", dicen los autores del dictamen) que no son satisfechas, lo que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha derivado en agresiones verbales y hasta f¨ªsicas. "Es agotador", asegura Rodr¨ªguez. "Trabajamos muchas veces con personas en situaci¨®n de dependencia a las drogas, o personas dependientes", recuerda Alarc¨®n.
"En los ¨²ltimos a?os se ha incrementado sustancialmente el n¨²mero de familias a las que atender", explica la autora del estudio, aunque no detalla cu¨¢l ha sido el aumento, ya que la multitud de servicios que prestan los diferentes Ayuntamientos no facilita un recuento de datos. La ratio que marca la Ley de Servicios Sociales es de tres trabajadores y dos educadores por cada 15.000 habitantes. "Est¨¢ muy desfasada respecto a lo que ha quedado despu¨¦s de la crisis, y ni se ajusta a las necesidades de cada territorio ni a la complejidad social de cada zona, porque no se pueden poner refuerzos en un sitio y sacarlos de otro", resume Rodr¨ªguez.
El estudio apunta, como soluci¨®n, a que se ampl¨ªen los recursos y a que se destinen m¨¢s trabajadores en ¨¢mbitos que no son estrictamente el sistema b¨¢sico. Seg¨²n el Colegio de Trabajadores Sociales, es necesario que en las escuelas y en los centros de salud haya profesionales que puedan hacer una labor de prevenci¨®n para descargar de trabajo al sistema b¨¢sico. Los autores tambi¨¦n creen que, con el inicio del crecimiento econ¨®mico, es ahora el momento de revertir los recortes e impulsar pol¨ªticas sociales.
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