La astr¨®noma espa?ola que va a explorar la zona m¨¢s grande y desconocida del Sistema Solar: ¡°el ¡®James Webb¡¯ desvelar¨¢ un universo oculto¡±
Noem¨ª Pinilla-Alonso dirige dos grandes programas de observaci¨®n con el mayor telescopio espacial de la historia
Noem¨ª Pinilla-Alonso es asturiana de Oviedo y dice que de ni?a lo ten¨ªa todo en contra para hacer lo que m¨¢s le gustaba: contemplar las estrellas. All¨ª estaba casi siempre nublado, pero todos los veranos su familia se iba a Toro, en Zamora, de donde provienen sus padres, un comercial y una maestra. Los ¡°cielos de Castilla¡± le permitieron descubrir las primeras constelaciones.
Aquella ni?a dirige ahora una de las campa?as de exploraci¨®n de los confines de nuestro Sistema Solar m¨¢s ambiciosas de la historia. Su objetivo principal es usar el telescopio espacial James Webb para escudri?ar qu¨¦ hay m¨¢s all¨¢ de Neptuno, ¨²ltimo planeta del Sistema Solar.
A Pinilla-Alonso le cambi¨® la vida una de las mayores pol¨¦micas astron¨®micas de este siglo. El descubrimiento de varios cuerpos lejanos m¨¢s grandes que Plut¨®n aboc¨® a un intenso debate internacional que termin¨® con la defenestraci¨®n del planeta, que pas¨® a ser un planeta enano.
Por primera vez, el mayor telescopio espacial de la historia va a poder observar en detalle alguno de esos mundos (Eris, Make Make, Haumea) y buscar en ellos los ingredientes b¨¢sicos para la vida. A sus 50 a?os, Pinilla-Alonso, astr¨®noma del Instituto Espacial de la Universidad Central de Florida (EE UU), ser¨¢ coordinadora de esas observaciones. Gracias al Webb, la investigadora tambi¨¦n va a explorar Ariel, Umbriel, Titania y Ober¨®n, las desconocid¨ªsimas lunas de Urano. Pero su mayor inter¨¦s es estudiar los cuerpos transneptunianos, un vasto anillo con millones de objetos desconocidos que se extiende m¨¢s all¨¢ de Neptuno.
Pregunta. ?Por qu¨¦ le interesa el territorio m¨¢s all¨¢ de Neptuno?
Respuesta. Los objetos transneptunianos son una de las mayores estructuras del Sistema Solar, y tambi¨¦n es una de las m¨¢s desconocidas. Sabemos que este cintur¨®n de objetos helados m¨¢s all¨¢ de Neptuno es el origen de los cometas. Sabemos que contiene objetos grandes como Plut¨®n, con unos 2.000 kil¨®metros de di¨¢metro, y otros m¨¢s peque?os, de menos de 10 km. Puede que haya billones de ellos, aunque por ahora solo conocemos unos 3.000. No tenemos ni idea de qu¨¦ hay en su superficie. Se ha detectado agua, pero ignoramos cu¨¢nta hay. Tampoco sabemos si este es el elemento m¨¢s abundante o si hay otros hielos de metano, metanol, nitr¨®geno o di¨®xido de carbono. Y es muy importante porque estas son las semillas de la vida.
P. ?La vida en la Tierra puede tener su origen en estos cuerpos?
R. Exacto. En los cometas el hielo se transforma en gas y polvo. Sabemos por eso que hay en ellos compuestos como metanol, mon¨®xido de carbono, elementos claves para la vida. En los momentos de mayor caos de la historia del Sistema Solar se produjo la resonancia de J¨²piter y Saturno. Cada uno orbitaba a su aire alrededor del Sol, pero en un momento se conectaron de forma gravitacional y empezaron a moverse de forma coordinada. Son los dos planetas m¨¢s grandes y empezaron a moverse al un¨ªsono, con lo que barrieron todo a su alrededor, expulsando planetesimales, cuerpos m¨¢s peque?os, como si fuera un gran billar. Muchos de estos cuerpos salieron disparados hacia el interior del Sistema Solar o bien hacia fuera. En esos momentos hubo much¨ªsimas colisiones en la Luna y en la Tierra. Y ese pudo ser el momento en el que el hielo de agua y los compuestos org¨¢nicos llegaron a nuestro planeta y se produjo el origen de la vida. Estos dos planetas gigantes tambi¨¦n provocaron que Urano y Neptuno emigrasen al exterior del Sistema Solar. Y ellos a su vez limpiaron las zonas exteriores. Se piensa que en su origen, todos los objetos transneptunianos eran 10 veces m¨¢s masivos que la Tierra. Pero la mayor¨ªa desaparecieron. Ahora solo queda un 10% de lo que hubo. Lo que queremos saber es todos los detalles de qu¨¦ pas¨®.
P. ?Por qu¨¦ el telescopio James Webb es decisivo en el estudio de estos objetos?
R. Aunque suene a t¨®pico, en el conocimiento de nuestro Sistema Solar hay un mont¨®n de preguntas sin respuesta. Por ejemplo, no entendemos totalmente c¨®mo se form¨®, as¨ª como los planetesimales, los fragmentos que pudieron unirse para ir formando los planetas. Los modelos te¨®ricos que intentan explicarlo lo consiguen solo de forma parcial. El James Webb va a ser un gran telescopio espacial que observar¨¢ el universo infrarrojo. Eso significa que nos va a revelar un universo que ha permanecido oculto hasta ahora. En el tema de los objetos transneptunianos va a mostrar cu¨¢les son los materiales que los forman. Eso nos permitir¨¢ investigar los procesos que los afectan desde su formaci¨®n, hace miles de millones de a?os, hasta el momento actual.
Estamos mucho m¨¢s ciegos ante asteroides peligrosos desde que cerr¨® Arecibo
P. ?No pod¨ªamos hacerlo con telescopios terrestres?
R. Desde que se descubri¨® el primer objeto transneptuniano adem¨¢s de Plut¨®n, en 1992, se han ido detectando muchos de estos cuerpos. Vistos desde la Tierra no son muy brillantes y los datos que podemos obtener con telescopios en superficie son limitados. Recientemente, hemos descubierto que no solo est¨¢n los cuerpos m¨¢s grandes, sino tambi¨¦n otros m¨¢s peque?os, menos brillantes en los que el agua est¨¢ mezclada con otros materiales. Lo que es imposible desde tierra es caracterizar estos materiales. Suponemos que los que son muy rojos tienen org¨¢nicos complejos, esos compuestos claves para la vida, pero hay que confirmarlo y con el Webb podremos hacerlo.
P. ?En qu¨¦ objetos se centran sus proyectos de observaci¨®n con Webb?
R. La sonda New Horizons de la NASA nos ha mostrado en detalle la superficie de Plut¨®n. Ha demostrado que este planeta enano tiene atm¨®sfera y que hay transferencia de material con la superficie. Conocemos hasta d¨®nde est¨¢n sus glaciares, cr¨¢teres y dep¨®sitos de hielo. En cambio, otros objetos incluso m¨¢s grandes son muy desconocidos. Ahora hemos conseguido casi 100 horas de tiempo garantizado con el Webb para observar los transneptunianos m¨¢s grandes: Eris, Make Make y Haumea, as¨ª como Plut¨®n y Caronte.
P. ?Podr¨¢n ampliar el conocimiento de cuerpos m¨¢s peque?os?
R. S¨ª. Tenemos otro proyecto para eso. Con los pocos transneptunianos que se han observado hasta ahora, sabemos que hay mucha diversidad: objetos tan oscuros como asteroides que deben estar hechos de carb¨®n y otros tan brillantes como la nieve reci¨¦n ca¨ªda, como Haumea. Para saber qu¨¦ hay en este cintur¨®n tenemos que estudiar objetos muy diferentes. Nosotros estudiaremos 60 de ellos.
P. ?Podr¨ªan estos estudios desvelar la existencia de un nuevo planeta en los l¨ªmites de nuestro Sistema Solar?
R. Ahora mismo hay dos corrientes respecto a ese planeta X; es una de las preguntas abiertas. Un grupo contin¨²a estudiando los transneptunianos m¨¢s lejanos para ver si sus ¨®rbitas est¨¢n alineadas y responden a la influencia de ese planeta externo. Hay otro grupo que piensa que no existe esa alineaci¨®n y que hay que descubrir y observar muchos m¨¢s objetos de este tipo para estudiar su comportamiento. El James Webb no es la herramienta adecuada para buscar o descubrir planetas en nuestro Sistema Solar debido a que su campo de visi¨®n es peque?o. Sin embargo, s¨ª que ser¨ªa la herramienta ideal para estudiar su superficie si otro telescopio, como el Vera Rubin, que va a rastrear todo el cielo en la pr¨®xima d¨¦cada, lo descubriera.
P. Usted es investigadora principal adjunta de Arecibo, que fue el mayor radiotelescopio del mundo y que hoy est¨¢ derruido y cerrado ?Hay forma de recuperarlo?
No me cabe en la cabeza que no haya vida m¨¢s all¨¢ de la Tierra
R. Este observatorio ha sido ¨²nico en la historia de la ciencia. No solo fue el mayor radiotelescopio del mundo, sino que era muy vers¨¢til. Su antena original se complement¨® con muchas otras que hac¨ªan que fuera la herramienta m¨¢s potente no solo en radioastronom¨ªa, sino tambi¨¦n para estudiar nuestra propia atm¨®sfera, la ionosfera, y tambi¨¦n como un enorme radar de apoyo a la oficina de defensa planetaria de la NASA. Los censos descubr¨ªan asteroides potencialmente peligrosos y Arecibo apuntaba con su radar y permit¨ªa calcular la ¨®rbita con much¨ªsima precisi¨®n. Sab¨ªamos si eran peligrosos y cu¨¢ndo iban a ser los pr¨®ximos acercamientos a nuestro planeta.
P. Entonces, ?estamos un poco m¨¢s ciegos ante asteroides peligrosos?
R. Nos hemos quedado mucho m¨¢s ciegos. Ahora mismo pr¨¢cticamente solo tenemos la antena Goldstone, de la NASA, que es mucho m¨¢s peque?a. ?nicamente podemos caracterizar los objetos m¨¢s grandes y cercanos. Todos los asteroides que podr¨ªan destruir catastr¨®ficamente la Tierra est¨¢n ya mapeados, pero hay muchos m¨¢s que no lo est¨¢n y que podr¨ªan destruir ciudades enteras.
P. ?Usted cree que hay vida m¨¢s all¨¢ de la Tierra? Si es as¨ª, ?d¨®nde es m¨¢s probable que la encontremos?
R. No hay pruebas, pero no me cabe en la cabeza pensar que no la haya. Hay tantas estrellas, tantos sistemas planetarios que tiene que haber vida en alguno de ellos. Otra cosa es que seamos capaces de descubrirla. Por eso hay que seguir recogiendo datos, observando, invirtiendo para buscar en otras estrellas esas se?ales que pensamos que originaron la vida en la Tierra. Debemos hallar discos con materiales similares a los nuestros. Adem¨¢s, est¨¢ el proyecto de indicios tecnol¨®gicos, que se basa en rastrear el universo por si estamos recibiendo alguna se?al artificial, fabricada por una posible civilizaci¨®n.
P. ?Cree que pueden existir esas se?ales?
R. Es algo interesante. No podemos cerrarnos a esa posibilidad.
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