Fyodor Urnov: ¡°Los primeros f¨¢rmacos con CRISPR estar¨¢n entre los m¨¢s caros del mundo¡±
Los nuevos tratamientos de edici¨®n gen¨¦tica se aprobar¨¢n este a?o y pueden llegar a costar tres millones de euros por paciente. Urnov, pionero en este campo, cree que es necesario ¡°repensar¡± el sistema actual de desarrollo de medicamentos
Fyodor Urnov explica que, desde hace un tiempo, recibe mensajes como estos: ¡°Mi peque?o ¨¢ngel se va a morir, ?puede usted salvarle?¡±. ¡°Usted tambi¨¦n tiene hijos, as¨ª que debe comprender lo que estamos pasando¡±. Los autores son padres, madres y otros familiares de personas que sufren enfermedades causadas por una mutaci¨®n en su genoma. Hay unas 6.000 dolencias de este tipo, que se engloban bajo el nombre de enfermedades raras, pues son muy poco frecuentes. Pero lo cierto es que en todo el mundo hay unos 300 millones de personas afectadas, casi tantas como la poblaci¨®n de Estados Unidos.
Urnov naci¨® en Mosc¨² hace 55 a?os, hijo de una ling¨¹ista y un editor de libros. Se licenci¨® en biolog¨ªa en la antigua URSS, emigr¨® a EE UU en 1990 para continuar sus estudios y desde entonces ha trabajado all¨ª. En 2005, su equipo fue el primero en editar el genoma de c¨¦lulas humanas para corregir una mutaci¨®n que causa inmunodeficiencia combinada severa; mortal en los primeros meses de vida si no se trata a tiempo. Aquel estudio demostraba que el genoma humano, con 3.000 millones de letras de ADN que contienen todas las instrucciones para la vida, no era un c¨®digo intocable, sino un texto editable. Influenciado por el trabajo de su padre, el investigador asegura que su idea fue bautizar el hallazgo ¡°edici¨®n gen¨®mica¡±.
En sus experimentos, Urnov us¨® los ¡°dedos de zinc¡±, una herramienta primigenia capaz de cortar el ADN. La t¨¦cnica quedar¨ªa eclipsada por CRISPR, una nueva mol¨¦cula capaz de reescribir el genoma de cualquier ser vivo con suma facilidad, desarrollada siete a?os despu¨¦s. ¡°Si alguien me hubiera dicho entonces que en 2023 estar¨ªamos viendo llegar los primeros medicamentos de edici¨®n gen¨¦tica le hubiera contestado que se diese una ducha fr¨ªa¡±, reconoce el investigador.
En la actualidad Urnov dirige el Instituto de Gen¨®mica Innovadora de la Universidad de California, donde desarrolla nuevas terapias para enfermedades raras. El cient¨ªfico explica que CRISPR pone a la humanidad ante un enorme reto, pues hace posible curas que en la pr¨¢ctica no llegar¨¢n a quienes las necesitan. Es un problema que deber¨ªa importarle a todos y cada uno de los habitantes del planeta, pues probablemente los tratamientos para las enfermedades raras ayuden en el futuro a combatir dolencias muy prevalentes e incurables, como el alzh¨¦imer.
Pregunta. Usted se ha preguntado, en un art¨ªculo reciente en The New York Times: ¡°Si se puede curar a algunos pacientes editando su ADN ?Por qu¨¦ no lo estamos haciendo?¡±
Respuesta. Como cient¨ªfico hay un hecho muy doloroso. Toda la gente que convive con enfermedades raras combate sola. Es como si cada uno se enfrentase a un problema gigante con su peque?a espada, en lugar de formar un ej¨¦rcito, que es obviamente la forma de ganar esta guerra.
P. ?Es posible formar ese ej¨¦rcito?
R. Con la tecnolog¨ªa actual se podr¨ªan desarrollar nuevos tratamientos en el plazo de tres a cinco a?os que podr¨ªan mejorar la vida de estos pacientes de forma sustancial. Pero en la pr¨¢ctica esto nunca va a suceder. El sistema necesario para hacer posibles estas curas a¨²n no se ha creado. Conozco a una paciente joven que tiene una dolencia gen¨¦tica que la va a dejar ciega. Sabemos c¨®mo repararlo gen¨¦ticamente. Pero en la pr¨¢ctica necesito cinco o diez millones de d¨®lares y por lo menos cuatro a?os de trabajo para desarrollar una terapia que valdr¨¢ solo para esta persona, para su mutaci¨®n gen¨¦tica concreta. Y en ese tiempo ya habr¨¢ perdido la vista.
P. ?Hay una soluci¨®n posible?
R. Debemos darnos cuenta de que tenemos una tecnolog¨ªa perfeccionada de 2023, que es CRISPR, y otras complementarias, secuenciaci¨®n, diagn¨®stico, administraci¨®n de f¨¢rmacos; pero estamos operando en un sistema de 2003. Hay una brecha enorme entre la tecnolog¨ªa y el sistema, de modo que este solo funciona si eres una empresa biotecnol¨®gica bien financiada. Si les dices a estas empresas: tengo un ni?o que se va a morir por una mutaci¨®n que potencialmente podr¨ªais corregir con un f¨¢rmaco, te responder¨¢n que no pueden gastar 10 millones de d¨®lares en crear un CRISPR solo para esa persona. Simplemente no funciona as¨ª. Su objetivo es desarrollar terapias que puedan vender. Un ejemplo. La empresa CRISPR Therapeutics, que va a solicitar este a?o la aprobaci¨®n para la primera terapia basada en CRISPR, cobrar¨¢ tres millones de d¨®lares por ella, casi tanto como el f¨¢rmaco m¨¢s caro del mundo, recientemente aprobado. Y lo har¨¢ porque trabaja en un mundo en el que los inversores les dieron mucho dinero para conseguirlo y tienen que devolverles esa inversi¨®n. Esa parte del sistema est¨¢ funcionando. El problema es que seguir¨¢ habiendo millones de pacientes que podr¨ªan curarse y no lo har¨¢n.
P. ?Hay alguna otra manera de resolver el problema?
R. Tenemos que repensar la forma en la que desarrollamos nuevas terapias. No podemos esperar que el sector farmac¨¦utico pierda dinero a prop¨®sito. Es un reto que afrontamos como especie: unir fuerzas como pa¨ªses o como grupos de naciones para desarrollar estas curas de principio a fin, porque las empresas no van a solucionar este problema.
P. ?C¨®mo justificar¨ªan la Uni¨®n Europea u otras alianzas de naciones que hay que desarrollar estas terapias, si en proporci¨®n hay muy pocos enfermos comparado con enfermedades m¨¢s frecuentes?
R. En primer lugar porque es lo correcto desde el punto de vista ¨¦tico. Pero es que adem¨¢s muchas terapias creadas inicialmente para enfermedades raras acaban ayudando a la poblaci¨®n general. El ejemplo m¨¢s reconocible son las estatinas, que fueron desarrolladas siguiendo una aproximaci¨®n futurista para tratar un tipo de enfermedad cardiovascular muy poco frecuente. Los ensayos cl¨ªnicos demostraron que funcionaban, y tiempo despu¨¦s la comunidad m¨¦dica prob¨® a d¨¢rselas a pacientes con enfermedades cardiovasculares mucho m¨¢s comunes; y tambi¨¦n funcionaron. Lo que yo propongo es que primero se desarrollen tratamientos con CRISPR para enfermedades gen¨¦ticas raras que atacan al cerebro, al pulm¨®n o al h¨ªgado. Si demostramos que son seguras y efectivas, aunque sea en 10 pacientes, tal vez despu¨¦s podamos expandir esas mismas curas a enfermedades de esos ¨®rganos que son muy prevalentes, como el alzh¨¦imer, la enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica (EPOC) o el h¨ªgado graso no alcoh¨®lico.
P. ?Le parece ¨¦tico que una farmac¨¦utica cobre tres millones de d¨®lares por un f¨¢rmaco?
R. Creo que es irracional pensar que compa?¨ªas como estas vayan a convertirse en ONG de la noche a la ma?ana. Las primeras medicinas de CRISPR para tratar la anemia de c¨¦lulas falciformes y la betatalasemia, dos dolencias de la sangre, probablemente estar¨¢n entre las m¨¢s caras del mundo. ?Por qu¨¦? En parte porque son tratamientos que obligan a dise?ar c¨¦lulas en una planta de producci¨®n y eso cuesta mucho dinero. Luego tienes que volver a inyectarle al paciente esas c¨¦lulas sangu¨ªneas, hay que darle quimioterapia y tiene que quedarse ingresado en el hospital durante mucho tiempo. Esto podr¨ªa solucionarse si tuvi¨¦semos un tipo de CRISPR inyectable. Hay empresas y grupos de investigaci¨®n que est¨¢n en ello y es probable que lo consigan. Con esta aproximaci¨®n el coste ser¨ªa 10 veces menor. Pensemos en esto: las vacunas de la covid eran ARN mensajero encapsulado en una nanopart¨ªcula lip¨ªdica. Ya sabemos que la industria puede fabricar miles de millones de dosis a un precio asequible. Los intentos m¨¢s recientes de editar un gen en el h¨ªgado para tratar una dolencia hep¨¢tica rara se han hecho con una f¨®rmula muy parecida: un CRISPR en forma de ARN mensajero dentro de una nanopart¨ªcula lip¨ªdica.
P. ?Cu¨¢ndo se aprobar¨¢n las primeras terapias de CRISPR?
R. Este mismo a?o se aprobar¨¢n las dos terapias mencionadas para personas que no pueden producir gl¨®bulos rojos sanos, primero en EE UU y probablemente poco despu¨¦s en la UE. Aunque la mayor¨ªa de pacientes tratados son adultos, estas terapias son ideales para ni?os, pues lo mejor es corregir la enfermedad cuanto antes. Las empresas que las han desarrollado ya est¨¢n haciendo ensayos cl¨ªnicos con ni?os para que puedan beneficiarse. El siguiente paso ser¨¢ la edici¨®n gen¨¦tica del h¨ªgado para tratar dos dolencias raras, la amiloidosis por TTR y el angioedema hereditario, que probablemente se aprueben en 2024.
P. ?Cu¨¢ndo podr¨¢ una persona con una enfermedad hereditaria de la sangre en Espa?a, por ejemplo, ir al hospital y que le den una terapia con CRISPR?
R. Eso no lo sabemos, incluso si esas medicinas ya estuviesen disponibles. CRISPR es solo una plataforma muy vers¨¢til. No es dif¨ªcil ir tratando una enfermedad rara tras otra, al menos en la sangre o el h¨ªgado. Pero con el actual sistema s¨ª lo es.
P. ?Cu¨¢ndo cree que podremos tener curas de CRISPR para las enfermedades m¨¢s comunes, que se deben a no uno, sino varios genes, adem¨¢s de a factores externos?
R. En los pr¨®ximos a?os veremos, primero, terapias con CRISPR para enfermedades del sistema inmune, como la artritis reumatoide o la enfermedad intestinal inflamatoria. Lo siguiente ser¨¢n enfermedades metab¨®licas del h¨ªgado. El progreso ser¨¢ paulatino. Creo que el pulm¨®n, el sistema nervioso central y el sistema musculoesquel¨¦tico se podr¨¢n tratar con CRISPR. Cada avance ser¨¢ una lecci¨®n para el siguiente reto. No quiero prometer m¨¢s de lo que s¨¦ que se puede hacer, pero mirando la trayectoria de este campo el progreso va a ser impresionante.
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