Ludovic Slimak, paleoantrop¨®logo: ¡°Hemos matado al neandertal por segunda vez al no querer comprenderlo tal como fue¡±
El autor franc¨¦s reflexiona sobre la identidad de nuestra especie y su tendencia a aniquilar cualquier otra forma de humanidad
Ludovic Slimak (Vercors, 51 a?os) es paleoantrop¨®logo del Centro Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica de Francia y la Universidad de Toulouse-Le Mirail. En su ¨²ltimo libro, El neandertal desnudo (Debate), relata sus experiencias excavando yacimientos en medio mundo en busca de la esencia de la ¨²ltima especie humana extinta.
El autor hace reflexiones que trascienden lo cient¨ªfico para tocar el arte, la psicolog¨ªa, la antropolog¨ªa, incluso la filosof¨ªa. Su idea central es usar a los neandertales como un espejo en el que mirarnos e identificar pulsiones que pueden aniquilarnos.
En esta entrevista, realizada en Madrid, Slimak tambi¨¦n habl¨® a EL PA?S de su ¨²ltimo descubrimiento, los restos del que posiblemente es el ¨²ltimo neandertal conocido: un hombre de unos 50 a?os cuyo clan llevaba 50.000 a?os completamente aislado.
Pregunta. ?Qu¨¦ cree que sucedi¨® cuando nuestra especie se encontr¨® con los neandertales?
Respuesta. Para entender ese encuentro entre dos visiones humanas, hay que encontrar las palabras adecuadas para expresar qu¨¦ es el neandertal. Hasta el momento, no lo hemos logrado. Hay dos escuelas de pensamiento. La que lo considera una humanidad inferior, y otra que, casi como reacci¨®n, dice que esa es una mirada racista, y que los neandertales eran iguales que nosotros.
P. ?Y usted qu¨¦ opina?
R. He pasado 35 a?os trabajando en cuevas. He tenido un contacto muy directo con los objetos que fabricaban, su modo de vida, sus armas. Haciendo este trabajo me pas¨® algo muy problem¨¢tico: no reconoc¨ªa nada de esas dos escuelas de pensamiento. No estaban viendo lo fundamental de la cuesti¨®n neandertal. No se trata de conocer sus tecnolog¨ªas para tallar el s¨ªlex, saber qu¨¦ animales cazaban o cu¨¢l era su gen¨¦tica. Todo eso son solo herramientas. Hemos confundido los m¨¦todos con el sujeto de estudio, que es lo humano. Los sapiens somos tan complejos que nos cuesta mucho entendernos a nosotros mismos. Hemos fragmentado el conocimiento humano en muchas disciplinas, antropolog¨ªa, psicolog¨ªa, etiolog¨ªa, sociolog¨ªa; pero lo humano no est¨¢ en ninguno de esos fragmentos. Nos estamos planteando una cuesti¨®n mucho mayor: qui¨¦nes somos y qu¨¦ somos en el mundo. Y una vez planteado esto, nos preguntamos qu¨¦ supone la existencia de otra humanidad independiente y cu¨¢l fue su papel. No podemos comprender a los neandertales proyectando nuestros fantasmas.
P. En su libro habla de un neandertal espantap¨¢jaros al que hemos travestido. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. Para el gran p¨²blico, el neandertal es una superestrella del pop. La palabra neandertal se utiliza en todas las culturas del planeta, con muchas variantes. En Estados Unidos se emplea para insultar a rivales pol¨ªticos. En otras culturas, el neandertal encarna el sue?o del buen salvaje. En la cultura popular, el neandertal se nos ha escapado, tiene vida propia; no es el verdadero neandertal, sino otro disfrazado, vestido de un mont¨®n de formas. Podr¨ªamos esperar que en el ¨¢mbito cient¨ªfico se afrontase el problema con frialdad, pero tampoco. Los datos son tan complejos que la comunidad cient¨ªfica se ha enfangado, y no ha podido tomar distancia para analizar todos los datos en conjunto.
P. ?Es racista pensar que otro humano era igual que nosotros?
R. El racismo no es decir ¡°no te amo porque eres diferente¡±, sino ¡°para que seas humano, tienes que ser como yo¡±. Queriendo hacer un bien, los cient¨ªficos han ca¨ªdo en un racismo 2.0. Hemos matado al neandertal una segunda vez por no querer comprender qu¨¦ fueron realmente. Lo mismo sucedi¨® en la colonizaci¨®n de ?frica, Australia, Am¨¦rica; y sigue pasando en el siglo XXI. No podemos concebir formas humanas extraordinarias que no sean nosotros. Somos prisioneros de esta ceguera. Es muy dif¨ªcil salir de uno mismo y mirar sin proyectarse.
P. ?Tan desacertado est¨¢ todo el mundo?
R. Hay un yacimiento en Italia en el que se han encontrado restos de alas grandes y vistosas de algunos p¨¢jaros. En ellas hab¨ªa marcas de herramientas de s¨ªlex. Las hicieron neandertales de la ¨²ltima ¨¦poca antes de su extinci¨®n. La conclusi¨®n fue que recuperaban esas plumas para adornarse con penachos, como lo hac¨ªamos nosotros. Yo he encontrado un escrito del explorador franc¨¦s Jean Malaurie, que pas¨® tiempo con los inuits del ?rtico, y contaba que ellos arrancan las plumas de los p¨¢jaros para sorber el tu¨¦tano del c¨¢lamo, que es muy nutritivo. De golpe, todo se derrumb¨®. El neandertal emplumado es una caricatura. En Espa?a se han encontrado supuestas paredes adornadas, tambi¨¦n colgantes de conchas, pero cada vez que analizamos bien los datos, resultan demasiado fr¨¢giles.
P. ?Hay un sentimiento de culpa en todo esto?
R. S¨ª, existe una culpa. En el siglo XIX se cre¨® el mito del buen salvaje. En el XX pasamos al racismo. Pero todo el horror del siglo XX no cambia el hecho de que la evoluci¨®n existe, y que tenemos dos humanidades, una que vivi¨® en ?frica, nosotros, y otra en Europa, ellos, durante 500.000 a?os, en climas y entornos totalmente diferentes. Si despu¨¦s de todo eso pensamos que eran iguales a nosotros es que no creemos en la evoluci¨®n. Es creacionismo 2.0. Son movimientos inconscientes de rehabilitaci¨®n del neandertal, pero cuidado, porque eso siempre acaba en la asimilaci¨®n.
P. ?Y pensar que hubo asimilaci¨®n es un error?
R. Cuando era estudiante tuve un profesor de etnograf¨ªa, Pierre Lemonnier, que invent¨® la antropolog¨ªa de las t¨¦cnicas. Dec¨ªa que el d¨ªa que comprendamos que un habitante de Pap¨²a Nueva Guinea que asesina a su mujer clav¨¢ndole tres flechas en la espalda es un hombre estupendo para su tribu, podremos ser buenos etn¨®grafos. Enfrentarnos a la alteridad cultural siempre es una experiencia chocante. Ni uno de nuestros valores occidentales es universal. Lo que hacen en Pap¨²a nos choca, pero lo que nosotros hacemos tambi¨¦n les sorprende a ellos. Y cuando nos enfrentamos al neandertal, ya no solo hay alteridad cultural, tambi¨¦n biol¨®gica. El neandertal no puede ser un sujeto pol¨ªticamente correcto. Tenemos que afrontarlo y mirarlo sin m¨¢scaras, con total honestidad, para intentar comprender lo que es. Hablamos de la gran ¨²ltima extinci¨®n de la humanidad. La ¨²ltima vez que hubo un ser humano en la Tierra que no ¨¦ramos nosotros.
P. ?Por qu¨¦ cree que desaparecieron?
R. En los ¨²ltimos decenios se ha planteado como si fuese la extinci¨®n de los dinosaurios. Pero los seres humanos no se extinguen as¨ª. Se ha dicho que ambas especies ten¨ªan los mismos conocimientos tecnol¨®gicos. Pero despu¨¦s de haber tenido en las manos millones de objetos neandertales y sapiens, no tienen nada que ver. Dos pares de gafas se parecen mucho. Lo mimo pasa con un vaso, con una cartera, una mesa. El sapiens sigue procesos de normalizaci¨®n y estandarizaci¨®n, de uniformizaci¨®n. No es algo exclusivo del siglo XX y XXI. Lo mismo ocurre con objetos que tienen 140.000 a?os hallados en el valle del R¨®dano, o hace 200.000 a?os en el Cuerno de ?frica. Cuando me presentan un objeto sapiens, en cuanto lo veo, lo entiendo inmediatamente. Pero el objeto neandertal es como una partida de ajedrez. Yo s¨¦ hacer herramientas con s¨ªlex, es parte de mi formaci¨®n de paleoantrop¨®logo. Cuando cojo la herramienta neandertal veo que es muy bonita, pero no la entiendo. Pueden pasar d¨ªas hasta que, de repente, me viene la soluci¨®n. Lo interesante es que ese objeto es ¨²nico en el mundo. Puedo ver millones de ellos y ninguno es id¨¦ntico al otro. Con sapiens, vistos 100, s¨¦ c¨®mo ser¨¢n los siguientes.
P. ?La tecnolog¨ªa nos permite comprender su mente?
R. Esas herramientas nos abren su estructura mental y nos muestran que no tiene nada que ver con la nuestra. Nosotros llamamos uniforme al vestido del militar. ?Por qu¨¦ se le pide al soldado que vista igual que los dem¨¢s, que marche al ritmo, etc¨¦tera? Para que desaparezca como individuo y sea solo parte de un hormiguero. En el sapiens hay maneras de ser y comprender que son muy peligrosas. Est¨¢n en nuestra naturaleza. Ese deseo de hacer cosas al mismo tiempo, de ir todos a una, nos hace m¨¢s eficaces que cualquier otra especie humana.
P. Pero cuando nos encontramos con ellos en Europa tuvimos sexo e hijos que fueron aceptados, probablemente queridos.
R. Los genetistas han demostrado que todos los sapiens antiguos y tambi¨¦n los actuales tenemos genes del neandertal. Sin embargo, los ¨²ltimos neandertales no ten¨ªan genes sapiens. Esto que traigo [toma una reproducci¨®n de una mand¨ªbula inferior f¨®sil] es un hallazgo del que a¨²n no se ha publicado nada. Se ha hallado en la cueva de Mandrin, en el valle del R¨®dano, y pertenece a uno de los ¨²ltimos neandertales. Hemos logrado extraer ADN de un molar y nos dice que vivi¨® hace unos 40.000 a?os. Este individuo no ten¨ªa ning¨²n gen sapiens. Sin embargo, viene de un yacimiento donde vivieron los sapiens 10.000 a?os antes. Cuando se extrajo el ADN nos dimos cuenta de que este es un grupo de neandertales tard¨ªos totalmente desconocido. Estamos ante uno de los ¨²ltimos neandertales, posiblemente el ¨²ltimo. La poblaci¨®n de este individuo y sus ancestros llevaban 50.000 a?os sin intercambiar ni un solo gen con ning¨²n otro grupo neandertal, ni siquiera los que viv¨ªan a una semana a pie. Estamos afrontando elementos de conducta poblacional que son fundamentales para comprender la extinci¨®n. 50.000 a?os de evoluci¨®n es lo que hay entre un lobo y un caniche. Durante el tiempo que esta poblaci¨®n vivi¨® aqu¨ª, el sapiens empez¨® a generar redes de comunicaci¨®n que abarcaban 3.000 kil¨®metros entre los dos extremos del Mediterr¨¢neo. Junto a este individuo se ha encontrado un objeto que era una aut¨¦ntica proeza tecnol¨®gica. Nadie hoy en la Tierra ser¨ªa capaz de reproducirlo. Es una punta de piedra totalmente recta de 10 cent¨ªmetros de largo y dos mil¨ªmetros de grosor. Estas gentes ten¨ªan capacidades t¨¦cnicas sorprendentes, pero su forma de entender el mundo era diferente. Cada objeto era ¨²nico y mostraba una gran creatividad y libertad.
P. ?Los sapiens no somos creativos y libres?
R. Nos gustar¨ªa que esa fuese la definici¨®n del ser humano, pero no la es. Si lo fuese, habr¨ªamos desaparecido hace 40.000 a?os. Lo que somos es una especie normalizada, estandarizada, hipereficaz. Hay algo muy peligroso en el sapiens que induce a la extinci¨®n de cualquier otra forma humana. Ahora estamos aplicando nuestra eficacia al entorno natural. Vemos un desplome de la biodiversidad. Esto no es porque los malvados sapiens queramos destruirlo todo, pero si no tomamos conciencia de esto, el mundo natural se va a derrumbar sobre nuestras cabezas, y tras ¨¦l caeremos nosotros.
P. Si eran tan especiales, ?por qu¨¦ su mente no dio lugar a arte?
R. Mis colegas han buscado arte neandertal en las cuevas. Pero buscan lo que hac¨ªa el sapiens. Si vamos a Altamira vemos los bisontes. Los detalles de las patas son los mismos que los que vemos a miles de kil¨®metros, en los montes Urales de Rusia. ?Qu¨¦ nos dice esto? Que no es arte, es t¨¦cnica. Todos hacen exactamente lo mismo, como con el s¨ªlex. Las cuevas paleol¨ªticas usan un mismo c¨®digo que comunica: ¡°Estamos juntos y somos iguales¡±. El arte aparece en 1863 con el sal¨®n de los impresionistas. Antes de eso, todo era arte acad¨¦mico, todos pintaban lo mismo. No era arte, sino t¨¦cnica, refinad¨ªsima, artesanal. Manet, Pisarro, Monet, Renoir, se rebelan y empiezan a pintar de otra forma, y son rechazados por ello. Pero al final abren los ojos al mundo. Ese es el verdadero arte. El sapiens no acepta el arte sino como un instante de luz anecd¨®tico, individual. La academia es una especie de neurosis colectiva. Con el neandertal es distinto. Sus objetos artesanales, como el hallado en Mandrin, son ¨²nicos, irreproducibles. Ese objeto dice: yo soy el ¨²nico capaz de hacer esto. Es la fusi¨®n de arte y artesan¨ªa. No lo hemos visto porque hemos proyectado nuestra mentalidad sapiens. Hay arte neandertal en todas partes, detr¨¢s de los focos. Sin embargo, en los sapiens no hay arte. Ellos eran m¨¢s libres que nosotros.
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