¡®Hera¡¯, una sonda europea para defender a la Tierra del impacto de un asteroide
El hurac¨¢n ¡®Milton¡¯ amenaza el lanzamiento, previsto para este lunes, de una misi¨®n de la ESA para analizar el impacto en 2022 de una nave de la NASA contra una roca espacial cuya ¨®rbita logr¨® alterar
El ¡°loco proyecto¡± de desarrollar la tecnolog¨ªa capaz de desviar la trayectoria de un asteroide que, pongamos, venga directo contra la Tierra, dar¨¢ un gran paso para la humanidad este lunes con el lanzamiento desde la estaci¨®n de Cabo Ca?averal ¨Dy si la imprevisible meteorolog¨ªa de la Florida no lo impide¨D de la misi¨®n Hera, de la Agencia Espacial Europea (ESA). Lo har¨¢ a bordo de un cohete Falcon9 de SpaceX y cuando llegue a su destino dentro de un par de a?os, la sonda se dedicar¨¢ a estudiar la mella que produjo el impacto cin¨¦tico, el 26 de noviembre de 2022, de la nave DART, de la NASA, contra un asteroide llamado Dimorphos, cuya ¨®rbita logr¨® alterar 32 minutos. Aquel fue un logro hist¨®rico que ahora toca analizar a fondo.
Las comillas de ¡°loco proyecto¡± son del italiano Ian Carnelli, director de Hera, que se paseaba este domingo por las zonas comunes de un hotel en Cocoa Beach, kitsch ciudad de vacaciones al lado de Cabo Ca?averal, con una comprensible mezcla de emoci¨®n y nervios alimentados por una incertidumbre ¨²ltima hora: una tormenta tropical, llamada Milton, se ha formado durante el fin de semana en el Golfo de M¨¦xico y tocar¨¢ tierra, previsiblemente el mi¨¦rcoles por la tarde, en la Costa Oeste de Florida convertido en un hurac¨¢n de categor¨ªa 3 (de un m¨¢ximo de 5). El mal tiempo oblig¨® a suspender las actividades de la jornada previa al lanzamiento, que podr¨ªa verse aplazado ante una probabilidad de ¨¦xito, ciertamente baja a ¨²ltima hora del domingo, del 15%, seg¨²n los ingenieros de SpaceX.
As¨ª que Carnelli ya no sab¨ªa c¨®mo cruzar los dedos. ¡°El despegue de Hera ser¨¢ el final de un viaje que empez¨® en 2004¡±, dec¨ªa. ¡°Aunque lo m¨¢s loco es que hayamos sido capaces de montar una misi¨®n espacial en solo cuatro a?os, los que han pasado desde que recibimos los permisos y la financiaci¨®n. Normalmente, algo as¨ª toma entre siete y 12 a?os y puede costar hasta 800 millones de euros¡±. La inversi¨®n en el proyecto Hera ha ascendido a 363 millones. Y la cosa, desde luego, corr¨ªa prisa: este 7 de octubre se abre una ventana orbital para lanzar la astronave que se cerrar¨¢ el 27 de este mes. ¡°Si no la aprovechamos, tendremos que mandar el sat¨¦lite a un museo. Cuando expire ese plazo, ya no ser¨¢ posible alcanzar Dimorphos¡±, explica Carnelli.
La misi¨®n recibi¨® el nombre de la diosa del matrimonio en un recurso pertinente a la mitolog¨ªa griega. Casi todo en este ¡°loco proyecto¡± es doble. Dos son los asteroides que se escogieron para el experimento: Dimorphos es en realidad la mitad de un sistema binario de cuerpos rocosos, la luna peque?a (de unos 150 metros de di¨¢metro, un tama?o equiparable al de la pir¨¢mide de Guiza) que orbita en torno al asteroide principal, Didymos, de 780 metros. Y dos son tambi¨¦n las naves enviadas para alterar la pl¨¢cida existencia espacial de la pareja: la estadounidense DART (dardo, en ingl¨¦s, acr¨®nimo de Prueba de redirecci¨®n de asteroides doble) y la europea Hera, en virtud de un acuerdo de ¡°defensa planetaria¡± entre ambas agencias bautizado AIDA, otro bello acr¨®nimo (Evaluaci¨®n del impacto y la desviaci¨®n de asteroides).
La primera empuj¨® la ¨®rbita de Dimorphos al impactar a una velocidad de seis kil¨®metros por segundo. La segunda se comportar¨¢, en la definici¨®n del franc¨¦s Patrick Michel, cient¨ªfico principal de Hera, como ¡°un detective¡± que regresara a la escena del crimen o, por abundar en el s¨ªmil criminol¨®gico, como uno de esos peritos de la serie CSI a los que enviaban para entender qu¨¦ sucedi¨® y extraer conclusiones.
Ese perito tiene muchos enigmas por resolver ¨Dinc¨®gnitas sobre la masa, la estructura, la composici¨®n, las caracter¨ªsticas t¨¦rmicas o el comportamiento gravitatorio de Dimorphos¨D, pero sobre todo una pregunta que contestar: ?dej¨® el impacto de DART un cr¨¢ter o deform¨® el asteroide? El cient¨ªfico Michael K¨¹ppers, alem¨¢n residente en Espa?a, apuesta por la segunda opci¨®n. ¡°Los resultados preliminares que nos han brindado las im¨¢genes de los telescopios hacen pensar en ese sentido¡±. En cierto modo, ese resultado implicar¨ªa un ¨¦xito mayor de DART. ¡°Nos dir¨ªa que el impacto fue m¨¢s grande y que estuvo m¨¢s cerca de destruir el cuerpo¡±, aclara K¨¹ppers.
El lanzamiento de Hera ser¨¢ (si es) posible gracias a un contrato de la ESA con SpaceX, la empresa aeron¨¢utica de Elon Musk, en cuyas instalaciones en Cabo Ca?averal descansa, listo para su ¨²ltima misi¨®n, el cohete Falcon9, que ha ido y vuelto con ¨¦xito al espacio en 22 ocasiones. La sonda viajar¨¢ con dos peque?os sat¨¦lites que los cient¨ªficos llaman cubesats, tienen el tama?o aproximado de una caja de zapatos y se pondr¨¢n a trabajar cuando Hera se haya aproximado al sistema de los asteroides.
La nave principal viaja equipada con, entre otros instrumentos que enumera Franco P¨¦rez Lissi, ingeniero espa?ol de sistemas de la ESA, c¨¢maras t¨¦rmicas infrarrojas y de encuadre, as¨ª como espectr¨®metros o un alt¨ªmetro l¨¢ser que permitir¨¢ a los cient¨ªficos dibujar un mapa topogr¨¢fico. Uno de los cubesats lleva adem¨¢s un radar de bajas frecuencias, que, a?ade P¨¦rez Lissi, ¡°mirar¨¢ por primera vez en la historia en el interior de un asteroide para distinguir sus diferentes capas¡±. El otro incorpora una c¨¢mara hiperespectral. Llegar¨¢n a su destino, un punto perdido en el espacio a 181 millones de kil¨®metros de la Tierra, en octubre de 2026, en un viaje para el que podr¨¢n contar con la asistencia gravitatoria de Marte. Trabajar¨¢n en la escena del crimen durante unos seis meses. El trabajo, calcula K¨¹ppers, podr¨ªa estar listo para ¡°alg¨²n punto de la segunda mitad de 2027¡å.
En mitad de la pandemia
Ese momento marcar¨¢ el final de un trabajo de ocho a?os en el que han participado 18 pa¨ªses europeos (Espa?a, por ejemplo, ha contribuido en la parte de la tecnolog¨ªa de navegaci¨®n). Antes, hubo un intento previo: una misi¨®n que no recibi¨® la aprobaci¨®n de la ESA y cuyo lanzamiento estaba previsto para 2020, algo que habr¨ªa permitido al detective asistir en directo a la comisi¨®n del crimen. El proyecto Hera obtuvo finalmente su permiso en 2019 y ech¨® a andar en mitad de la pandemia. Esa situaci¨®n excepcional y el estrangulamiento de las cadenas de suministros que trajo como secuela no hizo precisamente f¨¢cil el trabajo de los cient¨ªficos e ingenieros, que este domingo se reunieron por decenas, algunos junto a sus familias, en el hotel de Cocoa Beach para escuchar las ¨²ltimas conclusiones del proyecto. El ambiente era de celebraci¨®n.
Carnelli era el hombre m¨¢s buscado. Su siguiente proyecto en materia de defensa espacial, Rams¨¦s, consistir¨¢ en mandar una copia de Hera al asteroide Apophis (otro dios egipcio, del caos). ¡°Durante a?os, pensamos que hab¨ªa un 100% de posibilidades de que chocara con la tierra, pero luego, al estudiarlo mejor, le rebajamos su capacidad de destrucci¨®n, por as¨ª decir¡±, aclar¨® el cient¨ªfico italiano. El momento ideal para analizarlo ser¨¢ en 2029, cuando el asteroide, de unos 300 metros, se acerque a menos de 32.000 kil¨®metros de la superficie terrestre, por debajo de las ¨®rbitas de los sat¨¦lites de telecomunicaciones.
La espectacular entrada en escena de Apophis fue en 2004, a?o en el que Carnelli empez¨® a trabajar en un proyecto de la ESA que bautizaron con el nombre de Don Quijote (lanza en ristre contra los molinos de viento/asteroides). Aquella empresa ya contemplaba el plan de mandar dos naves: la del impacto y la del estudio de sus consecuencias (que ser¨ªa Sancho, claro). Qued¨® en nada. ¡°Entonces se coqueteaba con ideas peregrinas como pintar asteroides de distintos colores, o enviar bombas nucleares, redes para remolcarlos... cosas as¨ª. Nunca conseguimos el dinero para Don Quijote; a los pol¨ªticos les cuesta invertir en algo cuyos resultados no ver¨¢n en vida. ¡®No es una prioridad¡¯, dec¨ªan. No terminaban de entender si era tecnolog¨ªa, ciencia o un asunto militar. Les parec¨ªa un asunto ¡®demasiado futurista¡±.
Por aquel entonces, la defensa espacial era un balbuceante campo de la ciencia, cuyo big bang cabe situar en 1994, cuando del cometa Shoemaker¨CLevy 9 impact¨® contra J¨²piter, planeta en el que caus¨® boquetes ¡°tan grandes como la Tierra¡±. ¡°Ah¨ª nos dimos cuenta de que aquello iba en serio¡±, dice Carnelli. Al desarrollo de la defensa espacial tambi¨¦n contribuy¨®, admite el director del proyecto Hera, la cultura pop: ¡°Pel¨ªculas como Deep Impact o Armageddon [ambas de 1998] nos empujaron a ocuparnos de un tema que ten¨ªamos desatendido. No hay m¨¢s que mirar la Luna, a otros planetas o las estrellas fugaces cada noche: hay objetos volando a nuestro alrededor. Por supuesto, la atm¨®sfera protege bastante a la Tierra, pero no lo suficiente para un evento grave¡±.
Antes de salir corriendo a procurarse un refugio para el Apocalipsis debe saber que Carnelli, que se?ala el estallido en 2013 de un meteorito sobre una localidad de los Urales, Cheli¨¢binsk, como ¡°otra llamada de atenci¨®n¡±, tambi¨¦n advierte que no hay previsto ning¨²n impacto preocupante ¡°para los pr¨®ximos cientos de a?os¡±. ¡°Los cuerpos grandes los tenemos controlados. No tanto as¨ª los peque?os, porque hay cientos de miles, millones. Un asteroide del tama?o de Dimorphos, de 150 metros de di¨¢metro, podr¨ªa provocar un tsunami si cayera en el oc¨¦ano, o llevarse por delante un pa¨ªs si impactara en tierra firme¡±, asegura el cient¨ªfico.
K¨¹ppers, por su parte, avisa que, si bien DART ha probado la capacidad de la humanidad para desviar una de esas amenazas espaciales, para ¡°lo de Armageddon¡± habr¨¢ que esperar. En la pel¨ªcula, todo un taquillazo, una misi¨®n de astronautas amantes de Aerosmith y liderados por Ben Affleck logra destruir con el lanzamiento de una bomba un meteorito del tama?o de Texas para cuyo impacto faltan 18 d¨ªas. Es m¨¢s: consiguen regresar sanos y salvos a casa. ¡°No es posible una desviaci¨®n en el ¨²ltimo minuto de esas caracter¨ªsticas¡±, aclara K¨¹ppers. ¡°Para lograr algo as¨ª se necesitar¨ªa o mucho tiempo de antelaci¨®n o bien algo m¨¢s grande que DART o si no, varios DART¡±. Y eso, de momento, es pura ciencia ficci¨®n.
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