El aroma de la inspiraci¨®n y la piedra de la locura
El libro de Javier DeFelipe nos introduce en el milagro de la consciencia, la autoconsciencia y el goce intelectual que hace vibrar nuestras neuronas hasta ponerlas a emitir un canto polif¨®nico
En realidad, los molinos que se convirtieron en gigantes a los ojos de Don Quijote nunca fueron molinos, sino gigantes que tomaron el aspecto de molinos. A partir del juego cervantino, vamos a tratar la locura como un atributo de genialidad.
Para ello vamos a tomar como referencia el trabajo del famoso neurocient¨ªfico Javier DeFelipe, cuyas aportaciones al campo de la microanatom¨ªa del cerebro han servido para comprender el comportamiento de las part¨ªculas microsc¨®picas que estructuran la corteza cerebral. En su libro de reciente aparici¨®n titulado De Laetoli a la luna (Cr¨ªtica), DeFelipe nos lleva a trav¨¦s de un viaje por el cerebro humano, desentra?ando los misterios que encierra y despejando sus inc¨®gnitas.
Durante el trayecto no puede faltar la parada de rigor en el Museo del Prado, pinacoteca que expone el famoso cuadro La Extracci¨®n de la piedra de la locura del pintor neerland¨¦s conocido como El Bosco. Se trata de un grabado sat¨ªrico donde, con su estilo gamberro, el pintor se burla de las personas ignorantes que se dejaban operar la locura. El pu?al que atraviesa la bolsa del dinero ¡ªse?ala DeFelipe¡ª es el s¨ªmbolo de la estafa.
De esta manera tan did¨¢ctica, DeFelipe nos va introduciendo en la consciencia, en la autoconsciencia y en el goce intelectual que hace vibrar nuestras neuronas hasta ponerlas a emitir un canto polif¨®nico. Por eso, el cerebro enferma cuando nuestras neuronas desafinan. En el apartado dedicado a la relaci¨®n entre locura y creatividad art¨ªstica, DeFelipe llega hasta la obra del m¨¦dico renacentista Juan Huarte de San Juan (1530-1588) titulada Examen de Ingenios para las Ciencias, donde hace referencia a Plat¨®n, quien aseguraba que los poetas nacieron endemoniados. Tambi¨¦n hace referencia a Arist¨®teles, quien atribu¨ªa el origen de la poes¨ªa a la calentura del cerebro de los poetas, siendo la creatividad asunto del temperamento cerebral.
Dicha hip¨®tesis aristot¨¦lica es tomada por Huarte de San Juan para contar el caso de un paje necio que acab¨® convertido en un hombre brillante. Seg¨²n Huarte de San Juan, llegaron a tanto sus delirios que se crey¨® rey por culpa de la temperatura del cerebro que le mudo a caliente. La cosa no queda aqu¨ª, pues cuando toca citar ejemplos de creatividad y locura, el primero de la lista es Edgar Allan Poe quien, en el cuento Eleonora, escribe acerca de la locura como forma elevada de inteligencia: ¡°Aquellos que sue?an de d¨ªa conocen muchas cosas que escapan a los que sue?an solo de noche¡±.
Para terminar, DeFelipe muestra el estudio del psiquiatra Felix Post donde se?alaba trastornos notables en compositores como Chopin y Stravinsky, en pintores como Matisse y Monet y en escritores como Camus y Dickens. As¨ª como trastornos graves en Falla y Wagner, Picasso y Van Gogh, Hemingway y Kafka, entre otros tantos artistas. Llegados aqu¨ª, DeFelipe se pregunta si los primeros artistas podr¨ªan haber tenido problemas mentales que se propagaron a lo largo de nuestra evoluci¨®n.
Una vez le¨ªdo el trabajo de Javier DeFelipe podemos afirmar que la riqueza infinita que contiene toda expresi¨®n art¨ªstica es el resultado de una mente en forma finita que busca su infinitud a trav¨¦s de los pasillos que conducen a la locura.
Tal vez por eso, Cervantes sab¨ªa que aquellos molinos escond¨ªan un secreto terrible bajo su forma; un secreto que solo podr¨ªa ser desvelado por un loco al que se le sec¨® el cerebro por culpa de tantas novelas de caballer¨ªas como ley¨®.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.