La nostalgia del presente y el relato cient¨ªfico en las novelas de Paul Auster

En la novela David Copperfield, el escritor Charles Dickens nos habla de esa experiencia com¨²n a los humanos donde lo que estamos viviendo parece que ya lo hemos vivido antes, en un tiempo pasado, como si record¨¢semos el propio presente. Es lo que se viene a llamar d¨¦j¨¤ vu, lo ya visto, un tipo de paramnesia que Freud, siempre pendiente de los misterios de nuestros instintos, defini¨® como el recuerdo de una fantas¨ªa inconsciente junto con un deseo de mejorar la situaci¨®n actual.

La ciencia, empe?ada en arrojar luz sobre el arcano, nos habla de interacciones neuronales que se ralentizan en el l¨®bulo temporal, y por eso nos parece que estamos recordando el presente, cuando, en realidad, lo que nos sucede es que lo confundimos con el pasado. Seg¨²n los estudios cient¨ªficos hay tres tipos de d¨¦j¨¤ vu. Por un lado tenemos el d¨¦j¨¤ v¨¦cu donde percibimos todo al detalle, igual que lo fue antes. Por otro lado tenemos el d¨¦j¨¤ senti, lo ya sentido y, por ¨²ltimo, tenemos el d¨¦j¨¤ visit¨¦, que viene a ser lo ya visitado.

Ahora que ha muerto Paul Auster vamos a celebrar al autor de Brooklyn recordando que cada novela suya, cada historia suya, es un d¨¦j¨¤ vu de todas las anteriores, y esto mismo se puede extender hasta la primera de ellas que es Ciudad de cristal y que predice sus obras futuras. Porque el autor de Brooklyn manipulaba el tiempo f¨ªsico y lo remov¨ªa hasta embaucarnos en el juego literario.

El cient¨ªfico que m¨¢s se aproxima a una explicaci¨®n del d¨¦j¨¤ vu salpicada por la magia de la literatura es Michio Kaku. Seg¨²n el f¨ªsico te¨®rico estadounidense, podr¨ªa tratarse del recuerdo de un momento en el que nuestras vibraciones dan con una frecuencia que nos conduce a otra dimensi¨®n. Para argumentar esto, Michio Kaku expone que somos ondas que vibran y que luego se separan con el tiempo, es decir, que ya no vibran al un¨ªsono. De esta manera, un d¨¦j¨¤ vu es un fragmento de nuestra memoria que nos lleva a reconstruir acontecimientos con los que hemos perdido relaci¨®n, pues ya no vibramos al mismo tiempo que ellos.

Una explicaci¨®n austeriana, sin duda, y que nos lleva hasta Brooklyn donde, tras la muerte de su padre, en 1979, Paul Auster dej¨® de vivir en el presente y aunque sab¨ªa que estaba en el presente, ¡°ten¨ªa la sensaci¨®n de estar contempl¨¢ndolo desde el futuro, y este presente-pasado le resultaba tan antiguo que hasta los horrores cotidianos que en otro momento lo hubieran llenado de furia, le parec¨ªan remotos, como si la voz de la radio leyera la cr¨®nica de una civilizaci¨®n perdida¡±.

Esa nostalgia por el presente nutre el corpus literario de una obra donde lo que Paul Auster est¨¢ viviendo da la sensaci¨®n de que ya lo hemos vivido mucho antes, en un mundo paralelo con el que ya hemos perdido conexi¨®n, pero que, gracias a la lectura de las novelas de Auster, volvemos a conectarnos.

El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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