Cada espa?ol tira a la basura 28 kilos de comida al a?o, sobre todo salsas, carnes congeladas y legumbres

En Espa?a se desperdiciaron el a?o pasado 1,2 millones de toneladas de alimentos, una cantidad un 8,6% inferior a la del a?o anterior. Esto significa que cada espa?ol tir¨® a la basura de media algo m¨¢s de 28 kilos de comida, sobre todo salsas, carnes congeladas y legumbres, seg¨²n el Informe del desperdicio alimentario del Ministerio de Agricultura, al que ha tenido acceso EL PA?S. El departamento de Luis Planas considera que la reducci¨®n respecto a 2020 tiene que ver con un cambio de h¨¢bitos, la subida del precio de los alimentos y una mayor concienciaci¨®n, entre otros motivos. El Gobierno quiere aprobar antes de final de a?o la ley de Prevenci¨®n de las P¨¦rdidas y el Desperdicio Alimentario, que contempla sanciones para bares, restaurantes o supermercados que no tengan un plan para evitar que los alimentos terminen en el contenedor de la basura.

Cada a?o, Agricultura actualiza los datos sobre la comida que se tira a partir de encuestas a 4.000 ciudadanos. En el ¨²ltimo informe se muestra que los ciudadanos no aprovechan el 3,8% del total de alimentos y bebidas que han comprado para consumir tanto dentro como fuera de casa, una cifra ligeramente inferior a la del ejercicio anterior (3,9%). Este dato tan solo tiene en cuenta los consumidores finales, pero tambi¨¦n se producen p¨¦rdidas en otras fases de la cadena, desde la producci¨®n y recolecci¨®n, el transporte, la industria, la distribuci¨®n... Sumando todas esas cifras, diversos estudios han llegado a la conclusi¨®n de que se pierde casi un tercio de los alimentos en el mundo. De hecho, un informe de la ONU del a?o pasado calcul¨® que se desperdician alrededor del 17% de los alimentos, incluso sin contar las p¨¦rdidas generadas durante la producci¨®n y el transporte.

Los datos del ministerio muestran que tres de cada cuatro hogares (unos 13,18 millones) siguen tirando al cubo de la basura comida y bebida, y tan solo el 26% no lo hace nunca. Los productos que m¨¢s veces acaban entre los desechos son las carnes congeladas (16,7%), las salsas (15,9%) y las legumbres (12%), seguidas de las frutas (7,3%) y los zumos (5,9%). Mientras, los momentos de mayor desperdicio fuera de casa son las comidas principales: el 42% del total se produce durante los almuerzos y el 21% durante las cenas.

En cualquier caso, el desperdicio per c¨¢pita de los consumidores se ha reducido en 2021 (de 30,93 kilos por persona a 28,21). Agricultura explica esta mejora por un cambio de h¨¢bitos respecto al primer a?o de la pandemia, porque se permiti¨® un trabajo m¨¢s flexible tanto dentro como fuera de casa. Adem¨¢s, el departamento considera que la subida de precio de las materias primas ha llevado a que las comidas tengan un mayor valor percibido, mientras que la mayor concienciaci¨®n ha llevado a una planificaci¨®n m¨¢s eficiente, todo lo cual ha tenido como resultado que se malgaste menos.

El ministro Luis Planas recuerda que el ministerio tiene en tramitaci¨®n una ley de Prevenci¨®n de las P¨¦rdidas y el Desperdicio Alimentario ¡ªque se prev¨¦ entre en vigor a principios de 2023¡ª que ayudar¨¢ a reducir estas cifras. ¡°En consonancia con las grandes l¨ªneas del Gobierno en materia de justicia social, protecci¨®n ambiental y crecimiento econ¨®mico, combatir el despilfarro de alimentos es un imperativo ¨¦tico que debe implicar al conjunto de la sociedad, desde la producci¨®n hasta el consumo final¡±, se?ala.

Esa futura norma obligar¨¢ a todos los agentes de la cadena alimentaria a elaborar un plan de prevenci¨®n para evitar el desperdicio y contempla sanciones de hasta 60.000 euros para bares, restaurantes o supermercados que no cumplan con esta legislaci¨®n. Esos planes de prevenci¨®n deben jerarquizar el uso que se da a los alimentos antes de llegar al vertedero. El prioritario, explica el ministerio, debe ser el consumo humano mediante la donaci¨®n a entidades como los bancos de alimentos. Las empresas estar¨¢n obligadas a suscribir convenios con las organizaciones receptoras que especifiquen las condiciones de recogida, almacenamiento y transporte. De no ser posible entregar la comida para el consumo humano, dichos alimentos se deben transformar en otros productos como zumos o mermeladas. La tercera opci¨®n es que sirvan para la alimentaci¨®n animal. Los ¨²ltimos usos que debe detallar el plan son la elaboraci¨®n de subproductos industriales y el reciclado para obtener compost o combustibles.

Seg¨²n Planas, luchar contra el desperdicio alimentario es ¡°trabajar para beneficiar a la sociedad, sobre todo en momentos como el actual, en el que los alimentos se han encarecido como consecuencia del aumento de los costes de la energ¨ªa y de las materias primas¡±. En su opini¨®n, ¡°ahora se hace m¨¢s necesario que nunca implantar medidas que eviten el despilfarro de los recursos naturales y energ¨¦ticos invertidos para la producci¨®n de alimentos y adem¨¢s evitamos generar m¨¢s residuos con el consiguiente impacto ambiental, as¨ª como una banalizaci¨®n del trabajo de agricultores, ganaderos y pescadores¡±.

El ministro considera que la futura norma ¡°trata de orientar la producci¨®n hacia un sistema m¨¢s eficiente, m¨¢s inteligente y m¨¢s enfocado hacia la econom¨ªa circular, y despertar la conciencia para encaminarse hacia un consumo m¨¢s responsable¡±, porque ¡°no hay alimento m¨¢s caro que el que se tira a la basura¡±.

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