Carmen Balcells cede a un escritor marginal el protagonismo de un homenaje del Cervantes
La agente literaria deja su legado en la 'Caja de las Letras' y dedica el acto al casi desconocido autor vanguardista Aliocha Coll
Aliocha Coll dedic¨® toda su breve existencia a dos pasiones: la escritura y su mujer, la pintora francesa de origen chino Lysiane Luang. Tanto que, cuando se separ¨® de ella y escribi¨® la que consideraba ser su ¨²ltima novela, pens¨® que ya no le quedaba nada por hacer. Ten¨ªa 42 a?os cuando se suicid¨®. Era el 15 de noviembre de 1990. A este escritor madrile?o casi desconocido ha dedicado Carmen Balcells el homenaje que a su vez le ha tributado esta ma?ana el Instituto Cervantes en su sede central de Madrid. La m¨ªtica agente literaria ha dejado su legado en la Caja de las Letras del centro: un cajet¨ªn de seguridad dentro de una c¨¢mara acorazada que se abrir¨¢ en mayo de 2012. "El respeto por la palabra nos puede salvar", ha afirmado Balcells poco despu¨¦s de cerrar su caja.
Desde que en 2007 se inaugur¨® esta tradici¨®n, 15 protagonistas de la cultura hispanoamericana, entre ellos Francisco Ayala, Juan Gelman, Jos¨¦ Emilio Pacheco, Ana Mar¨ªa Matute, Antoni T¨¤pies, Lu¨ªs Garc¨ªa Berlanga y Manuel Alexandre, han dejado su herencia en una de las cajas del s¨®tano del Instituto Cervantes. Cada uno de ellos estableci¨® la fecha en la que se abrir¨ªa la caja y se desvelar¨ªa su contenido. En algunos casos, solo se har¨¢ una vez que el autor haya fallecido. La caja de Carmen Balcells, la n¨²mero 1.569, se abrir¨¢ en cambio en tan solo 12 meses, aunque ya se sabe lo que contiene: una foto de Aliocha Coll, su testamento, dos de sus obras, sus traducciones del Teatro de Marlowe y de un texto de Shakespeare.
"Siempre se dice que es imposible morir por amor pero a veces s¨ª mata", ha dicho Balcells, de 80 a?os, sonriente en su silla de ruedas y con un abrigo azul, refiri¨¦ndose a Aliocha. La agente literaria m¨¢s importante de los ¨²ltimos 50 a?os en la cultura hispanoamericana ha reconocido que le costaba asumir el protagonismo del acto y por eso prefer¨ªa dej¨¢rselo a Aliocha. "Fue un muchacho extraordinario, empez¨® a escribir con 7 a?os. Eligi¨® la renovaci¨®n de la palabra y sus libros fueron excesivamente vanguardistas para la ¨¦poca", ha contado Balcells. Tan vanguardistas que de la gran masa de manuscritos que produjo, pocos acabaron publicados. Entre ellos, la novela Vitam Ventura Saeculi (Ediciones Alfaguara, 1982), que Balcells llevaba consigo en el acto.
Dentro de la espaciosa c¨¢mara acorazada del instituto Cervantes, poco antes de que Balcells cerrara su caja, la directora del centro, Carmen Caffarell, ha afirmado que era "el legado especial de una mujer especial en un d¨ªa especial". Y es que el Instituto Cervantes celebra hoy sus 20 a?os. Aprovechando el primer d¨ªa de primavera, Caffarell ha dicho de Balcells que ella tambi¨¦n ha sido una "primavera para muchos escritores" a los que ha permitido "nacer y renacer". Para la directora del Cervantes, Balcells es "la" agente literaria.
Mario Vargas Llosa, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Pablo Neruda, Camilo Jos¨¦ Cela, Miguel Delibes, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Vicente Aleixandre, Julio Cort¨¢zar, Rosa Montero han estado entre los "clientes" de Balcells, como ella suele llamarlos. Pero para ellos Balcells era una "amiga o una madre", seg¨²n Caffarell. De hecho, Garc¨ªa M¨¢rquez la llama "la Gran Mam¨¢". Adem¨¢s de contar con muchos de los protagonistas de la cultura hispanoamericana reciente, Balcells y la agencia literaria que lleva su nombre se hicieron famosas tambi¨¦n porque eliminaron los contratos vitalicios, que sustituyeron con las cesiones temporales de los derechos de un libro.
"Asustada" por los muchos periodistas que la rodeaban -Balcells no ama las entrevistas y ha concedido muy pocas durante toda su carrera- la agente literaria ha concluido el acto firmando el libro de honor del Instituto Cervantes. "Para Aliocha. Donde est¨¦s te recordamos. Ojal¨¢ alguien reconozca tu talento y te acompa?e", ha escrito Balcells arriba de de su firma. Y ha contado que el a?o pr¨®ximo quiere que, al abrir la caja, se lea el testamento del escritor. Al comentarle Caffarell que su caj¨®n ser¨¢ el primero en abrirse, Balcells ha sonre¨ªdo: "Es que creo estilo". Incluso con 80 a?os se puede seguir innovando.
Babelia
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