¡°Pertenezco a la ¨²ltima generaci¨®n devota de la gran pantalla¡±
El cineasta japon¨¦s Hirokazu Kore-eda se lanza al 'thriller' con 'El tercer asesinato'
Un hombre mata, otro muere. El asesinato es indiscutible: la c¨¢mara lo ha filmado, todo el p¨²blico lo ha visto. Hasta se ha podido reconocer la cara del verdugo. No hay espacio para las interpretaciones, no hace falta ni un juez para el veredicto: culpable s¨ª o s¨ª. ?O no? Pasan los minutos, avanza el proceso, y la duda asalta tanto al abogado protagonista como a los espectadores de El tercer asesinato. Porque precisamente ah¨ª est¨¢ la clave de la pel¨ªcula, primer salto al thriller del cineasta japon¨¦s Hirokazu Kore-eda (Tokio, 1962), que se estrena hoy en Espa?a.
¡°Pienso que existe una sola verdad, pero no creo que pueda comprenderla un grupo de personas, jueces y abogados, que se junta y, desde fuera, llega a una sentencia. Al final, hay un veredicto y se cierra una historia. Se nos dice: ¡®Nosotros hemos entendido lo que ocurri¨®¡¯. Pero, ?es as¨ª?¡±, preguntaba el cineasta en el pasado festival de Venecia, donde se estren¨® el filme y se celebr¨® esta entrevista. De ah¨ª que todo el largo est¨¦ sobrevolado por las sombras. Las de una fotograf¨ªa oscura. Y, sobre todo, las del caso que se investiga.
¡°Quer¨ªa que el p¨²blico percibiera la sensaci¨®n de concluir una causa y seguir con dudas¡±, agrega Kore-eda. Por eso, su c¨¢mara sigue al letrado defensor y su caza de la verdad. Al principio, tiene una certeza y un objetivo claro: su cliente es un asesino al que hay que salvar de la pena de muerte. Pero en su camino hacia una estrategia defensiva se encuentra cada vez m¨¢s dudas. Un caso blanco y negro se vuelve gris¨¢ceo. Y hasta el acusado, inicialmente reo confieso, empieza a modificar su versi¨®n.
El cineasta tambi¨¦n lo ha cambiado todo. O casi. Hasta ahora, se le ha conocido y aplaudido por sus retratos de tensiones familiares, de Nadie sabe a De tal padre, tal hijo. Pero, con su anterior pel¨ªcula, Despu¨¦s de la tormenta, el japon¨¦s decidi¨® cerrar un ciclo. Y experimentar. ¡°Lo decid¨ª yo solo, no tuvo que ver nada m¨¢s¡±, relata. Antes, sus intrigas se enredaban dentro del hogar y la psique de sus personajes. Ahora, el misterio va m¨¢s all¨¢. ¡°He hecho muchos dramas familiares. Normalmente, en mis pel¨ªculas, hab¨ªa un evento importante en torno al que rotaba toda la trama. Sol¨ªa ser algo que pudiera ocurrir en la vida de cualquiera. Pero nunca me consider¨¦ un autor solo de ese g¨¦nero. As¨ª que he querido ampliar el foco a toda la sociedad¡±, asegura Kore-eda.
Id¨¦ntica se mantiene, eso s¨ª, su fe en quienes le rodean. Varias veces Kore-eda ha declarado que no piensa rendirse en su empat¨ªa y defensa del g¨¦nero humano. ¡°No digo que el mundo solo est¨¦ lleno de buena voluntad. Pero como director no quiero crear pel¨ªculas que generen disgusto o resentimiento hacia la vida, sino ofrecer la posibilidad de confrontarse con ella¡±, explica. Al fin y al cabo, el director cree que ¡°el cine es un instrumento para entender qu¨¦ son los humanos¡±.
¡°He crecido viendo filmes y m¨¢s aun rod¨¢ndolos¡±, agrega. Desde hace un tiempo, adem¨¢s, ha aumentado su ritmo de producci¨®n. Empez¨® con un filme cada tres a?os, pero ahora lanza uno cada 12 meses. ¡°Estoy teniendo esta oportunidad, me dejan hacer lo que quiera. Si no me paran, ?contin¨²o as¨ª?¡±, se r¨ªe el director. Aunque reconoce que, entre sus 55 a?os y el deseo de pasar m¨¢s tiempo con su familia, tal vez el ritmo ideal sea bianual.
Influye, tambi¨¦n, la dificultad de levantar la financiaci¨®n para un proyecto. Para Kore-eda justo ah¨ª se anida lo peor del cine. ¡°Para rodar hace falta mucho dinero, de otras personas. Y por eso luego hay que generar ingresos. Pero no necesariamente lo que a uno le parece bello de filmar tambi¨¦n aumenta la recaudaci¨®n. Se puede generar una diferencia entre la intenci¨®n creativa y las consecuencias de invertir tantos millones¡±, sugiere.
Ante tanta incertidumbre, la ¨²ltima respuesta del director muestra seguridad. ?Rodar¨ªa una serie o cine para la televisi¨®n? ¡°?No! Pertenezco a la ¨²ltima generaci¨®n devota de la gran pantalla¡±, afirma. Pero, luego, se lo piensa. Y a?ade: ¡°Aunque reunir el dinero es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Tal vez en el futuro podr¨ªa hacer alg¨²n proyecto con Netflix¡±. As¨ª que el caso sigue abierto. Hasta la entrevista se cierra sin veredicto.
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