Par¨ªs redime el asesinato primigenio
'Il primo omicidio ovvero Caino' es un oratorio que el veterano especialista Ren¨¦ Jacobs y el deslumbrante director esc¨¦nico Romeo Castellucci han convertido en espect¨¢culo de ¨®pera
La ¨®pera barroca ha llegado a la semana grande de los aniversarios de la ?pera de Par¨ªs. Foco sobre uno de los injustamente olvidados del periodo, Alessandro Scarlatti, figura magna de la ¨®pera napolitana. Pero si su producci¨®n oper¨ªstica est¨¢ casi olvidada, otro tanto se puede decir de sus oratorios, de ah¨ª la novedad de la producci¨®n que ha puesto en pie la ?pera de Par¨ªs en su sala cl¨¢sica, el Palais Garnier. Y es que Il primo omicidio ovvero Caino es un oratorio que el veterano especialista Ren¨¦ Jacobs y el deslumbrante director esc¨¦nico Romeo Castellucci han convertido en espect¨¢culo de ¨®pera.
FICHA T?CNICA
Il Primo Omicidio ovvero Caino. M¨²sica:?Alessandro Scarlatti. Libreto:?Antonio Ottoboni. Direcci¨®n musical:?Ren¨¦ Jacobs. Puesta en escena y decoraci¨®n:?Romeo Castellucci. B'Rock Orchestra. Ma?trise des Hauts-de-Seine. Coro de ni?os de la ?pera Nacional de Par¨ªs. Reparto:?Kristina Hammarstr?m, Olivia Vermeulen, Brigitte Christensen, Thomas Walker, Benno Schachtner, Robert Gleadow. Palais Garnier. Del 22 de enero al 23 de febrero.
De Jacobs poco hay que decir, contratenor en sus or¨ªgenes y gradualmente uno de los imprescindibles de la m¨²sica antigua, hay que se?alar que descubri¨® est¨¢ partitura en el Conservatorio de Basilea durante sus estudios y ya como cantante intervino en la recuperaci¨®n de este magno oratorio b¨ªblico que grab¨® en 1998.
En cuanto al recorrido de Castellucci, baste se?alar que realiz¨® la magistral puesta en escena de Moses und Aron que se pudo ver en Madrid hace apenas tres a?os. ?C¨®mo convertir un oratorio en la joya que propone el Palais Garnier? Creatividad y compromiso, desde luego, pero entremos en detalles. Castellucci brinda dos mundos opuestos en sus sendos actos. En el primero, una pantalla de luz se convierte en una explosi¨®n de sensaciones visuales que parecen evocar una imposible fusi¨®n entre Mark Rothko y Donald Judd. Es el mundo primigenio evocado a partir de un soberano control de luces y una sutil propuesta gestual de cantantes que convierten los 50 minutos del primer acto en un suspiro. El segundo acto cambia de registro, es el momento del asesinato de Abel y la consiguiente serie de lamentos de Ca¨ªn y los padres primigenios. El fondo es un cielo negro estrellado sobre un suelo de matojos y piedras. Los personajes ahora est¨¢n doblados por ni?os en una suerte de pastoral. La interrelaci¨®n entre ingenuidad y frescura alcanza una expresividad sorprendente y el conjunto narrativo se alza como una meta¨®pera absolutamente conmovedora.
Naturalmente, no es ajena al logro la prestaci¨®n musical que concierta Ren¨¦ Jacobs, la solvencia de su formidable orquesta barroca y la pureza estil¨ªstica de los seis cantantes que parecen emerger sin el menor esfuerzo de las m¨¢gicas ¨®rdenes de Jacobs. En el primer acto, por ejemplo, los m¨²sicos tocan de pie en el foso, como si se elevaran hacia la luz, luego, en el segundo acto, los cantantes se camuflan entre el foso y los palcos mientras que los ni?os, en la escena, los doblan simulando el canto. Al final la escena se llena de ni?os acompa?ando a los seis protagonistas, Abel, Ca¨ªn, Ad¨¢n, Eva, dios y el diablo, evocando la esperanza de la progenie. Y as¨ª, la aparente ingenuidad de la pastoral infantil se transmuta en un doble retablo m¨¢s rom¨¢nico que barroco. Que esto se convierta en un espect¨¢culo oper¨ªstico contempor¨¢neo prodigioso solo tiene una explicaci¨®n: talento a raudales.
Babelia
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