Dar continuidad a la sorpresa
La madurez plena del hombre situado en la vida excluir¨ªa la escritura
Hab¨ªa le¨ªdo los primeros siete breves fragmentos de Noches insomnes, de Elizabeth Hardwick, cuando abord¨¦ el comienzo del fragmento octavo: ¡°Los principios son siempre deliciosos; el umbral es el lugar en el que conviene detenerse, dijo Goethe¡±.
Sorprendido, me detuve en seco, como si hubiera recibido una orden. Y pens¨¦ en la fuerza intempestiva de los umbrales, y tambi¨¦n en quienes se pasan la vida en ellos. Y me acord¨¦ del hombre inm¨®vil turco, el ¡°artivista¡± que en 2013, en Estambul, fue detenido por la polic¨ªa por llevar seis horas sin moverse de un umbral imaginario, mirando siempre fijamente hacia el mismo punto de la plaza Taksim.
El ¡°artivista¡±, en general, es una variante interesante del activista. Tal vez no posea el tan hinchado prestigio social de ¨¦ste, pero s¨ª una mayor inteligencia t¨¢ctica, pues incomoda de forma muy eficaz cuando se detiene en ciertos lugares. De hecho, algunos personajes de Kafka pueden ser vistos como ¡°artivistas¡± cuando se quedan inm¨®viles en alg¨²n umbral observ¨¢ndolo todo con una pavorosa mirada inocente ¨Ccasi infantil, por la permanencia en ellos de la infinita sorpresa que les causara su primera ojeada al mundo¨C, una mirada que desequilibra a los que se sienten de pronto sigilosamente observados desde fuera.
Otros art¨ªculos del autor
Mon¨®logo de la frontera de Corea?(09/07/2019)?sobre la primera vez que Trump pis¨® territorio norcoreano?
Feria libre (10/06/2019). Sobre el tipo de novela espa?ola que Vila-Matas cree que ha triunfado en la ¨²ltima Feria del Libro de Madrid.
C¨¦sar Aira y las artes de ocupar el tiempo (27/05/2019).Sobre el escritor argentino C¨¦sar Aira.
Quien primero me habl¨® del factor Kafka fue Luis Izquierdo, gran profesor de literatura en los a?os sesenta en la Escuela de Periodismo de Barcelona. Le recuerdo cont¨¢ndonos que lo extraordinario del n¨²cleo duro de la obra de Kafka resid¨ªa en su obediencia a un gesto espont¨¢neo ligado a la infancia: una especie de expresi¨®n de sorpresa ante el mundo y la vida, seguida siempre de una secreta voluntad de permanecer en los umbrales, seguramente para desde all¨ª seguir ¡°confirmando la sorpresa¡±.
Para Izquierdo, el genio de Praga era el representante de una escritura que nace en cuanto un joven imagina c¨®mo es la vida y choca con ella al ver que imaginaci¨®n y experiencia no coinciden precisamente. Ese hombre todav¨ªa en construcci¨®n, sosten¨ªa Izquierdo, no acaba de ver qu¨¦ pueda tener de fiable la experiencia y, a medida que se acerca al ejercicio de la literatura, va siendo cada vez m¨¢s consciente de que si pacta con la realidad dejar¨¢ de ser escritor en su dimensi¨®n m¨¢s pura, perder¨¢ intuici¨®n. Por eso, la madurez plena del hombre situado en la vida excluir¨ªa la escritura. Y por eso pactar puede ser, por tanto, un calvario para un tipo de artista incipiente, educado en ideas honestas. De hecho, su propia posici¨®n insobornable es la que le acabar¨¢ llev¨¢ndo a unir estrechamente vida y literatura y a quedarse en permanente lucha por seguir en los umbrales, obstinado como estar¨¢ en poder dar continuidad a la sorpresa original.
Y hasta aqu¨ª. Porque ayer, tras pensar en todo esto, volv¨ª, como si nada, al octavo fragmento de Noches insomnes: un libro que result¨®, por cierto, ser maravilloso, extra?o, ¨²nico, un g¨¦nero en s¨ª mismo, y una de esas obras de arte que no paran de invitarnos a seguir escribiendo en la dimensi¨®n m¨¢s pura, y hasta el fin de los siglos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.