Experimentos con la verdad
Nicolas Mathieu, ¨²ltimo premio Goncourt, describe el lado oscuro de la ¡®grandeur¡¯ de Francia a trav¨¦s de los veranos al sol de unos j¨®venes desencantados en los noventa
A la m¨¢s fresca y descarada narrativa francesa contempor¨¢nea, la de los nuevos mandarines Nothomb, Beigbeder o Houellebecq, que sucede a la de la generaci¨®n de Modiano, Echenoz, Orsenna o Quignard y triunfa con su mezcla de cr¨ªtica social e iron¨ªa emocional, se asoma Nicolas Mathieu. Un nombre del que, como el de Philippe Lan?on y su estremecedora novela autobiogr¨¢fica Colgajo, que tambi¨¦n retrata la cara m¨¢s sombr¨ªa del mundo, se han adue?ado en Francia cr¨ªtica y p¨²blico al mismo tiempo, tal vez porque su narrativa explica precisamente, con armas bien distintas pero similar maestr¨ªa, la Francia de hoy que ve de lejos un El¨ªseo borroso pero de cerca un n¨ªtido abismo. Testimonios todos ellos de una sociedad vulnerable que afronta amenazas tan desiguales como tenaces, y adalides de una narrativa que se quiere avizora y ya no ensimismada: aquellos constructores de exquisitos artificios intelectuales, de Gracq a Perec o Tournier, de Le Cl¨¦zio a Quignard o al Pierre Lemaitre m¨¢s dado a las travesuras con la tradici¨®n literaria, el de Irene, Alex o Nos vemos all¨¢ arriba, han dado paso a una narrativa de desgarrados y de traviesos cronistas de la realidad social.
Esta novela con la que Mathieu ha ganado el ¨²ltimo Premio Goncourt est¨¢ a la altura, y nunca mejor dicho, de Nos vemos all¨¢ arriba, el Goncourt de Lemaitre en 2013 abandonando tambi¨¦n el noir y abrazando una literatura liberada de ataduras de g¨¦nero, y no comparte universos literarios pero s¨ª calidad con sus coet¨¢neos Mathias ?nard, que lo gan¨® en 2015 con Br¨²jula, o ?ric Vuillard, que lo obtuvo con El orden del d¨ªa. En la mejor tradici¨®n del Premio Goncourt, Mathieu no representa la consolidaci¨®n de una tendencia ya arraigada, sino el descubrimiento de una voz apenas consolidada.
De la mano de un lenguaje disf¨¦mico y procaz, propio del adrenal¨ªnico desencanto de la adolescencia que protagoniza la novela, siempre a la gre?a con sus frustradas ilusiones, Mathieu se ocupa de poner en evidencia el determinismo y la fatalidad de una generaci¨®n perdida de j¨®venes franceses a¨²n predigitales, que miran a la cara y no a la pantalla y que luchan por huir del escenario de un drama de suburbios, disputas raciales, ideales en declive, delincuencia y desaz¨®n para cuya escenograf¨ªa se recurre a los oxidados altos hornos en los que trabajaron sus padres ahora alcoholizados o en paro. Un valle relegado por la desindustrializaci¨®n y una sociedad espectral como una vieja nave industrial abandonada. Cuatro calurosos veranos relatados en cuatro crudos cap¨ªtulos: el de 1992 titulado ¡®Smell Like Teen Spirit¡¯, como el tema de Nirvana; el de 1994, ¡®You Could Be Mine¡¯, como la canci¨®n de Guns N¡¯Roses; el de 1996 que lleva por t¨ªtulo la canci¨®n de Supreme NTM ¡®La Fi¨¨vre¡¯, y el de 1998, que arroja cierta esperanza porque adopta la canci¨®n de Gloria Gaynor ¡®I Will Survive¡¯. Anthony: su madre depresiva, su padre atormentado, su amor no correspondido, su condici¨®n de ¨¦mulo de aquel Antoine de Los 400 golpes, de Fran?ois Truffaut. Hacine: marcado por pertenecer a la marginalidad suburbial de un gueto para marroqu¨ªes, traficante de drogas, buscavidas y harag¨¢n. Steph: d¨ªscola princesa de familia m¨¢s acomodada, flirtea con Anthony y se venga de Sim¨®n, su pr¨ªncipe azul de poca monta. Ocho a?os transcurren entre la adolescencia y la juventud de los personajes de una novela que acaba con Francia ganando el Mundial 98 y con sus j¨®venes perdiendo la conquista de su futuro. Ocho a?os relatados de forma fragmentaria y a pie de calle, abusando de las elipsis que espolean la imaginaci¨®n de un lector que se acuerda en ocasiones del bueno de Holden Caulfield y su c¨¢ustico desparpajo, de algunas p¨¢ginas de El lamento de Portnoy, de ecos de Al final de la escapada, de la adolescencia como un terrain vague en el que practicar todos los instintos y sus respectivas represiones, de ese realismo sucio que es capaz de convertir los dr¨¢sticos di¨¢logos del relato en su propia banda sonora.
Sexo, una moto objeto de disputa, un lago en el que ahogar las penas, perros callejeros medio arrepentidos de lo que a¨²n no saben que har¨¢n, un Fiat Panda, Whitney Houston y Top Gun junto a infinitos sue?os de muchas noches de verano en las que va molde¨¢ndose una novela de aprendizaje que, entre el recuerdo del neorrealismo italiano y la impronta del cine de la nouvelle vague, avanza con un lenguaje pl¨¢stico revestido de oralidad y de coloquialismos que la traductora ha sabido verter al castellano con una envidiable naturalidad. Brillante pero excesiva, la novela tiene un aire balzaquiano en su af¨¢n de querer consignarlo todo, de describir por fuera el ambiente de una Francia obrera y de provincias hasta su detalle m¨¢s min¨²sculo y por dentro la personalidad de sus criaturas hasta su m¨¢s rec¨®ndito atributo. Cien p¨¢ginas menos no hubiesen disminuido ni un ¨¢pice el talento con el que Mathieu refleja una sociedad delicuescente que trata de ganarse la Sensaci¨®n de vivir que sus j¨®venes ven en la televisi¨®n cuando no est¨¢n pensando en cuerpos o escuchando en walkmans.
Encomiamos este fresco social en el que Mathieu reproduce los veranos al sol de los que representan la naci¨®n pero no interesan al Estado, estos apuntes sobre la periferia del Estado del bienestar, sobre los miserables que no saben qui¨¦n es Victor Hugo, sobre el lado oscuro de la grandeur de la France.
Autor: Nicolas Mathieu.
Editorial: Alianza (2019).
Formato: tapa blanda y versi¨®n Kindle (457 p¨¢ginas).
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