Seis libros para pasar miedo en Halloween
Recomendamos esta breve selecci¨®n de novelas para entrar en el mundo del terror durante este puente
La maldici¨®n de Hill House, de Shirley Jackson (Min¨²scula)
He aqu¨ª el cl¨¢sico entre los cl¨¢sicos de la literatura de casas encantadas, reci¨¦n reeditado. A menudo, se dice que La Casa Infernal de Richard Matheson fund¨® el g¨¦nero, pero esta novela ¨C que poco tiene que ver con la famosa serie de Netflix m¨¢s all¨¢ del t¨ªtulo y la acampe de fantasmas por una casa en concreto ¨C de la Reina del Terror Psicol¨®gico, Shirley Jackson, la mujer a la que Stephen King le debe todo lo que no aprendi¨® viendo La Dimensi¨®n Desconocida, se public¨® m¨¢s de una d¨¦cada antes, y funda y resuelve, cierra sobre s¨ª misma, todo aquello que se sab¨ªa y a¨²n se sabe del fen¨®meno poltergeist. A la famosa Hill House, casa en la que hasta la ropa, en los armarios, se cubre de sangre a determinadas horas de la noche, y en la que los golpes y los gritos, los crujidos y la oscuridad, acechan a cualquiera que se atreva a cruzar sus puertas, acuden cuatro estudiosos de lo oculto. En realidad, un tal doctor Montague y tres personas a las que ha reclutado. Entre ellas, se encuentra el heredero de la mansi¨®n, que espera poder descubrir si es cierto lo que se dice de ella, la atormentada Eleanor ¨C trasunto de la casi on¨ªrica Merrycat protagonista de otro cl¨¢sico de Jackson, igualmente recomendable para una noche como la de Halloween, Siempre hemos vivido en el castillo ¨C y quien no tardar¨¢ en convertirse en su refugio, la racional Theodora. La respuesta a qui¨¦n ha pose¨ªdo la casa no puede ser m¨¢s sorprendente, ni estar m¨¢s en sinton¨ªa con las teor¨ªas de Pierre Michon.
El instituto, de Stephen King (Plaza & Jan¨¦s)
De ella dicen que es la mejor novela del Rey del Terror protagonizada por cr¨ªos decididos a enfrentarse y derrotar (cueste lo que cueste) al Mal que ha escrito desde It. Puesto que, en realidad, no ha escrito muchas m¨¢s, que, en concreto, coloquen a los ni?os como archienemigos de un Mal sin forma que puede adoptar cualquier forma, debe ser cierto. La historia es, tambi¨¦n, un cl¨¢sico kingiano. Un tipo cualquiera, Tim Jamieson, decide no tomar el avi¨®n que hab¨ªa previsto tomar ¨C por un desajuste a¨¦reo, en un desv¨ªo narrativo que simplemente, aparece, y que le aparta, como ocurre siempre en las historias de King, del buen camino ¨C y cruzar el pa¨ªs (Estados Unidos) en autob¨²s. Se cansa a la m¨ªnima y acaba en un pueblecito aparentemente inofensivo, DuPray, haciendo de sereno. No tiene prisa por llegar a Nueva York, su nueva vida acaba de empezar. Lo que no puede sospechar es que, en un gui?o qui¨¦n sabe si inocente a Stranger Things, en esa peque?a localidad se reclutan ¨C previo secuestro ¨C a ni?os con mentes prodigiosas de los que alguien se aprovecha salvajemente. Los hay peque?os y mayores. Algunos pueden mover objetos con la mente, a otros se les da bien hablar sin mover los labios. Lo ¨²nico que comparten es ese infernal sitio en el que los tienen recluidos y del que ninguno, jam¨¢s, ha escapado con vida. Un King en plena forma.
Fantasma, Laura Lee Bahr (Orciny Press)
Laura Lee Bahr dirige pel¨ªculas en Los ?ngeles. Tambi¨¦n escribe novelas terror¨ªficas que, en Espa?a, publica la peque?a pero muy nutritiva ¨C si el terror es tu g¨¦nero ¨C Orciny Press, microsello que imita a los microsellos de terror, sci-fi y todo tipo de pulp de culto norteamericanos, y que cuenta en su haber otro cl¨¢sico (a¨²n m¨¢s terror¨ªfico) para Halloween como es Ciudad revientacr¨¢neos, de Jeremy Robert Johnson ¨C no hay muchos libros con los que querr¨ªas poder cerrar los ojos, como en el cine, sin que puedas hacerlo, y este es uno de ellos ¨C. Lo curioso de Fantasma es que la que habla contigo, es decir, con el lector, porque Fantasma es un Elige tu propia aventura con fantasmas, es la muerta que aparece en las primeras p¨¢ginas, Sarah, una oficinista fallecida en extra?as circunstancias. T¨², lector, o lectora, te meter¨¢s en la piel de un aspirante a estrella del rock que puede acabar estrell¨¢ndose ¨C si las decisiones que tomas no son las correctas ¨C, y vas a tener que v¨¦rtelas con todo lo que rodea al supuesto asesinato de Sarah, el fantasma, incluida la investigaci¨®n, en la que anda metido un periodista enamorado de la v¨ªctima. Interactividad y terror para una novela que podr¨ªa haber escrito un jovenc¨ªsimo David Lynch que hubiese le¨ªdo m¨¢s de la cuenta a Douglas Coupland porque, al fin y al cabo, la cosa va de oficinistas que se mueren y siguen enamor¨¢ndose y trabajando como oficinistas.
El otro, Thomas Tyron (Impedimenta)
Acaba de publicarse por primera vez en espa?ol otra de esas novelas que antecedieron al fen¨®meno King, o que ayudaron a moldearlo. No en vano, el propio King la menciona a menudo. El autor es un actor que una vez estuvo nominado a un Globo de Oro y lleg¨® a trabajar con Otto Preminger y George Cukor, pero que en 1969 (¨¦l hab¨ªa nacido en 1926) se hart¨® del mundo del espect¨¢culo y se retir¨® a la cl¨¢sica tambi¨¦n y muy terror¨ªfica caba?a en mitad de la nada para escribir su primera novela, todo un ¨¦xito instant¨¢neo cuando se public¨®, tres a?os despu¨¦s. Transcurre El otro en un peque?o pueblo de los que salen en las novelas de Shirley Jackson o el propio King en el que, de repente, la Muerte carga demasiado las tintas contra una misma familia, y hasta los vecinos de esa misma familia. Una sucesi¨®n de macabros accidentes ¨C el peque?o Russell ha muerto ensartado en una horca en el granero, aparatosas y mortales ca¨ªdas por las escaleras ¨C est¨¢ acabando con los Perry, con todos, a excepci¨®n de con los hijos gemelos del ya fallecido Vining, el padre, que, dicen, pueden leerse los pensamientos, de hecho, viven inmersos en un extra?o juego telep¨¢tico que les ense?¨® su abuela rusa, y son francamente raros y, se dir¨ªa, letales. Es obvio por qu¨¦ figura entre las favoritas del autor de El Resplandor. Dicen que hasta hay algo de ella en el cl¨¢sico que rod¨® Stanley Kubrick.
La casa de hojas, Mark Z. Danielewski (Alpha Decay/P¨¢lido Fuego)
S¨ª, la gran obra de Mark Z. Danielewski quiz¨¢ sea demasiado ambiciosa para una sola noche, puesto que su tama?o es considerable, aunque si tenemos en cuenta que las p¨¢ginas a veces son gritos en silencio y otras, peque?as frases que se escapan a los m¨¢rgenes como lo har¨ªa una formaci¨®n de hormigas, quiz¨¢ no lo sea tanto. Calificada por, otra vez, Stephen King como ¡°el Moby-Dick del g¨¦nero del terror¡±, a lo que Bret Easton Ellis (American Psycho) a?adi¨® que imaginaba perfectamente a Thomas Pynchon, J.G. Ballard, el propio King y David Foster Wallace haciendo reverencias a los pies de su autor, ¡°ahog¨¢ndose de asombro, sorpresa, risa y pavor¡±, La Casa de Hojas no es solo la historia de una casa que es m¨¢s grande por dentro que por fuera sino una terror¨ªfica mu?eca rusa en cuyo centro late el aterrador estudio que un viejo ciego hizo de un misterioso documental titulado El expediente Navidson. Un documental que comparte esp¨ªritu con The Blair Witch Project en el sentido de que sus protagonistas tambi¨¦n se acercan al monstruo c¨¢mara en mano. Solo que el monstruo no es una bruja devorani?os sino la casa de tus sue?os. Que no es que est¨¦ encantada, sino que es mutante. Crece. Sin descanso. Hasta el punto de que su due?o, el inquieto Will Navidson, famoso fotoperiodista padre de dos ni?os (Daisy y Chad) y decidido a reconquistar a su mujer, la cada vez m¨¢s distante Karen, se ve obligado a internarse en ella, a trav¨¦s del pasillo de los cinco minutos y medio, un pasillo que un d¨ªa, simplemente, apareci¨®, con un equipo de espele¨®logos.
Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enr¨ªquez (Anagrama)
Es cierto que tienta pasar la noche de Halloween en el atasco infinito en una carretera secundaria que relata Jes¨²s Ca?adas en Pronto ser¨¢ de noche (Valdemar), suerte de apocalipsis zombi hecho de ruedas, asfalto y desconfianza a la espa?ola ¨C es algo as¨ª como un Walking Dead patrio, dur¨ªsimo, serio y desesperante ¨C, pero tambi¨¦n que si se quiere pasar miedo, no podemos olvidar mencionar a Mariana Enr¨ªquez y los relatos de esta, su primera antolog¨ªa publicada por Anagrama. Hay en ella, por ejemplo, un gu¨ªa tur¨ªstico que se dedica a ir por Buenos Aires ofreciendo tours de cr¨ªmenes y criminales, al que se le aparece un macabro asesino de ni?os, el m¨¢s famoso y m¨¢s cruel de todos, en el autob¨²s, cada d¨ªa, mientras explica a los turistas d¨®nde se cometieron los cr¨ªmenes y por qu¨¦. Tambi¨¦n fantasmas que golpean puertas y ventanas en una siniestra hoster¨ªa, y r¨ªos contaminados capaces de crear monstruos que son, en realidad, ni?os condenados a no ser nunca ni?os. Y hasta compa?eras de clase que hacen cosas raras y que un d¨ªa hacen algo a¨²n m¨¢s raro y se hacen mucho da?o y te dicen, a ti, lector, o a la que cuenta la historia, que quiz¨¢ t¨² seas el siguiente, que alguien va a empezar a pedirte que hagas cosas raras y no podr¨¢s evitar hacerlas y a lo mejor esas cosas raras acaban contigo. Dijo Daniel Gumbiner, en McSweeney's, que la escritura de Mariana Enr¨ªquez ¡°es tan aut¨¦ntica y perspicaz que consigue evocar una realidad m¨¢s v¨ªvida que la que nos rodea¡±, y no le falta raz¨®n, pero habr¨ªa que a?adirle que esa realidad es francamente aterradora.
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