El compromiso de Peter Handke
Una reflexi¨®n del traductor del Nobel de Literatura 2019
Un r¨®tulo como Soy un habitante de la torre de marfil, imposible en los (malhadados) ¨²ltimos a?os sesenta y primeros setenta del pasado siglo, fue una mayor provocaci¨®n para los partidarios y representantes de la entonces obligatoria ¡°literatura comprometida¡± para quienes el arte por el arte y la literatura desligada de la realidad del momento eran una forma de escapismo o, m¨¢s, una forma de cooperaci¨®n con el mal. Pues este es el t¨ªtulo de la comunicaci¨®n que Handke pronunci¨® en un congreso de escritores y que tuvo lugar en Princeton el a?o 1966. (Para ser exactos: fue el t¨ªtulo que, tom¨¢ndolo de una frase de este autor, pusieron los editores al texto de esta comunicaci¨®n).
Otro r¨®tulo Protecci¨®n bajo la cubierta del cr¨¢neo es el t¨ªtulo, ahora s¨ª, que este escritor puso al discurso que, ocho a?os despu¨¦s, pronunci¨® en Darmstadt con motivo de hab¨¦rsele concedido el premio B¨¹chner, el mayor galard¨®n otorgado por la Academia Alemana de la Lengua y la Literatura al mester literario. Un galard¨®n, por cierto, al que Handke renunci¨®, devolviendo ¨ªntegro el importe de este premio, como protesta por la actitud que la Rep¨²blica Federal de Alemania tuvo ante la guerra de los Balcanes (lo que tiene que ver, si no con la ¡°literatura comprometida¡±, s¨ª con el compromiso en la actividad literaria).
Otro discurso: este no de Peter Handke sino de uno de sus personajes, Nova, ¨Catenci¨®n al significado de este nombre propio-, como ¡°conclusi¨®n¡± -en los dos sentidos que esta palabra tiene- del poema dram¨¢tico Por los pueblos (1981). Este parlamento no tiene t¨ªtulo, pero, por su tono, su car¨¢cter y su contenido viene a ser luego algo as¨ª como un testamento ¨Cdel personaje y del autor del drama-, un mensaje, o m¨¢s: el anuncio de una (posible) gozosa nueva era de la vida y la convivencia humana.
Este discurso no tiene t¨ªtulo, de ¨¦l entresaco algunas ideas: ¡°lo que ha ocurrido entre vosotros tiene que ser el ¨²ltimo drama, y lo que se ha dicho hasta ahora tiene que darse como no dicho¡± (p. 97); ¡°al p¨¢jaro que est¨¢ en la rama se le puede hablar y su vuelo crea sentido¡± (p.97); ¡°la naturaleza es lo ¨²nico que os puedo prometer. Esta es la ¨²nica promesa s¨®lida¡± (p.97); basta de cavilaciones sobre ¡°si hay Dios o no hay Dios¡± (p. 103), pero ¡°?no encontr¨¢is consuelo viendo c¨®mo una hoja avanza lentamente sobre las aguas de un r¨ªo?¡± (p.105). Y otros pensamientos de esta guisa.
Volviendo la vista atr¨¢s. Algunas preguntas: ?A qu¨¦ viene este rechazo frontal de la ¡°literatura comprometida¡±?, ?qu¨¦ se escribe en esta ¡°torre de marfil¡±?, ?de qu¨¦ modo se puede encontrar protecci¨®n bajo la cubierta del cr¨¢neo, que viene a ser algo as¨ª como el techo de esta torre?
A la primera pregunta ha contestado el autor de diversas maneras: en el parlamento de Princeton y en otros textos, en diversos registros y con diversas formas literarias. Resumo: ¡±los escritores comprometidos¡± est¨¢n colaborando, sin saberlo, con aquellos contra los que dirigen sus dardos y, por ende, est¨¢n frustrando los resultados que buscan con su ¡°compromiso¡±. Y ello por lo siguiente: porque al hablar el mismo lenguaje que los matarifes a los que combaten ¨Cun lenguaje que condiciona una visi¨®n del mundo, un modo de vivir, de convivir y de actuar¡ y que ha elevado a Auschwitz- est¨¢n colaborando con ellos.
Se impone entonces una renovaci¨®n radical de este lenguaje, una renovaci¨®n que podr¨¢ propiciar una nueva manera de mirar, de vivir y de convivir, porque el otro lenguaje ha llegado a infectar incluso las relaciones humanas m¨¢s elementales, como el amor ¨C¡°nos complementamos tan bien¡¡±, ¡°estamos hechos el uno para el otro¡±, ¡°¨¦sta, ¨¦ste, o nadie¡±, etc., etc.- y la amistad.
En no pocas de sus obras Hadke ha mostrado los estragos del viejo lenguaje y las gozosas perspectivas de un posible lenguaje renovado. En Falso movimiento (1975), un gui¨®n cinematogr¨¢fico que Wim Wenders llev¨® a la gran pantalla, Wilhelm Meister, un renuevo del personaje de Goethe, sale de viaje para aprender, algo que ha hecho hasta ahora pero que¡
En este viaje debe escribir no sobre lo que ¡°se le ocurre¡± (¡°le cae dentro¡±: ¡°einf?llt¡±) -porque a saber qui¨¦n se lo est¨¢ dictando esto que le viene a la mente-, sino sobre lo que ¡°le choca¡± (¡°le cae encima¡±: ¡°auff?llt¡±). Una vez terminado este aprendizaje, Wilhelm Meister espera poder amar, esta vez de verdad, a su amiga Therese.
Otro ejemplo ser¨ªa el de Sorger, el protagonista de Lento regreso (1979), el ge¨®logo que se marcha al Gran Norte (Alaska) y pasa all¨ª unos meses para aprender a ver y nombrar ¡°de otra manera¡± las formas de la Tierra, porque ¨¦stas no pueden ser nombradas con el lenguaje de la Geolog¨ªa, que es el producto de una historia que ha llevado a la cat¨¢strofe, que no tiene nada que ver con la historia de la Tierra de la que aquellas formas son resultado. Ello le permite no s¨®lo convivir esta otra historia sino que le otorga una renovaci¨®n espiritual que le hace capaz de amar de otra manera y relacionarse de un modo distinto con los dem¨¢s. L¨¦ase para ello la segunda mitad de la segunda parte de esta novela. Y, en la obra de este autor, los ejemplos podr¨ªan seguir.
M¨¢s preguntas: ?qu¨¦ tiene que ver todo esto con vivir en la ¡°torre de marfil¡± y encontrar ¡°cobijo¡± bajo ¡°la cubierta del cr¨¢neo¡±? Para empezar, el rechazo visceral a todo otro cobijo ya sea pol¨ªtico, ideol¨®gico o religioso, que son cobijos urdidos por alguien¡ y que, con ello, puede ser que quiera algo de nosotros.
El postulado de la renovaci¨®n del lenguaje, hemos dicho. Para ello es necesario antes destruir, ¡°disolver¡± es el t¨¦rmino que usa este autor, el viejo, y la visi¨®n y los h¨¢bitos que este propiciaba. Ser¨ªa la etapa purgativa de la obra de Handke, la de sus ¡°juegos de lenguaje¡±, sus primeros dramas y sus escenas breves. Un ejemplo: un padre es acusado de ¡°homicidio imprudente¡± porque, jugando con su hijo a lanzarlo al aire y recogerlo despu¨¦s con los brazos, en un momento de descuido ¨¦ste cae al suelo y muere. El imputado, para defenderse ante el juez y mostrarle que esto es posible, coge a otro de sus hijos presente en el juicio, lo lanza al aire y lo deja caer al suelo, lo que le provoca la muerte.
En el discurso de Darmstadt del que he hablado antes, Handke expresa con toda claridad su orientaci¨®n literaria. All¨ª leemos: ¡°Estoy convencido de la fuerza que el pensamiento po¨¦tico tiene para disolver conceptos y, con ello, para hacerse con el futuro¡±. Un futuro que no va a tener nada que ver con el pasado, porque cuando se sigue hablando, mirando y viviendo como antes, el futuro no es m¨¢s que una excrecencia del pasado: ocurre ¡°lo que ten¨ªa que ocurrir¡±: Ausswitz. Los estudiantes parisinos del mayo del 68, a los polic¨ªas que les amenazan con sus rifles no les contestan con pedradas, sino que les meten flores en los ca?ones de sus armas¡
Entonces, ?c¨®mo escribir desde cero?, ?c¨®mo hablar despu¨¦s de la ¡°disoluci¨®n de los conceptos¡±? No partiendo de nada; mejor, partiendo de la nada. De ah¨ª el amor de este autor por la meseta castellana. Meti¨¦ndose en la ¡°torre de marfil¡±. Buscando cobijo bajo ¡°la cubierta del cr¨¢neo¡±. Olvid¨¢ndolo todo. En ¡±el d¨ªa logrado¡±, en el Ensayo sobre este d¨ªa, dice Handke, no habr¨¢ ninguna opini¨®n, desaparecer¨¢n todos los h¨¢bitos. Fi¨¢ndolo todo a la fantas¨ªa. Atendiendo s¨®lo a los ¡°espacios intermedios¡±, un tema recurrente en la obra de este autor, aquellos espacios que no han sido tocados, profanados, por ¡°el poder¡±: hasta ahora hab¨ªamos mirado lo que nos ense?aban, y a saber qui¨¦n nos lo ense?aba y qu¨¦ quer¨ªa de nosotros ense?¨¢ndonoslo. Volviendo a la naturaleza, lo ¨²nico que Nova puede prometer a sus oyentes. Haci¨¦ndolos dignos de habitar ¡°El Reino de la Tierra¡±. En el libro de notas y apuntes sueltos de este autor. Vor der Baumschattenwand nachts ¨C zeichen und Anfl¨¹ge von der Peripherie 2007-2015 (2016): ¡°Ante la pared en la que se proyecta la sombra del ¨¢rbol por la noche ¨C signos y pensamientos que me vienen desde la periferia 2007-2015 ¡°, leemos: ¡°Bienaventurados los que tienen tiempo,/ pues de ellos ser¨¢ el Reino de la Tierra / Bienaventurados los que dejan ser,/ pues ellos conseguir¨¢n el vuelco¡± (p. 116)
Son ideas, las que acabo de exponer sucintamente, que pueden ayudar a entender, o, mejor, a vivir, a convivir, la obra entera del escritor austr¨ªaco al que la Academia Sueca acaba de distinguir con el Premio Nobel de este a?o.
Eustaquio Barjau es traductor de Peter Handke.
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