?De qu¨¦ se r¨ªen los franceses?
En 'La chaqueta de piel de ciervo', el director Quentin Dupieux vuelve a describir la vida como una puesta en escena malsana, donde el cine es el principal agente de alienaci¨®n
En un informe publicado por la Royal Economic Society en 2013, Claudia Senik, profesora de la Sorbona y gran especialista mundial en econom¨ªa conductual y del bienestar, determin¨® lo que ya sab¨ªa cualquier hijo de vecino: que la tortura existencial de la naci¨®n francesa era cultural, al ser ¡°adquirida en la escuela y otras instancias de socializaci¨®n temprana¡±, lo que podr¨ªa explicar que los ¨ªndices de felicidad de uno de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros del planeta sean inferiores a los de Irak y Afganist¨¢n. Eso no impide ¨Cal rev¨¦s, tal vez explique¨C la existencia de una larga tradici¨®n c¨®mica en el cine franc¨¦s, que arranc¨® con El regador regado, uno de los primeros cortos que Louis Lumi¨¨re rod¨® en 1895, la piedra fundacional de un g¨¦nero que desde entonces ha desarrollado, incluso en su variante m¨¢s blanca e inodora, un gusto pronunciado y recurrente por la humillaci¨®n light y el sadismo festivo.
Existen dos corrientes en la comedia francesa actual. La primera se quiere humanista y suele terminar con happy ends que son reconciliaciones entre mundos opuestos o, directamente, suced¨¢neos rociados de sacarosa de la fraternit¨¦ republicana, como todas esas pel¨ªculas publicitadas al grito de ¡°?Tres millones de espectadores en Francia!¡±, en la estela de super¨¦xitos como Bienvenidos al norte e Intocable. La segunda es la comedia francesa de autor, siempre sofisticada y obligatoriamente esnob, pero con un recorrido internacional casi inexistente: sus bromas resultan herm¨¦ticas para todo aquel que no haya nacido en el lado adecuado de la l¨ªnea dibujada entre Irun y La Jonquera. En alg¨²n rinc¨®n del segundo hemisferio surgen directores tan ins¨®litos como Quentin Dupieux, autor de ocho comedias lentas y cortas ¨Csuelen rondar los 75 minutos¨C, marcadas por los argumentos absurdos y la l¨®gica narrativa de las peores pesadillas. En otra vida, Dupieux fue conocido como Mr. Oizo, autor del ¨¦xito Flat Beat, aquel mu?equito amarillo que rein¨® en las pistas all¨¢ por 1999, propulsado por un anuncio de tejanos que dirigi¨® el propio Dupieux, en lo que tal vez fuera el exponente m¨¢s intragable del extinto French touch.
A diferencia de lo que sucede en su pa¨ªs, donde su trayectoria ha sido alentada por el Festival de Cannes y los Cahiers du Cin¨¦ma, Dupieux sigue siendo un gran desconocido en Espa?a, pese a que casi todas sus pel¨ªculas hayan sido presentadas en el Festival de Sitges y que dos de ellas, Wrong Cops y Bajo arresto, fueran estrenadas aqu¨ª, si bien de manera casi confidencial (la segunda lleg¨® en 2019 a una ¨²nica sala de Madrid, donde recaud¨® 117 euros, seg¨²n datos del Ministerio de Cultura). Su ¨²ltima pel¨ªcula, La chaqueta de piel de ciervo, se ha estrenado esta semana en las plataformas de streaming, lo que podr¨ªa acercarle a un p¨²blico algo m¨¢s numeroso. Dupieux se aleja definitivamente del paisaje de Los ?ngeles, donde residi¨® durante a?os, para regresar a Francia. Lejos de los clich¨¦s californianos, de la excentricidad gratuita y de la dispersa direcci¨®n de actores que lastr¨® sus primeros filmes, el trabajo de Dupieux ha ganado en densidad. Su nueva pel¨ªcula est¨¢ protagonizada por Georges, un hombre de 44 a?os que, de un d¨ªa para otro, lo deja todo para aislarse en la monta?a. Por el camino, se gasta todos sus ahorros en una espantosa chaqueta de ante, con flecos incluidos, con la que aspira a reconectar con su hombr¨ªa.
Jean Dujardin, oscarizado con 'The Artist', nunca est¨¢ mejor que cuando interpreta a un imb¨¦cil que ignora su triste condici¨®n
Este punto de partida importado de la tradici¨®n estadounidense, que indaga en la psique del macho en crisis que necesita reconquistar su animalidad, cobra un cariz pat¨¦ticamente c¨®mico en la traducci¨®n que hace Dupieux, aliado con dos actores que representan a dos familias enfrentadas en el cine franc¨¦s: quienes apoyan a Roman Polanski (Jean Dujardin, que rod¨® El oficial y el esp¨ªa con el director) y quienes preferir¨ªan jubilarlo (Ad¨¨le Haenel, actriz de rasgos extraterrestres y portavoz oficiosa de la lucha contra los abusos sexuales en Francia). Hay algo del charme viejuno de Belmondo, pero tambi¨¦n del lamentable espect¨¢culo cotidiano del fran?ais moyen que tan brillantemente encarn¨® De Fun¨¨s, en ese actor superdotado que es Dujardin, que nunca est¨¢ mejor que cuando interpreta a un imb¨¦cil que ignora su triste condici¨®n (en The Artist, por la que obtuvo el Oscar, pero tambi¨¦n en la serie Un gars, une fille, que le dar¨ªa la fama, o en los pastiches de la saga OSS 177). La pulsi¨®n narcisista que ese hombre siente por su chaqueta ¨Caspira a ser el ¨²nico a su alrededor que tenga derecho a lucir una¨C supone el inicio de un psic¨®tico descenso a los infiernos que es habitual en el cine de Dupieux, nunca del todo alejado del terror, que aqu¨ª pasa del survival, con la crisis de la mediana edad como enemigo del que escapar, a un slasher algo abrupto y forzado.
Dupieux vuelve a presentar la vida como un simulacro, como una puesta en escena malsana donde el cine funciona como principal agente de alienaci¨®n. Una obsesi¨®n personal, que ya esboz¨® en su primer mediometraje y que se ha acentuado en sus ¨²ltimos proyectos: R¨¦alit¨¦, la historia de un cineasta debutante que pierde la cordura con Music with Changing Parts, de Philip Glass, como leitmotiv instrumental, y Bajo arresto, sin duda su mejor trabajo, un huis clos policial con gui?os a Bertrand Blier o al periodo franc¨¦s de Bu?uel que rod¨® en la sede del Partido Comunista en Par¨ªs, una joya arquitect¨®nica de Niemeyer parcialmente subarrendada a empresas de inform¨¢tica por falta de cash flow, en lo que bien podr¨ªa ser un escenario surgido de la imaginaci¨®n enferma de este inclasificable director.
La chaqueta de piel de ciervo (2019) y?Bajo arresto (2018). Quentin Dupieux. Disponibles en Movistar +.
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