La Suisse Romande, una mixtura de tradiciones
La orquesta suiza inicia en Oviedo una gira por Espa?a bajo la direcci¨®n de Jonathan Nott y con Emmanuel Pahud como solista
La Orquesta de la Suisse Romande naci¨® en Ginebra, en 1918, entre el final de una guerra mundial y el comienzo de una pandemia global. El music¨®logo suizo Jean-Francois Monnard resume su g¨¦nesis, dentro del librito conmemorativo de su centenario (Infolio Editions), con una cita de su primer presidente, Maurice Pictet de Rochemont: ¡°Fue un desaf¨ªo pensar en tal creaci¨®n en el cuarto a?o de una guerra cuyo final no se pod...
La Orquesta de la Suisse Romande naci¨® en Ginebra, en 1918, entre el final de una guerra mundial y el comienzo de una pandemia global. El music¨®logo suizo Jean-Francois Monnard resume su g¨¦nesis, dentro del librito conmemorativo de su centenario (Infolio Editions), con una cita de su primer presidente, Maurice Pictet de Rochemont: ¡°Fue un desaf¨ªo pensar en tal creaci¨®n en el cuarto a?o de una guerra cuyo final no se pod¨ªa prever. En aquel momento las cosas iban de mal en peor; la gripe era rampante y las salas de conciertos permanec¨ªan cerradas¡±. Esos desaf¨ªos solo eran posibles en la neutral Suiza.
Ernest Ansermet se convirti¨® en su fact¨®tum, pero tambi¨¦n en su director titular durante casi medio siglo. Reclut¨® excelentes instrumentistas, entre refugiados, liberados y exiliados: vientos madera franceses, metales vieneses y cuerdas belgas e italianas. Y les dot¨® de una personalidad musical que todav¨ªa puede escucharse en el conjunto. Hablo del colorismo ruso del Scheherazade, de Rimski-K¨®rsakov, amplificado por las innovaciones de Stravinski, con una natural inclinaci¨®n hacia la m¨²sica francesa en general, y hacia Debussy en particular. Una identidad sonora inmortalizada por las famosas grabaciones de Decca en el hist¨®rico Victoria Hall, la sede de la orquesta, en cuyo techo puede verse hoy la ic¨®nica imagen del director suizo pintada por Dominique Appia.
¡°Pero la tradici¨®n de la Orquesta de la Suisse Romande es mixta¡±, puntualiza Jonathan Nott, su actual responsable art¨ªstico y musical, que recibe a EL PA?S en su camerino del Victoria Hall. ¡°Adem¨¢s de tener esas ra¨ªces francesas de Ansermet, tiene mucha influencia alemana inculcada por algunos sucesores como Wolfgang Sawallisch y Horst Stein¡±. Pone como ejemplo su ¨²ltimo lanzamiento discogr¨¢fico en Pentatone, del pasado noviembre, grabado con estrictas medidas de distanciamiento social. ¡°Opt¨¦ por combinar una selecci¨®n sinf¨®nica de la ¨®pera Pell¨¦as et M¨¦lisande, de Debussy, con el poema hom¨®nimo de Sch?nberg, para mostrar esa mixtura de tradiciones sonoras que tiene la orquesta¡±.
Esa combinaci¨®n entre lo franc¨¦s y lo germano tambi¨¦n preside el programa de la orquesta suiza en su nueva gira por Espa?a con Ibermusica, que arranca este lunes en Oviedo. La Quinta sinfon¨ªa, de Gustav Mahler, precedida por el Concierto para flauta, de Jacques Ibert, que sonar¨¢ tambi¨¦n en Madrid, Zaragoza y Alicante, hasta el s¨¢bado, 26 de febrero, con la excepci¨®n de Barcelona, donde la obra solista se cambiar¨¢ por el Concierto para flauta n¨²m. 1, de Mozart.
Ser¨¢ la segunda visita de Nott como titular del conjunto, tras 2017. ¡°Adoro hacer giras por Espa?a, por muchas razones obvias, como su calidad de vida y el p¨²blico, pero tambi¨¦n por sus magn¨ªficas salas de concierto¡±, asegura. Me recuerda, adem¨¢s, la presencia de algunos espa?oles entre los atriles de la Suisse Romande, como el valenciano H¨¦ctor Sapi?a Lled¨®, solista de contrabajo, y el fagotista sevillano Francisco Cerpa Rom¨¢n.
Nott lleg¨® al podio de la orquesta ginebrina hace cinco a?os, tras 16 como titular en Bamberg, donde registr¨® un importante ciclo de las sinfon¨ªas de Mahler para el sello Tudor. ¡°Adoro la m¨²sica francesa, pero mi especialidad es la germana. No obstante, creo que se complementan bien. Para m¨ª, la m¨²sica francesa es como un alma al que tienes que dotar de un cuerpo y la germana es un cuerpo al que tienes que darle alma¡±, asegura. Destaca que eso es f¨¢cil conseguir con la Suisse Romande. ¡°Es una orquesta muy flexible y h¨¢bil como resultado de ser un conjunto que tambi¨¦n hace ¨®pera, de hecho acabamos de tocar en una nueva producci¨®n de Elektra en el Gran teatro de Ginebra¡±, a?ade.
Volver a la ¨®pera es algo natural para el director ingl¨¦s, pues se form¨® como tenor e inici¨® su carrera de asistente en varios teatros. ¡°La verdad es que nunca estudi¨¦ direcci¨®n de orquesta. David Parry fue lo m¨¢s cercano que tuve a un profesor. Y de ¨¦l recib¨ª dos lecciones muy valiosas sobre la utilidad del gesto y la continuidad de la m¨²sica¡±, recuerda. Precisamente, Nott se caracteriza como director por su gesto fluido, el¨¢stico y lleno de volutas que aporta a sus interpretaciones un genuino estilo cantable. ¡°El cantabile es mi tendencia natural como tenor. Trato de fomentar en la orquesta la misma sensaci¨®n f¨ªsica que tiene el sonido en el cuerpo de un cantante, a la hora de gestionar la tensi¨®n dentro de una frase, un movimiento o una sinfon¨ªa completa¡±, precisa.
El director ingl¨¦s utiliza muchos s¨ªmiles para explicar su trabajo sobre el podio. Habla del arquitecto que moldea un edificio sonoro o del piloto que conduce al p¨²blico en un intenso viaje. Pero tambi¨¦n subraya la necesidad de preguntarse siempre el porqu¨¦ de todo. ¡°En las grandes composiciones, las notas cambian cuando envejeces, pues te dicen cosas diferentes¡±, asegura. Y hablamos de su relaci¨®n con la Quinta sinfon¨ªa, de Mahler. ¡°Es una obra donde Mahler cambi¨® la perspectiva sobre su vida quiz¨¢ por influencia de su futura esposa, Alma, pues se inicia con una marcha f¨²nebre y todo parece cambiar a partir del famoso adagietto¡±, admite. Incluso destaca su combinaci¨®n ideal con Ibert. ¡°Esa dualidad de la sinfon¨ªa tambi¨¦n la encontramos, de alguna forma, en este concierto para flauta donde se combina lo moderno y lo tradicional¡±.
El flautista Emmanuel Pahud (Ginebra, 52 a?os), que atiende a EL PA?S por Skype desde Berl¨ªn, est¨¢ de acuerdo en esa dualidad en Ibert, pero destaca tambi¨¦n su importancia. ¡°Este concierto fue el primero para la moderna flauta Boehm y mostr¨® el potencial de la escuela francesa hasta convertirla en el est¨¢ndar que es hoy¡±. El actual solista de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn profundiza en esa tradici¨®n francesa y cita a Claude-Paul Taffanel y a Marcel Moyse, a quien Ibert dedic¨® su concierto. Y recuerda la influencia de Aur¨¨le Nicolet en su formaci¨®n, que tambi¨¦n compagin¨® la carrera de solista con la orquesta berlinesa.
Subraya la libertad est¨¦tica de esa tradici¨®n. ¡°Est¨¢ claro que la escuela francesa de flauta te aporta el m¨¢ximo control sobre el instrumento en cuanto a din¨¢mica, velocidad y expresi¨®n, pero no te impone un concepto sonoro, por lo que te permite desarrollar tu propia personalidad¡±, precisa. Pahud considera un enriquecimiento continuo compaginar la labor orquestal con su carrera como solista y termina recordando su estrecha relaci¨®n con el Concierto para flauta n¨²m. 1, de Mozart, que tocar¨¢ en Barcelona. ¡°Creo que me hice flautista por ese concierto, que escuch¨¦ a mi vecino en Roma cuando ten¨ªa cinco a?os. Fue el primero que toqu¨¦ con orquesta y ha tenido peri¨®dicamente mucha importancia en mi vida¡±. De hecho, lo ha tocado en la Semana Mozart de Salzburgo coincidiendo con su 30 cumplea?os, pero tambi¨¦n cuando cumpli¨® 40 y hace dos a?os con 50. ¡°Es que Mozart y yo nacimos un 27 de enero¡±, concluye.