Genalguacil, el pueblo malague?o donde todos los vecinos son artistas
Los habitantes de la localidad son parte fundamental en los encuentros que se celebran cada dos a?os y que en este verano acogen a siete creadores nacionales
Los vecinos de Genalguacil (M¨¢laga, 391 habitantes) llevan desde primeros de agosto recibiendo peticiones inesperadas. Primero les pidieron prestados sus espejos. Luego, digitalizar los cuadros que cuelgan de sus paredes. Y, m¨¢s tarde, fotografiar los bordados y costuras tradicionales que guardan como oro en pa?o. Pero lejos de mostrarse celosos de su intimidad, abren encantados las puertas de sus casas. Las solicitudes proceden de los siete creadores que desarrollan estos d¨ªas sus proyectos en el pueblo como parte de los 16? Encuentros de Arte. Es una iniciativa bienal que arranc¨® en 1994 para poner al municipio en el mapa y luchar contra la despoblaci¨®n. Hoy est¨¢ entre las 11 m¨¢s importantes del sector en Andaluc¨ªa, seg¨²n el Observatorio de la Cultura de la Fundaci¨®n Contempor¨¢nea, por encima del Teatro del Soho de Antonio Banderas o el Festival de Cine Europeo. ¡°Eso s¨ª, que me devuelvan mi espejo¡±, dice entre risas Salvadora Holgado, de 83 a?os, que echa de menos peinarse frente a ¨¦l cada ma?ana.
La estrecha relaci¨®n con los residentes de Genalguacil ¡ªcuyo municipio es uno de los grandes afectados por el incendio que arras¨® 10.000 hect¨¢reas en 2021¡ª es una de las claves de esta aventura cultural. Los artistas llegan con un proyecto bajo el brazo ¡ªeste a?o se han presentado 174 de 14 pa¨ªses¡ª que terminan de definir tras su convivencia con los habitantes.
El ¨ªmpetu por colaborar es el aspecto que m¨¢s ha sorprendido a los reci¨¦n llegados. ¡°Nos han permitido entrar en sus casas y nos han acogido de maravilla¡±, explica la gaditana Marta Galindo, de 28 a?os. Mientras maneja su ordenador y celebra las vistas al valle del Genal desde su lugar de trabajo ¡ªuna de las aulas del colegio¡ª, se?ala que su inspiraci¨®n ha nacido de las cortinas que cubren las puertas de las casas y evitan la entrada de bichos o el calor. Tambi¨¦n se ha fijado en las flores que colorean las calles, con las que ha elaborado un collage digital que ha pixelado para trasladarlo f¨ªsicamente a una suerte de tapiz. Est¨¢ compuesto por 15.371 cuentas de 17 colores, que pretende hilvanar una a una hasta crear su obra. ¡°Requiere paciencia, pero me gusta probar materiales¡±, asegura.
Mientras Galindo coloca los abalorios, suena la megafon¨ªa municipal. ¡°El Ayuntamiento informa de que el artista Jes¨²s Madri?¨¢n se encuentra en la plaza de la Constituci¨®n realizando retratos a todas las personas que se acerquen¡±, dice la voz del coordinador de los creadores, Arturo Comas. Fotografiar a todos los habitantes de Genalguacil es el proyecto de este fot¨®grafo gallego, que busca captar la identidad del lugar a trav¨¦s de sus gentes. Se ha inspirado en el trabajo que desarroll¨® su paisano Virxilio Vi¨¦itez en los a?os 60. ¡°Lo que m¨¢s me ha sorprendido es el inter¨¦s, la gente participa y ni siquiera te pregunta qu¨¦ vas a hacer con las fotos. Conf¨ªan mucho en los artistas¡±, apunta Madri?¨¢n. ¡°?Es que cuando vas por la calle toda la gente te saluda! ?Eso no me pasa en Bilbao!¡±, a?ade sorprendida Gala Kn?rr, de 38 a?os, cuya sonrisa permanente revela la singularidad de esta residencia art¨ªstica que se desarrolla desde el 1 al 15 de agosto y que incluye multitud de actividades, visitas de otros creadores o verbenas populares de copla y orquesta.
Ella se ha colado en la casa de Antonia, una vecina a quien todos llaman La Espa?ola, quien le ha contado historias locales. Una de las narraciones es el origen de su apodo, que procede del caballo de pura sangre espa?ola que los carabineros robaron a su abuelo durante la guerra. A partir de esos relatos, Kn?rr ¡ªprotagonista de una pol¨¦mica reciente en el Museo Guggenheim por un cuadro que calcaba un fotograma de una pel¨ªcula¡ª ha preparado una serie de dibujos que reproducir¨¢ en tela de bandera n¨¢utica para crear una especie de tr¨¢iler de la vida de Antonia con una est¨¦tica cercana al western. Este g¨¦nero, habitualmente protagonizado por hombres como Clint Eastwood o John Wayne, tiene aqu¨ª a una mujer, La Espa?ola, como personaje principal.
Por el sal¨®n de esta vecina tambi¨¦n han pasado el gaditano Jos¨¦ Manuel Mart¨ªnez Bellido, de 30 a?os, y el vallisoletano Julio Falag¨¢n, veterano del grupo con 42 a?os, quienes han recorrido un pu?ado de viviendas sin previo aviso. ¡°Y todo el mundo nos acepta¡±, aseguran. El primero lo ha hecho en busca de espejos, que se ha llevado a un estudio situado en una antigua herrer¨ªa para escanearlos. El resultado es una imagen casi fotogr¨¢fica, compuesta por una base oscura, extra?as formas debido a los materiales corro¨ªdos con el tiempo y peque?as luces blancas, las motas de polvo. Una sorprendente composici¨®n de resonancias c¨®smicas. El segundo ha digitalizado los cuadros que hab¨ªa en las paredes de las casas. Ha alucinado. ¡°Lo normal es encontrar escenas de caza o paisajes hechos en serie. Aqu¨ª casi todo son obras pintadas por ellos mismos o sus familiares¡±, dice sorprendido. Tambi¨¦n ha encontrado un punto com¨²n en todos los interiores: reproducciones de la ¨²ltima cena, regalo de boda habitual en la comarca. Su objetivo es crear un collage de grandes dimensiones que colgar¨¢ en una fachada. ¡°Quiero crear algo que guste a los vecinos, esto es un regalo para ellos por todo lo que dan a los artistas¡±, subraya Falag¨¢n. Todas las obras de estos siete creadores se instalar¨¢n en las calles del municipio o el Museo de Arte Contempor¨¢neo, que alberga ya m¨¢s de 200 piezas y mantiene una intensa actividad durante el a?o.
¡°La relaci¨®n con la gente de aqu¨ª es incre¨ªble. No paran de ofrecer su ayuda¡±, insiste Mar Guerrero (Palma de Mallorca, 31 a?os) mientras se limpia las manos manchadas de barro. Varios voluntarios la han guiado por el sorprendente y exuberante entorno natural de la localidad, donde ha ido colocando, para fotografiarlas, una quincena de piezas redondas que ha elaborado con arcilla y ¨®xido de hierro. Es un trabajo inspirado en el relato Los limpiadores de estrellas, de Julio Cort¨¢zar, del que saldr¨¢ tanto una instalaci¨®n como una publicaci¨®n con las im¨¢genes de las piezas a modo de trabajo arqueol¨®gico. Tambi¨¦n en la historia se basa el jerezano Javier Palacios, de 37 a?os, quien ha reivindicado los denominados morteretes ¡ªagujeros en la roca, se cree, de origen fenicio utilizados para moler y separar minales¡ª para crear una acuarela de gran formato y un libro sobre un proceso creativo en el que los vecinos de Genalguacil tambi¨¦n han sido fundamentales.
Babelia
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