Tri¨¢ngulo de amor en erupci¨®n: la pareja de cient¨ªficos que se entreg¨® a los volcanes
El documental ¡®Fire of Love¡¯ cuenta la historia de los Krafft, que dedicaron su vida al estudio de las monta?as de fuego. Ambos fallecieron en 1991, engullidos por el flujo pirocl¨¢stico del Monte Unzen en Jap¨®n
Hay un truco muy antiguo en el cine que funciona a la perfecci¨®n en el documental Fire of Love, que es poner una cosa muy peque?a al lado de una cosa muy grande. En este caso, lo diminuto son dos personas, Katia y Maurice Krafft, una pareja formada por dos cient¨ªficos, una f¨ªsica y un ge¨®logo. Y lo enorme, lo inabarcable, son los volcanes en erupci¨®n. Hay muchos planos, todos hipn¨®ticos, del material que rodaron los propios Krafft en los que aparece la tierra abri¨¦ndose con fiereza y a uno de ellos (sol¨ªan filmarse el uno al otro) acerc¨¢ndose cada vez m¨¢s al peligro. Los volcanes feos, los grises, son m¨¢s letales que los fotog¨¦nicos, los rojos. Eso se aprende muy pronto viendo la pel¨ªcula, que se estrena en las salas espa?olas el viernes.
La directora del documental, la estadounidense Sara Dosa, define su filme como una historia de amor con tres v¨¦rtices (Katia, Maurice y los volcanes), que acab¨® de una manera tan tr¨¢gica como previsible. En 1991, los dos vulcan¨®logos murieron engullidos por el flujo pirocl¨¢stico del Monte Unzen, en Jap¨®n, junto a otras 40 personas, entre ellas otros cient¨ªficos y varios periodistas que cubr¨ªan la erupci¨®n. La noticia de su muerte, enmarcada por un imposible halo rom¨¢ntico, y dado que los Krafft eran verdaderas celebridades en su pa¨ªs, Francia, por sus continuas apariciones en televisi¨®n, oscureci¨® el resto de los fallecimientos. Era importante para la directora narrar ese final ¡°sin hacer sensacionalismo ni sobrerromantizarlo¡±. ¡°Murieron haciendo lo que m¨¢s les gustaba, pero murieron con solo 45 y 44 a?os. Vivieron una vida muy significativa y quer¨ªamos centrarnos en eso. Por suerte, dejaron mucha huella¡±, explica a EL PA?S en una entrevista por videoconferencia.
La cineasta lleg¨® a este proyecto por una mezcla de ganas y necesidad. En abril de 2020, Dosa se dispon¨ªa a partir a Siberia junto a su equipo para preparar su pr¨®xima pel¨ªcula. ¡°Entonces lleg¨® la pandemia y el mundo se confin¨®¡±. Empez¨® a pensar en un documental que pudiera rodar sin salir de casa, usando im¨¢genes de archivo, y se acord¨® de que en un lugar de Alsacia, un hermano de Maurice Krafft guardaba 100 horas del material que rod¨® la pareja en 16 mil¨ªmetros durante los m¨¢s de 20 a?os que pasaron recorriendo el mundo y logrando llegar siempre a las pocas horas de que un nuevo volc¨¢n entrase en erupci¨®n, ya fuera en Filipinas, en Colombia o en Haw¨¢i. Dosa no es la ¨²nica directora que ha hecho uso de ese material. Werner Herzog, el patriarca del documental naturalista/existencialista, que ya habl¨® de los Krafft en su pel¨ªcula de 2016 Into the Inferno, ha rodado recientemente otra pel¨ªcula con los archivos de los vulcan¨®logos titulada The Fire Within: A Requiem for Katia and Maurice Krafft, estrenada online en Estados Unidos en julio.
El documental de Dosa, que recibi¨® el premio al mejor montaje en la ¨²ltima edici¨®n del festival de Sundance y tiene una nota impecable de los cr¨ªticos en la web Rotten Tomatoes (99 sobre 100), le debe algo a otro filme de Herzog, Grizzly Man, que tambi¨¦n se plantea qu¨¦ pasa cuando un humano, o dos en este caso, se fascinan (?demasiado?) por una naturaleza que no siempre les respeta en la misma medida.
Lo que ha hecho la cineasta, autora de documentales muy diversos sobre elfos islandeses (The Seer and the Unseen) o sobre dos casos conocidos de violaci¨®n (Audrie y Daisy), es montarlo sin una sola entrevista ¡ªse hicieron muchas para elaborar el guion, pero no hay conocidos de los Krafft hablando a c¨¢mara, porque buscaban ¡°un sentido del presente¡±¡ª, utilizar recursos juguetones como del primer Godard, que enlazan muy bien con la ¨¦poca en la que se conoci¨® la pareja, en los sesenta, en la Universidad de Estrasburgo, y pedirle a la tambi¨¦n directora y escritora Miranda July que se encargara de poner la voz en off. July, autora de pel¨ªculas como El futuro y Kajillionaire, es una figura polarizante, con tantos admiradores como detractores, pero encaja a la perfecci¨®n como narradora de Fire of Love. ¡°Quer¨ªamos una voz inquisitiva, no declarativa, no demasiado omnisciente ¡ªexplica Dosa¡ª, que estuviera como juntando las piezas que dejaron atr¨¢s los Krafft. Miranda es una gran observadora de las relaciones humanas y su trabajo va sobre la extra?eza de estar vivo¡±.
¡°La c¨¢mara los ama¡±, dice la voz de July en un momento del documental. Y era verdad, con sus looks ic¨®nicos (los gorretes rojos de lana que los hermanan con Jacques Cousteau), la pareja era un regalo para las c¨¢maras, las que llevaban ellos a las expediciones, y las de televisi¨®n. Se complementaban bien. ?l, grande y expansivo, exudaba la energ¨ªa de un perro labrador. Ella, peque?a y observadora, ten¨ªa el aspecto de un p¨¢jaro peque?o y laborioso. ¡°En las historias que nos contaron sus amigos ¡ªexplica la cineasta¡ª queda claro que ambos se compenetraban. Siempre se estaban retando. Y hab¨ªa algo de subversivo en ambos, pero sobre todo en Katia, que desafi¨® las normas de su tiempo, siendo una mujer que viajaba por todo el mundo y no quiso tener hijos¡±. De j¨®venes, los dos flirtearon con el izquierdismo, pero pronto se desilusionaron con la humanidad y se centraron en los volcanes.
Aunque casi todo su trabajo fue conjunto ¡ªMaurice rodaba los documentales, Katia escrib¨ªa los libros, 11 en total¡ª, ten¨ªan distintas maneras de mirar la naturaleza. Katia, geoqu¨ªmica, se dedicaba a recolectar rocas, a observar detalles. Maurice, ge¨®logo, era alguien capaz de meterse en una barquita hinchable de las que usan los ni?os en la playa para navegar por un lago de ¨¢cido sulf¨²rico que se hab¨ªa creado en el cr¨¢ter de un volc¨¢n africano. Lo hizo. ¡°Creo que ten¨ªan distintas relaciones con el peligro, pero los dos tuvieron que reconciliarse con el miedo¡±, dice la directora. ¡°Hab¨ªan asumido que pod¨ªan morir en cualquier momento, y por eso viv¨ªan de una manera tan rica. Lo que de verdad tem¨ªan era morir el uno sin el otro¡±. De alguna manera, la pel¨ªcula desaf¨ªa algunas ideas actuales sobre el amor rom¨¢ntico, esas que dicen que es contraproducente, y hasta t¨®xico, buscar a una media naranja porque tal cosa no existe. ¡°Cierto¡±, admite Dosa. ¡°Pero ellos sab¨ªan que no estar¨ªan completos del todo, a pesar de haberse encontrado. Necesitaban esa tercera fuerza, necesitaban el volc¨¢n¡±.
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