Xabier Anduaga, la nueva promesa espa?ola de la ¨®pera: ¡°Abuchear un desnudo me parece rid¨ªculo¡±
El tenor de 28 a?os, que este a?o ha debutado en la Metropolitan Opera de Nueva York, da un salto en su carrera con la producci¨®n de Verdi en el Teatro Real de Madrid
La escena es grotesca, inc¨®moda. Una docena de prostitutas que apenas parecen sostenerse en pie empiezan a convulsionar haciendo gestos de felaci¨®n. Sus espasmos cada vez m¨¢s fren¨¦ticos roban el protagonismo al Duque de Mantua, encarnado por Xabier Anduaga (San Sebasti¨¢n, 28 a?os), que canta subido a una mesa una de las arias m¨¢s famosas de la historia de la ¨®pera: La donna ¨¨ mobile. ¡°Lo he hecho 300 veces y no me acostumbro, ni me voy a acostumbrar¡±, cuenta el tenor ya en su camerino, d¨ªas despu¨¦s de su debut con Rigoletto en el Teatro Real. A su edad ya ha cantado en la Metropolitan Opera de Nueva York y ahora, su estreno con Verdi es la excusa perfecta para quienes est¨¢n ¨¢vidos por descubrir a la nueva promesa de la ¨®pera. Y la carrera de este tenor promete.
El Rigoletto que protagoniza Anduaga ha sido pol¨¦mico. La propuesta de Miguel del Arco, al frente de la direcci¨®n esc¨¦nica, fue abucheada en el estreno por una parte del p¨²blico y la escena a la que el propio tenor confiesa no acostumbrarse tiene cierta culpa. ¡°Es que encima es el aria que conoce todo el mundo, la m¨²sica que se pone para un anuncio de pizza. Todo el p¨²blico dice: ¡¯Ay, que viene¡¯ y de pronto empieza ese movimiento¡ Se crea una tensi¨®n muy rara¡±. La propuesta consigue lo que busca: que el p¨²blico se sienta inc¨®modo porque deja de romantizar un aria machista en la que un depredador sexual canta que no hay que fiarse de las mujeres porque cambian de palabra y pensamiento.
El tenor no ha vivido esos abucheos, pero s¨ª ha sentido tensi¨®n y aprovecha para lanzar un mensaje a los espectadores: ¡°Es importante que el p¨²blico se d¨¦ cuenta, cuando una escena no le gusta, de que el cantante no ha decidido hacer eso, porque el ambiente que crea con ese malestar afecta a la persona que est¨¢ cantando. Hay momentos para criticar y cuando la m¨²sica est¨¢ en el aire hay que disfrutarla¡±. Eso s¨ª, comprende menos a quienes se disgustan por los desnudos que aparecen sobre el escenario. ¡°Que te parezca para abuchear un desnudo me parece rid¨ªculo, eso es que has ido poco a la ¨®pera¡±, sentencia.
Anduaga creci¨® en una familia musical. Dice que no recuerda un domingo de limpieza en casa en el que no estuviera puesto el disco de Los Tres Tenores. Su hermana mayor participaba en el coro de la iglesia de su barrio y a ¨¦l le daba cierta envidia. El peque?o Anduaga ten¨ªa buen o¨ªdo y disfrutaba cantando a d¨²o con ella cualquier cosa: ¡°Desde los anuncios hasta en el SingStar. Mi hermana me ganaba, canta mejor que yo¡±. A ¨¦l le acabaron apuntando tambi¨¦n al coro y con ocho a?os entr¨® en el Orfe¨®n Donostiarra. Tambi¨¦n jugaba al futbol, pero tuvo que tomar una decisi¨®n cuando los ensayos empezaron a solaparse con los entrenamientos. Le dio pena dejar el f¨²tbol, pero no iba a dejar de cantar. ?Si no hubiera sido por la cultura coral de San Sebasti¨¢n, habr¨ªa sido cantante de ¨®pera? ¡°Probablemente no. No s¨¦, quiz¨¢s hubiera estado en otro coro, pero es que con 14 a?os he cantado con Riccardo Chailly, Simon Rattle... Yo no era ni consciente. S¨ª que pensaba: ¡®Uf, esto ?c¨®mo suena!¡¯. Ahora lo veo desde fuera y pienso, ¡®madre m¨ªa, qu¨¦ inconsciente y qu¨¦ feliz¡±, contesta. Un buen primer contacto para quien acabar¨ªa haciendo de la m¨²sica su profesi¨®n.
Con 16 a?os empez¨® a formarse en el conservatorio y, tras la selectividad, lleg¨® a apuntarse a las carreras de Derecho, Marketing y Empresariales por estudiar ¡°algo de provecho¡±. Jam¨¢s asisti¨® a una sola clase. Su carrera era el canto. Y lleg¨® el primer impulso: conocer a Alberto Zedda e ingresar en la Academia Rossiniana de Pesaro. Aunque result¨® tambi¨¦n una experiencia intensa para un int¨¦rprete formado en la colectividad de un coro. ¡°Yo nunca hab¨ªa tenido contacto con el mundo de la ¨®pera y de la competencia. No sab¨ªa lo que era eso y desde el primer d¨ªa fue duro. La gente no va a aprender solo, sabe que es un salto. Lo sufr¨ª como pude y tambi¨¦n aprend¨ª todo lo que pude. Lo recuerdo con mucha ilusi¨®n y mucho estr¨¦s¡±.
Despu¨¦s llegaron los premios. En 2019 gan¨® el Concurso Operalia y en 2021 fue reconocido por los International Opera Awards, los m¨¢s importantes de la l¨ªrica, como mejor cantante joven. Tambi¨¦n en 2021 recibi¨® el premio Opera XXI y este ¨²ltimo, que no pudo ir a recoger, lo aprovech¨® para lanzar un mensaje en favor de la libertad. En julio de ese a?o se hab¨ªa producido el brutal asesinato del joven Samuel Luiz en A Coru?a, cuando una turba empez¨® a lincharle a grito de ¡°maric¨®n¡±, as¨ª que Anduaga decidi¨® mandar en su lugar al director de la revista Shangay. ¡°Pens¨¦ que era momento de dedic¨¢rselo a la comunidad LGTBI porque parece que estamos yendo muy adelante como sociedad, pero hay mucho camino que recorrer. Me da igual el riesgo de posicionarme cuando est¨¢s diciendo una cosa que es buena y no hace da?o a nadie. Donde no haya respeto dir¨¦ lo que opino porque no me pienso callar nunca¡±, explica ahora con aplomo.
El Anduaga de aquel 2021 miraba en el calendario las citas ya cerradas para 2023 y pensaba: ¡°Uf, cuando llegue, qu¨¦ miedo¡±. Ten¨ªa por delante el debut en el Covent Garden de Londres, su estreno en la Metropolitan Opera de Nueva York y su primer Verdi en el Teatro Real. ¡°Ya se ha pasado y ha ido todo bien¡±, resume quit¨¢ndole importancia. Le ha ido m¨¢s que bien. La cr¨ªtica de The New York Times le dedic¨® t¨ªtulo y subt¨ªtulo. ¡°El tiempo pareci¨® detenerse (...) cant¨® con una belleza encantadora¡±, se lee en el texto. Ah¨ª es nada. ¡°Tengo muy buenas sensaciones de este 2023, como si el trabajo que he hecho hubiera tenido sentido. Voy por el camino que hace unos a?os me marqu¨¦¡±.
El tenor siente sobre s¨ª las expectativas que van forj¨¢ndose con cada logro. Ya le empiezan a tratar como un tenor profesional y no como un joven aprendiz, pero sigue sintiendo mucho paternalismo. Y no lo soporta: ¡°Todo el mundo me da consejos e incluso las cr¨ªticas vienen con consejo. He vivido el salir de una funci¨®n de tres horas con la tensi¨®n a mil por hora y que alguien te diga: ¡®Jo, es que yo esa nota la habr¨ªa hecho de tal manera¡¯. Yo nunca me atrever¨ªa a decirle a alguien c¨®mo tiene que hacer las cosas. Es como si me siento donde Dabid Mu?¨®z y le digo: ¡®Jo, yo es que al pollo le hubiera puesto dos grados m¨¢s porque se me ha quedado un poco pocho¡¯. Pues no. O lo disfruto o no, pero ya est¨¢. El otro d¨ªa me dijeron ¡®Es que eres demasiado generoso, tienes que cantar un poco menos porque igual en la siguiente funci¨®n no tienes voz¡¯. Me qued¨¦ pensando: ¡®?Me est¨¢ diciendo que soy demasiado generoso? Pues tendr¨ªa usted que alegrarse, ?no?¡±.
Reconoce que todo ese peso que siente ahora sobre sus hombros en cada paso hacia adelante le da cierto miedo, pero trata de no plante¨¢rselo demasiado: ¡°Me centro en ma?ana y pasado. Lo que tenga que venir vendr¨¢. Intento no pensar en las expectativas que sobre m¨ª tienen otras personas, s¨ª en las que puedo tener yo¡±. ?Cu¨¢les son? ¡°Ser feliz. Ser feliz cantando¡±.
Babelia
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