George Saunders, maestro del cuento contempor¨¢neo: ¡°Las redes sociales te transforman en una versi¨®n instant¨¢nea y feroz de ti mismo¡±
El autor estadounidense vuelve al relato con una nueva antolog¨ªa que presenta batalla contra el ¡°control de mentes¡± que ejerce el algoritmo
Una voz puede asaltarle en mitad de la noche. Aparece, sin m¨¢s, en su cabeza y le cuenta c¨®mo cree que debe empezar a comportarse para acabar gustando a Randy. ?Y qui¨¦n es Randy?, se pregunta. No lo sabe, as¨ª que sale de la cama, se pone el bat¨ªn, baja a la cocina y enciende el ordenador. As¨ª es c¨®mo George Saunders (Amarillo, 65 a?os), ganador de premios como el Booker y del PEN/Malamud, el tipo que creci¨® en Chicago invent¨¢ndose para s¨ª mismo un personaje que encajase con el mundo apasionante en el que quer¨ªa vivir, se comunica con sus relatos. Como si en vez de relatos fuesen peque?os animales salvajes a los que no contener sino a los que seguir hasta que sean ellos quienes se cuenten, o se entiendan, definitivamente, a s¨ª mismos. ¡°Me encanta la idea de que sean como peque?os animales salvajes, ?no es eso lo que deber¨ªan ser?¡±, dice.
El considerado mejor escritor de cuentos norteamericano vivo est¨¢ sonriendo en alg¨²n lugar de Los ?ngeles frente a la pantalla de su ordenador. Cuando descuelga la videollamada es por la ma?ana. Va francamente abrigado. Parece llevar puesta una cazadora de borreguito. Dice que a¨²n est¨¢ acostumbr¨¢ndose a la ciudad. Que le parece un lugar futurista. ¡°Por primera vez, somos gente de ciudad, y debo decir que no est¨¢ nada mal¡±, afirma. Se ha mudado all¨ª para estar cerca de su hija, aunque sigue dando clase en la Universidad de Siracusa (Estado de Nueva York). Es el d¨ªa de San Valent¨ªn y dice que cree que Gloria y Randy, los protagonistas de ese relato que empez¨® siendo una voz deseosa de contar su historia en mitad de la noche, siguen juntos. El relato se titula Gorri¨®n y est¨¢ incluido en antolog¨ªa El d¨ªa de la liberaci¨®n, reci¨¦n publicada en espa?ol por Seix Barral y en catal¨¢n por Edicions de 1984.
¡°No creo que existan las almas gemelas, pero s¨ª las almas que encajan. Toda historia de amor es una versi¨®n de ese tipo de encaje. Uno tiene que estar dispuesto a amoldarse, a desdibujarse un poco, para encajar en la vida de otra persona. Y lo mismo debe hacer esa otra persona¡±, dice, y habla de c¨®mo ese ¡°peque?o animal¡± que empez¨® siendo la voz de Gloria, que temi¨® tener que descartar ¡ª¡±No me apetec¨ªa contar otra historia de amor sin m¨¢s¡±, apostilla¡ª, creci¨® hasta volverse una reflexi¨®n sobre ¡°c¨®mo de cruel puede llegar a ser el mundo para alguien enamorado¡±. ?Que c¨®mo lo hizo? ¡°Escrib¨ª el relato aquella misma noche, en la mesa de la cocina, pero lo trabaj¨¦ durante meses¡±, responde. Es as¨ª como funciona. Escribe ¡°entre cuatro y cinco horas¡± cada d¨ªa, por las ma?anas. Horas en las que, sobre todo, reescribe o busca nuevos caminos.
Saunders, autor de una ¨²nica novela, la flamantemente disruptiva, divertida y premiada Lincoln en el Bardo, cree en la ficci¨®n como un ¡°detector de basura¡±, es decir, de todo lo que anda francamente mal en el mundo, y a la vez como el mejor agente de cambio posible. ¡°Me considero un escritor pos-posmoderno. No quiero destruirlo todo, a menos que la destrucci¨®n sea positiva, en alg¨²n sentido feliz. Creo fervientemente en la destrucci¨®n positiva. La ficci¨®n puede destruir el proceso por el cual llegamos a terribles conclusiones y ofrecernos un respiro, darnos espacio para pensar fuera de cualquier tipo de plano¡±, dice. En ese sentido, por m¨¢s que diga que jam¨¢s piensa en ning¨²n tema mientras escribe, El d¨ªa de la liberaci¨®n es, desde el t¨ªtulo, una suerte de manifiesto sobre la batalla por el ¡°control de mentes¡± que se libra hoy en d¨ªa ah¨ª fuera.
¡°En al menos tres de los relatos ¡ªel que da nombre al libro, Gul y Elliott Spencer¡ª, se nota que el escritor [habla de s¨ª mismo en tercera persona cuando habla de quien escribe las historias] est¨¢ pensando en las redes sociales. Si el a?o fuera 1485, las ideas que asaltar¨ªan tu cabeza te vendr¨ªan del mundo que te rodea, de tu familia y de tu pueblo. Ahora nos llegan ideas de muy lejos, y no son ideas sino una especie de orden del d¨ªa que no se dirige a ti, se te impone. Y cambian tu manera de pensar. Literalmente. Dir¨ªa que esos tres cuentos tratan sobre la autonom¨ªa mental, y c¨®mo de imposible resulta mantenerla. ?C¨®mo puedo ser yo mismo si no dejo de recibir mierda que se instala directamente en mi cabeza? Dentro de 100 a?os, diremos de esta ¨¦poca que fue la ¨¦poca de las mentes alteradas¡±, sentencia el autor.
Controladas, alteradas. ?Alteradas por los algoritmos? ¡°Alteradas por esa encantadora y seductora tecnolog¨ªa con la que convivimos, s¨ª, y el algoritmo que conlleva. Si hay un mont¨®n de violencia e infelicidad hoy es porque estamos siendo invadidos por todo tipo de informaci¨®n que dejamos entrar sin m¨¢s. ?Y c¨®mo vamos a ser felices con todo ese sufrimiento latente de fondo? Siempre ha habido sufrimiento en el mundo, y crueldad, pero nos proteg¨ªa el constructo artificial del sitio en el que viv¨ªamos. Ahora nada puede protegernos¡±, responde. ¡°Las redes sociales no quieren que pienses por ti mismo. Ni que pases tiempo a solas. No s¨¦ con qu¨¦ fin. Pero te transforman en alg¨²n tipo de otro animal, una especie de monstruo, una versi¨®n instant¨¢nea y feroz de ti mismo que sabe autom¨¢ticamente lo que piensa de cosas de las que no tiene ni idea¡±, dice Saunders.
El escritor, que fue a un colegio de monjas, es hoy budista y practica la meditaci¨®n. Trata de protegerse contra la invasi¨®n mental por todos los medios. Lo lleva haciendo desde el principio. ¡°Cuando tuve mi primer smartphone recuerdo que estaba leyendo a autores rusos [le encantan G¨®gol, Isaak B¨¢bel, Ch¨¦jov] y de repente nada parec¨ªa tener sentido. Mi comprensi¨®n lectora cay¨® en picado. Fue apartarme de la pantalla un tiempo y recuperar las historias, el color. Me pareci¨® un momento providencial y terror¨ªfico a la vez¡±, asegura.
Ahora mismo est¨¢ leyendo a la argentina Sara Gallardo, la traducci¨®n al ingl¨¦s de su novela Enero. ¡°Me fascina la tensi¨®n que imprime a la historia a trav¨¦s del estilo¡±, dice de ella. Tambi¨¦n asegura que est¨¢ abri¨¦ndose camino a trav¨¦s de lo que parece una nueva novela, la que ser¨ªa su segunda en todos estos a?os. ¡°Pero a¨²n estoy al principio. Veremos¡±, cuenta. Est¨¢ convencido de que lo ¨²nico que puede hacerse en el contexto actual es, adem¨¢s de tratar de proteger el yo para que pueda crecer de alguna forma ¡ª¡±Parece dif¨ªcil, pero creo que todo lo que nos est¨¢ pasando puede revertirse, mis alumnos ya lo est¨¢n haciendo, tratando de que la llama que sigue encendida no se apague¡±, agrega¡ª, aspirar a ser cada d¨ªa ¡°un poco m¨¢s amable¡±. ¡°Mi ¨²nica meta ahora mismo es esa. Ser cada d¨ªa alguien m¨¢s cari?oso, m¨¢s presente, m¨¢s honesto. Aceptar la complejidad del mundo sin desesperarme. La desesperaci¨®n es el peor enemigo del ser humano, quiz¨¢ por eso las fuerzas c¨ªnicas del presente la aman. Manteng¨¢monos fuera de su alcance¡±, concluye.
Babelia
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