El escritor alban¨¦s Isma¨ªl Kadar¨¦ bajo el r¨¦gimen de Enver Hoxha: las otras formas de (no) ser disidente
La publicaci¨®n en castellano de la novela basada en hechos reales ¡®Tres minutos. Sobre el misterio de la llamada de Stalin a Pasternak¡¯, finalista para el International Booker Prize 2024, invita a reflexionar sobre la relaci¨®n del escritor con el r¨¦gimen comunista
?C¨®mo lleg¨® Isma¨ªl Kadar¨¦ a ser publicado en el extranjero durante los tiempos de la dictadura de Enver Hoxha? Fue un poco por azar. Una editorial local se dedicaba a traducir a autores albaneses a las lenguas europeas m¨¢s importantes, el franc¨¦s entre ellas. El director de la revista Europe, Pierre Paraf, periodista franc¨¦s y apasionado de la cultura albanesa desde los tiempos del rey Zog I, pas¨® por Tirana y se hizo con un ejemplar de El general del ej¨¦rcito muerto. Paraf qued¨® prendado del texto y pregunt¨® al embajador alban¨¦s en Par¨ªs si se pod¨ªa publicar en Francia. Kadar¨¦ (Gjirokastra, 88 a?os) recuerda: ¡°El embajador alban¨¦s no dijo ni s¨ª ni no, porque ten¨ªa miedo¡±. Paraf se tom¨® la licencia y le entreg¨® la novela a la editorial Albin Michel, sin contrato y sin nada. Era 1970. El libro luego se convertir¨ªa en pel¨ªcula en 1983, protagonizada por Marcello Mastroianni.
En su encuentro con el embajador alban¨¦s, ya en Par¨ªs, este quer¨ªa ver la invitaci¨®n para poder viajar al extranjero, pero el escritor alban¨¦s no la ten¨ªa. Estando en Tirana, hab¨ªan llamado a Kadar¨¦ desde el Ministerio de Asuntos Exteriores para decirle que como el enemigo asum¨ªa que la invitaci¨®n no iba a ser aceptada, hab¨ªan decidido llevarle la contraria, as¨ª que deb¨ªa partir.
La siguiente pregunta es c¨®mo logr¨® mantenerse como escritor en aquel r¨¦gimen. Se ha hecho popular su frase: ¡°La literatura me llev¨® a la libertad, no al rev¨¦s¡±. De hecho, su estancia entre 1958 y 1960 en el Instituto Gorki de Mosc¨² fue un punto de inflexi¨®n; una instituci¨®n donde, seg¨²n el escritor, se fabricaban escritores para el r¨¦gimen. Disfrut¨® de su etapa en Mosc¨², una ciudad en aquellos d¨ªas menos represiva que Tirana. Conoci¨® a Bor¨ªs Pasternak, mientras se iniciaba la purga que pesaba sobre el escritor ruso, tras la obtenci¨®n (y rechazo) del premio Nobel. Esta experiencia le aport¨® una mirada m¨¢s certera sobre la vida literaria bajo una dictadura comunista. En un documental de Piro Milkani, Kadar¨¦ relata que, aunque estuviera en contra de aquellas represalias, no intercedi¨®, y sent¨ªa, adem¨¢s, que como extranjero no pod¨ªa involucrarse. Precisamente, se acaba de publicar en espa?ol Tres minutos. Sobre el misterio de la llamada de Stalin a Pasternak (Alianza, 2023, traducci¨®n de M. R. Gonz¨¢lez), incluido hace unos d¨ªas en la lista de finalistas del International Booker Prize 2024. En la obra se narran diferentes versiones sobre la conversaci¨®n telef¨®nica mantenida entre Stalin y Pasternak en junio de 1934 (comidilla cultural en tiempos sovi¨¦ticos).
El escritor alban¨¦s Bashkim Shehu, con ocasi¨®n de la entrega a Kadar¨¦ del Pr¨ªncipe de Asturias 2009, contaba que este no era ni un disidente ni un portavoz del r¨¦gimen: ¡°Ninguno de esos dos t¨¦rminos es adecuado para desentra?ar el fen¨®meno literario de Kadar¨¦¡±. Jos¨¦ Carlos Rodrigo Breto, experto y autor del ensayo Isma¨ªl Kadar¨¦: la gran estratagema (Ediciones del subsuelo, 2018), sostiene que, hasta el a?o 90, el autor ¡°no fue un disidente, sino un luchador, un opositor feroz y tenaz al r¨¦gimen¡±. Los m¨¢rgenes de discrecionalidad creativa eran restringidos, pero el r¨¦gimen operaba para que los escritores no s¨®lo no impugnaran al Estado, sino para que trataran los temas que le interesaba al poder. Kadar¨¦ midi¨® los tiempos y las ¨¦pocas de distensi¨®n. M¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s de que Albania rompiera relaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el escritor public¨®, primero, El gran invierno (Vosa, 1991, trad. J. Hern¨¢ndez), donde se anima a ficcionar el encuentro entre Hoxha y Nikita Jrushchov (con un retrato deliberadamente halagador del primero) y, despu¨¦s, El ocaso de los dioses de la estepa (Anaya, 1991, trad. R. S. Lizarralde), donde se enfatiza la mediocridad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a ra¨ªz del caso Pasternak. Despu¨¦s de que Albania rompiera relaciones con China, public¨® El concierto (Anaya, 1991, R. S. Lizarralde), donde se ventilan cr¨ªticas contra el gigante asi¨¢tico. En estas obras la estrategia narrativa es recurrente: sobre la base de la cr¨ªtica a la potencia enemiga, cuestionaba veladamente a ambos pa¨ªses.
El ¡°sutil disidente¡±, tal como lo defini¨® el especialista Robert Elsie, recurr¨ªa a varias estrategias m¨¢s. Kadar¨¦ ambienta sus novelas en atm¨®sferas asfixiantes y fatales, con d¨ªas fr¨ªos y lluviosos, como es el caso de Abril quebrado (Anaya, 1990, trad. R. S. Lizarralde), ambientes divorciados del clima mediterr¨¢neo alban¨¦s, con lo que confrontaba el relato luminoso de la propaganda oficial. El recurso a la mitolog¨ªa, como alegor¨ªa o ambages, es otro medio para enmascarar su reproche pol¨ªtico. Para John Cox, profesor de la Universidad de Dakota del Norte, la obra de Kadar¨¦ relata ¡°experiencias que miran hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo. La cuidadosa estratificaci¨®n o enumeraci¨®n de posibilidades tambi¨¦n fomenta la contemplaci¨®n de resultados ¨¦ticos alternativos¡±. Y esta conciencia repleta de subterfugios es extensible a su manera de lidiar con el r¨¦gimen. Claude Durand, el editor de Fayard, fue hasta en dos ocasiones a Albania a recoger manuscritos que en aquel momento no eran publicables, pero que Kadar¨¦ contemplaba lanzar cuando los tiempos lo propiciaran.
En 1981, con la publicaci¨®n de El palacio de los sue?os (C¨¢tedra, 2005, trad. R. S. Lizarralde), su novela m¨¢s conocida, Kadar¨¦, tal como declara Rodrigo Breto, ¡°se jugar¨¢ la vida¡±. Como se?al¨® su gran descubridor para el p¨²blico en espa?ol, Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde, ¡°en muchas ocasiones el autor fragmentaba sus novelas ma?s comprometidas, las disimulaba entre otros textos menos agresivos, preparaba el terreno para ellas dando a la luz pu?blica relatos que luego habri?an de crecer y desarrollarse (¡)¡±. La novela, una f¨¢bula entre kafkiana y orwelliana, ambientada en tiempos otomanos, pero dirigida contra el r¨¦gimen, aborda el control social que ejerce el Sult¨¢n, al tener una instituci¨®n dedicada a interpretar los sue?os de los s¨²bditos. La concibi¨® entre 1972 y 1973, pero no fue publicada hasta nueve a?os m¨¢s tarde y vendi¨® inmediatamente 20.000 copias. No obstante, a principios de 1982, se convoc¨® una reuni¨®n de emergencia de la Uni¨®n de Escritores de Albania, donde hab¨ªa varios miembros del Politbur¨®, entre ellos Ramiz Alia, quien tomar¨ªa el poder en 1985, tras la muerte de Hoxha. Se ha hecho c¨¦lebre c¨®mo Alia increp¨® al escritor: ¡°El pueblo y el Partido te han elevado al Olimpo, pero si no les eres fiel, te arrojar¨¢n al abismo¡±.
Kadar¨¦ se march¨® a Francia en 1990, inquieto por su propio destino y por el de su pa¨ªs, que vivir¨ªa en adelante una d¨¦cada convulsa. El autor nunca se consider¨® a s¨ª mismo ni h¨¦roe ni disidente, tal como declar¨® ¨¦l mismo en 1998. La respuesta a si lo fue no se sit¨²a en su condici¨®n como tal, dado que la ¨¦pica de la disidencia resulta tan atractiva como presa de la idealizaci¨®n, sino en resaltar c¨®mo un creador se abri¨® paso entre las grietas y contradicciones de un sistema paranoico, hasta lograr mantener su esfera de libertad seg¨²n coyunturas y aquiescencias, buscando el favor de la ¨¦lite cuando tocaba o forzado por ella como activo del r¨¦gimen, mientras fue miembro del Partido o diputado. En los t¨¦rminos que plantea Cox: ¡°Era principalmente un disidente art¨ªstico, a diferencia de un artista disidente, pero tambi¨¦n era un poco de lo segundo. No todos los disidentes tienen que ser solzhenitsyns o havels¡±.
Babelia
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