La lucha de reinas de ¡®Maria Stuarda¡¯ despide el a?o en el Teatro Real

Cuando se estren¨® Maria Stuarda, la ¨®pera del italiano Gaetano Donizetti ¡ªaunque retitulada entonces como Buondelmonte y con sus aspectos m¨¢s pol¨ªticos diluidos para evitar la censura¡ª en N¨¢poles en 1834, las dos cantantes que representaban los papeles principales terminaron protagonizando tambi¨¦n una pelea a pu?etazos sobre las tablas. Las dos divas hab¨ªan subido al escenario para personificar la historia real del enfrentamiento entre Mar¨ªa Estuardo, reina cat¨®lica de Escocia, y su ejecutora, Isabel I, la reina protestante de Inglaterra. El violento choque de personalidades opuestas y de ideas irreconciliables, asalt¨® la realidad en un momento que contribuy¨® al poco ¨¦xito del espect¨¢culo, cancelado despu¨¦s de la primera representaci¨®n. Un a?o despu¨¦s lleg¨® a la Scala de Mil¨¢n, ahora s¨ª con su t¨ªtulo original y con la c¨¦lebre Mar¨ªa Malibran en el papel de Stuarda. Seis funciones m¨¢s tarde, tambi¨¦n fue prohibida. Donizetti muri¨® antes de verla nuevamente producida.

M¨¢s de un siglo pas¨® ¡ªcomo es habitual en las ¨®peras del actual repertorio¡ª para que la de Donizetti ¡ªla n¨²mero 40 de las 70 que hizo en apenas 50 a?os de vida¡ª fuera reconocida como una obra maestra del bel canto y protagonista habitual de las temporadas de ¨®pera en el mundo. El Teatro Real de Madrid la ha elegido, en una nueva coproducci¨®n con el Liceu de Barcelona, el Donizetti Opera Festival de B¨¦rgamo, la Moannaie de Bruselas y la ?pera Nacional de Finlandia, con la direcci¨®n de David McVicar ¡ªencargado tambi¨¦n de abrir la temporada con Adriana Lecouvreur¡ª, para despedir el a?o con 10 funciones entre el 14 y el 30 de diciembre.

La historia de Donizetti, con el libreto de Giuseppe Bardari, aunque verdadera de fondo, est¨¢ ¡°profundamente romantizada¡±, como explic¨® el director del montaje este viernes en la presentaci¨®n en el teatro madrile?o. A la lucha pol¨ªtica por el mismo cetro, se suma la lucha por el mismo amor, el del conde de Leicester. Pero la romantizaci¨®n, seg¨²n McVicar, no evita que se traten temas relevantes de fondo: ¡°A pesar de todo, si se escucha y se lee bien, la obra tiene un discurso pol¨ªtico muy presente¡±. ¡°El mundo ahora est¨¢ tan polarizado y dividido como en el siglo XVI. Este montaje nos ha hecho descubrir que no vemos ning¨²n progreso en nuestra situaci¨®n pol¨ªtica en 400 a?os¡±, dijo el director escoc¨¦s, reconociendo su intenci¨®n por transmitir esa idea.

La soprano Lisette Oropesa interpreta el papel principal, el de Stuarda. ¡°Es una mujer que sufri¨® mucho y que fue rechazada, pero es demasiado orgullosa y tiene el sentimiento constante de ser la n¨²mero uno. No es una inocente, ni una protagonista total¡±, cont¨® Oropesa ante la mirada de Aigul Akhmetshina, la mezzosoprano rusa que interpreta a Elisabetta (la reina Isabel I). La relaci¨®n de ambas parece distar mucho de la de las primeras int¨¦rpretes de la ¨®pera belcantista, y su concepci¨®n de los personajes tambi¨¦n: ambas ven a las dos reinas con claroscuros y como v¨ªctimas de fuerzas pol¨ªticas y religiosas que manipulan su destino. ¡°Lo primero que hay que decir es que Elisabetta no es una villana¡±, dijo entre risas Akhmetshina. ¡°No quer¨ªa matar a Maria, pero no hay de otra. Lo que pretendo en este montaje es que la gente sienta empat¨ªa por ese personaje¡±, termin¨®. En la misma idea ahond¨® el director McVicar: ¡°Elisabetta tiene raz¨®n, pero Maria tambi¨¦n la tiene. Y nunca ser¨¢n capaces de entender el punto de vista de la otra¡±.

Esa dualidad entre bondad y maldad que describen de los personajes, presenta un reto adicional para ambas int¨¦rpretes. ¡°Es la primera de las ¨®peras de Donizetti que he hecho que tiene mucha oscuridad y que sale frecuentemente, no tiene muchos momentos de luz y mi voz, al contrario, es muy solar. Me ha hecho buscar nuevos colores y sentimientos¡±, se?al¨® la soprano. Akhmetshina tambi¨¦n encuentra sus propios retos: ¡°Es muy dif¨ªcil de cantar porque exige el registro vocal de una soprano, pero la intensidad de una mezzo¡±, cont¨®. Pero a los problemas, ambas han coincidido, ha ayudado la libertad de creaci¨®n y experimentaci¨®n del director musical del montaje, Jos¨¦ Miguel P¨¦rez-Sierra. ¡°Por eso se llama belcanto, no beldirectori¡±, brome¨®. ¡°Cuando hago belcanto dejo mi ego a un lado y mi mayor satisfacci¨®n es ayudar a mis cantantes a dar lo mejor de su voz. Y lo que proponen el 99% de las veces es muy bueno¡±, indic¨® P¨¦rez-Sierra ante las sonrisas de ambas.

A su lado, en el extremo de la mesa, tambi¨¦n intervino en el acto el tenor espa?ol Ismael Jordi, int¨¦rprete de Roberto, el conde de Leicester, un personaje, en sus palabras, ¡°muy ingrato¡±. ¡°Es que canta mucho y luego no te aplaude, te da coraje¡±, afirm¨®. El de Roberto es uno de los personajes que m¨¢s ha representado en su carrera y lo considera ¡°parte de su vida¡±. ¡°Siempre pasa por encima y los directores de escena no suelen tratarlo muy bien¡±, sigui¨®. Pero es en este montaje, con la direcci¨®n de McVicar, seg¨²n reconoci¨®, que ha podido ¡°disfrutarlo por primera vez¡±.