Por qu¨¦ todos se ¡®acuerdan¡¯ de Georges Perec, el escritor que jug¨® con nuestras neurosis
El autor miembro del OuLiPo sigue m¨¢s vivo que nunca, fascinando a ensayistas y novelistas que reactualizan su obra para trasladarla al presente

Dice la leyenda que Georges Perec (Par¨ªs, 1938-1982) nunca cerraba su peque?o apartamento de la calle Quatrefages de Par¨ªs. Aquel piso que se citaba en Las cosas (1965), un quinto en el n¨²mero 5, siempre tuvo la puerta abierta para que sus amigos entrasen cuando quisieran. Pasa con la obra de Perec como con ese gesto de confianza a su intimidad dom¨¦stica. Parece que el autor la dejase abierta para que otra buena gente se recreara y la hiciese propia. Siempre es un buen momento para reivindicar a este soci¨®logo de formaci¨®n y miembro del taller de escritura experimental OuLiPo, pero la actualidad ha querido que un buen pu?ado de creadores, sin planearlo, como en ese disparador que lanz¨® en uno de sus textos, se hayan puesto de acuerdo para decirnos: ¡®Ah, de Georges Perec yo tambi¨¦n me acuerdo¡¯.
Primero fueron Andrea Genovart y Vincenzo Latronico, dos escritores que, desde Barcelona y Berl¨ªn, revisitaron en dos novelas muy distintas Las cosas, aquel texto sobre una parejita peque?oburguesa hipnotizada por la sociedad de consumo de 1965. Repensar a Perec vino con premio: Consum preferent, el debut de Genovart sobre una joven sobrestimulada por la ciudad moderna, se hizo en 2023 con el premio Anagrama de novela en catal¨¢n; Las perfecciones, la historia de una pareja de n¨®madas digitales ansiando autenticidad, gan¨® un a?o antes el Mondello y se ha traducido a m¨¢s de 17 idiomas. Hace unos pocos meses el escritor Kim Nguyen debut¨® escribiendo 237 razones de Por qu¨¦ Georges Perec (editado por LaU?aRota). Claire Marin vuelve a su po¨¦tica del espacio y su esp¨ªritu bartlebyano para sostener la tesis de su ensayo Estar en su lugar (Anagrama, 2024). Ahora es Emili Manzano el que con Me¡¯n record (Llibres Anagrama, 2024) tambi¨¦n ha utilizado ese Je me souviens de Perec de 1978 que imit¨® el I remember de Joe Brainard, como muleta para rememorar sus vivencias ¨ªntimas. ?Qu¨¦ tiene Perec para sentirse tan pertinente para los autores que narran el presente?

Perec muri¨® de un c¨¢ncer de pulm¨®n siete a?os antes de que se inventara la World Wide Web, pero Vincenzo Latronico cree que el franc¨¦s es uno de los autores que mejor vaticin¨® la neurosis por colisi¨®n con la esfera digital. ¡°En muchos niveles anticip¨® la forma en que una masa cuantitativa de datos se convierte en una comprensi¨®n cualitativa de nosotros como usuarios, consumidores y personas¡±, apunta en un intercambio de correos electr¨®nicos el escritor italiano, donde hace hincapi¨¦ en su capacidad predictiva sobre el ansia de optimizaci¨®n y cuantificaci¨®n de nuestras experiencias. ¡°Su narrador en Las cosas y en La vida instrucciones de uso es esencialmente un algoritmo de extracci¨®n de datos. Supone que al enumerar todas las relaciones de un personaje con los objetos (los que usa, los que odia, los que desea, los que compra, los que sue?a) esencialmente puede modelar la psique y el intelecto de esa persona. Es lo mismo que hacen los algoritmos de las redes sociales con nosotros¡±, escribe este autor, que con Las perfecciones se plante¨® reescribir Las cosas, pero en un mundo en el que la red ha cambiado la forma de vernos a nosotros mismos. ¡°Me di cuenta de que la mejor forma para escribir sobre internet era volviendo a una novela de los a?os sesenta¡å, asegura. Mientras Emili Manzano admira de Perec su capacidad de ¡°no castigarse con los g¨¦neros, siendo radicalmente libre¡±, para Andrea Genovart, que descubri¨® a Perec durante la carrera de Literatura, la contemporaneidad del franc¨¦s se muestra como ¡°un ente vivo, moldeable y juguet¨®n¡± en un uso del lenguaje.
Quien conecta m¨¢s puntos en este furor perequiano es Pablo Mart¨ªn S¨¢nchez, el primer miembro espa?ol de la historia del OuLiPo, un escritor que en pocos meses ver¨¢ publicada en Anagrama su traducci¨®n de Lieux (Lugares), el texto de Perec que ha inspirado dos de sus obras: El proyecto, en el que lleva trabajando 23 a?os ¡°y que deber¨ªa terminar el a?o que viene¡±, y Tentativa de agotamiento de la ciudad de Barcelona en diez plazas, para el que recibi¨® una de las becas Premis Barcelona 2020 y que sigue in¨¦dito. ¡°Perec es un autor total, su obra es tan rica y diversa que es imposible que no te seduzca alguno de sus libros¡±, explica este escritor que entr¨® en el OuLiPo en 2014 y que descubri¨® a Perec a los 20 a?os, cuando su madre le regal¨® La vida instrucciones de uso. Mart¨ªn S¨¢nchez es, adem¨¢s, el traductor al castellano del premio Goncourt La anomal¨ªa (Seix Barral), de Herv¨¦ Le Tellier, que pertenece al movimiento OuLiPo y que demuestra la vitalidad de la obra de Perec tambi¨¦n en Francia.
¡°Dir¨ªa que supo ver como nadie el valor de lo nimio, de lo banal, de lo corriente, de lo infraordinario; y tuvo la osad¨ªa de llevar su apuesta hasta el final, hasta el punto de que podr¨ªamos hablar de cierta ¡®est¨¦tica del agotamiento¡¯ en Perec¡±, avanza Mart¨ªn S¨¢nchez, que considera que nada en la obra de Perec es arbitrario. ¡°Fue un maestro del trampantojo, de la finta, del conejo en la chistera: escribo una novela titulada La disparition (donde lo que ha desaparecido es la letra e) para que os pens¨¦is que estoy escribiendo un divertimento, un artificio verbal, cuando en realidad estoy hablando de la desaparici¨®n de mis padres, ¨¦l en la Segunda Guerra Mundial y ella en Auschwitz (pues, en franc¨¦s, la letra e suena exactamente igual que eux, ellos)¡±.

M¨¢s all¨¢ del Caf¨¦ Perec, el punto de reuni¨®n semanal de Enrique Vila-Matas en este diario, la nueva hornada de autores reactualizando el pensamiento perequiano se suma a las reivindicaciones de ese escritor de escritores que otros grandes nombres han verbalizado y que recoge oportunamente Kim Nguyen en su Por qu¨¦ Georges Perec. Como Paul Auster, que destac¨® que ¡°debajo de cada truco y rompecabezas oulipiano que puede encontrarse en los libros de Perec hay una reserva de sentimientos humanos, una oleada de compasi¨®n, un gui?o de humor, la convicci¨®n impl¨ªcita de que, pese a todo, tenemos suerte de estar vivos¡±. O Emmanuel Carr¨¨re, que dijo que Las cosas son ¡°el gran poema de esa particular clase de humillaci¨®n: la certeza de ser, hagamos lo que hagamos, desesperadamente como todo el mundo¡±. O Roberto Bola?o, que un d¨ªa so?¨® que ¡°cuidaba a un peque?o Georges Perec de tres a?os, que lo tomaba en brazos, le compraba golosinas y libros para pintar. No sirvo para nada, pero servir¨¦ para cuidarte, nadie te har¨¢ da?o, nadie intentar¨¢ matarte¡±. O Alejandro Zambra, que en la encuesta sobre los libros que le cambiaron la vida que hizo este diario decidi¨® votar con una lista de 10 t¨ªtulos de Perec porque, seg¨²n aleg¨®, le descubri¨® ¡°una nueva sensibilidad¡±.
Mart¨ªn S¨¢nchez comparte ese misticismo, especialmente vivo en el OuLiPo. ¡°Obviamente, hay una diferencia entre los que conocieron a Perec personalmente y los que no. Para los que no lo conocimos, no deja de ser una figura hasta cierto punto m¨ªtica; para los que lo conocieron y lo frecuentaron, no deja de ser un amigo al que hace mucho que no ven. Jam¨¢s he o¨ªdo una mala palabra sobre ¨¦l¡±, asegura, no sin antes recordar una frase recurrente ¡°casi un leitmotiv¡±, que le suelen soltar los m¨¢s veteranos cuando menos se lo espera y que bien podr¨ªa resumir toda esta avanzadilla de t¨ªtulos: ¡°Georges y avait pens¨¦¡± (¡±Esto Georges ya lo pens¨®¡±).
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