Iwan Baan: la arquitectura con gente
La arquitectura parec¨ªa un escenario vac¨ªo, apocal¨ªptico o por estrenar hasta que Iwan Baan empez¨® a fotografiarla con gente y con uso. Una exposici¨®n resume su trayectoria
Iwan Baan (Alkmaar, Holanda, 48 a?os) documenta el crecimiento de las megal¨®polis globales y la vida en un rinc¨®n urbano. Los edificios y sus usos. Los d¨ªas y las horas de la arquitectura est¨¢n m¨¢s vivos en sus im¨¢genes que en las de la mayor¨ªa de fot¨®grafos. ?Por qu¨¦? Porque este holand¨¦s espera el momento.
El Vitra Design Museum inaugura el pr¨®ximo s¨¢bado la primera retrospectiva sobre su obra, que podr¨¢ visitarse hasta el 24 de marzo. Es el contexto social, la humanidad de los edificios de Herzog & de Meuron o Kazuyo Sejima lo que podr¨¢ verse en Moments in Architecture, una exposici¨®n que demuestra c¨®mo un momento detiene el tiempo y c¨®mo ese instante explica otra cara de un edificio y su relaci¨®n con las personas y con el lugar.
Aunque se ha convertido en el fot¨®grafo de cabecera de m¨²ltiples profesionales, Baan no funciona por sellos est¨¦ticos, ni con planificaci¨®n alguna. Lo hace por marcas vitales. Y por instinto. Su c¨¢mara retrata la construcci¨®n y la destrucci¨®n que acompa?a a casi toda obra. Habla no solo de uso y disfrute, tambi¨¦n de consecuencias, de comunicaci¨®n, de convivencia. Y de esfuerzo, dolor y logro.
Su m¨¦todo de trabajo es r¨¢pido y preciso, espera, observa y dispara. M¨¢s cerca del periodismo de instant¨¢neas que del preciosismo de un retratista arquitect¨®nico, lo que Baan atrapa es m¨¢s vida de planos, m¨¢s cambio que estabilidad, momentos, rincones, estados. Le interesan tanto los ni?os que reinterpretan los lugares como el esfuerzo o el descanso de los alba?iles. La sorpresa, la incomprensi¨®n. Y la escala. Hay un Baan que indaga en la proporci¨®n y se eleva para conseguir im¨¢genes a¨¦reas que todo lo relativizan. Otro que baja hasta el subsuelo para forzar la majestuosidad de un inmueble como manera para explicar su escala.
La muestra alemana recorre toda la trayectoria del holand¨¦s. Desde sus refrescantes inicios, en el a?o 2000, hasta su irreverente ¨¦xito que cuestionaba todo lo anterior. Y es que Baan es el arquitecto de su propio ojo. Le interesa por igual un poblado chino que una iglesia et¨ªope, apartamentos de El Cairo en construcci¨®n y la okupaci¨®n y destrucci¨®n de la Torre David de Caracas. Baan no retrata, cuenta. Y lo hace vali¨¦ndose de su intuici¨®n.
¡°No busco tanto im¨¢genes atemporales de una gran arquitectura como el momento espec¨ªfico, el lugar y las personas que se encuentran en ¨¦l, todos los momentos imprevistos y no planificados en un lugar y sus alrededores¡±, explica. Quiere contar c¨®mo vive all¨ª la gente y qu¨¦ historias surgen de la convivencia entre edificios y personas.
En 2004 Baan conoci¨® a Rem Koolhaas. Y el arquitecto holand¨¦s reconoci¨® a un creativo. Le dio mano libre para que retratara la torre CCTV que, por entonces, estaba terminando para la sede estatal de la televisi¨®n China. Sab¨ªa que ese edificio plasmaba el progreso de un pa¨ªs y la fuerza de un partido. Y, ampliando el contexto de la imagen, Baan retrat¨® esa ambig¨¹edad, la dificultad de la dependencia que siempre ha relacionado arquitectura y poder.
Por las mismas fechas, los suizos Herzog y de Meuron firmaban el estadio Ol¨ªmpico de Pek¨ªn. Y Baan fue de los primeros en plasmar aquel nido, firmado con Ai Wei Wei, como un edificio vivo. No s¨®lo por el retrato formal. Tambi¨¦n porque a Baan le interes¨® tanto el trabajo de los alba?iles ¨Cexplicando el esfuerzo, el riesgo y el proceso de la arquitectura- como la fotograf¨ªa final del monumento. China se estaba transformando y Baan explicaba los pasos, el sacrificio, los logros y el dolor.
Fue a partir de esas im¨¢genes cuando los arquitectos de renombre del mundo comenzaron a solicitar su trabajo. Y a confiar en ¨¦l. Toyo Ito, Diller Scofidio + Renfro, Tatiana Bilbao, SANAA o Selgascano. Para Sou Fujimoto ide¨® retratar la manera de utilizar sus casas, con la gente subida por las paredes o colgada de la fachada. Baan no escatima recursos: alquila un helic¨®ptero o se cuelga de donde considere que se alcanza la mejor vista para, eso s¨ª, retratar normalidad, vida corriente, un ¨¢ngulo insospechado, pero no forzado. Se esfuerza para captar la normalidad de los lugares.
Intuitivo, astuto y natural, ha retratado el MAXXI que Zaha Hadid levant¨® en Roma, el Rolex Learning Center de SANAA en Lausana o los proyectos en Ahmedabad de Balkrishna Doshi. Pero tambi¨¦n ciudades: Tokio, Sao Paulo, Lagos. Baan es un cronista de los espacios urbanos. De su construcci¨®n y destrucci¨®n. De la convivencia. De la globalizaci¨®n y de la digesti¨®n de la modernidad.
Asia y ?frica, Burkina Faso o India aparecen junto a edificios de arquitectos de renombre. Baan no solo trabaja por encargo. Acude donde su instinto le dicta y mira el mundo desde la perspectiva de alguien a quien todo le sorprende. Por eso documenta verdades, edificios inacabados, destrozos. Y esperanza.
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