¡®El largo adi¨®s¡¯: el festival que dignific¨® la novela negra en Espa?a se despide tras 20 a?os
El congreso universitario de Salamanca echa el cierre. ?lex Mart¨ªn Escrib¨¤ y Javier S¨¢nchez Zapatero, fundadores y directores, repasan dos d¨¦cadas de aventuras y difusi¨®n del g¨¦nero
Son desconocidos para el gran p¨²blico, pero estos dos profesores de mirada aguda y estilo afable tienen la culpa, o al menos parte de la culpa, de que el g¨¦nero negro haya alcanzado en Espa?a el estatus literario que merece. Un d¨ªa caluroso de junio de 2004, en su ¨²ltimo a?o de estudiantes de Filolog¨ªa, ?lex Mart¨ªn Escrib¨¤ y Javier S¨¢nchez Zapatero decidieron crear el Congreso de Novela y Cine Negro de Salamanca, una maravillosa aventura tan acad¨¦mica como l¨²dica que echa el cierre tras 20 ediciones. ¡°Jam¨¢s pensamos que fu¨¦ramos a durar tanto. Cuando pusimos en el cartel ¡®Primer Congreso¡¯ nos preguntamos: ?primero de qu¨¦? Lo hac¨ªamos por divertirnos y estamos muy satisfechos, pero esto agota¡±, comentaban a EL PA?S el pasado martes, d¨ªa del inicio de este El largo adi¨®s, t¨ªtulo chandleriano con el que han bautizado su ¨²ltimo congreso.
En un panorama en el que se celebran cada a?o m¨¢s de una treintena de festivales de novela negra repartidos por toda la geograf¨ªa espa?ola, este se erig¨ªa como una saludable anomal¨ªa: acad¨¦mico, con una voluntad de dignificar y estudiar el g¨¦nero, su territorio habitual han sido las aulas de la Universidad de Salamanca, lejos del bullicio habitual en este tipo de encuentros. Este a?o, el ¨²ltimo, se han trasladado a la robusta sede del Banco de Espa?a, convertida ahora en el Centro de Interpretaci¨®n del Espa?ol. Por all¨ª se ve¨ªa el martes a lectores aplicados y estudiosos del g¨¦nero cambiando de un aula a otra para escuchar las distintas conferencias, hasta cuatro a la vez, que forman parte de un programa que mezcla con acierto escritores con estudiantes de doctorado o expertos de diversa ¨ªndole: esta edici¨®n, por ejemplo, contaba con la participaci¨®n de la neurobi¨®loga especializada en la visi¨®n Conchi Lillo.
Pero que nadie se despiste: Mart¨ªn Escrib¨¤ y S¨¢nchez Zapatero insisten en el aspecto l¨²dico de un festival que es tambi¨¦n la historia de una amistad inquebrantable entre sus dos directores. ¡°Si algo se nos puede reconocer es que hemos roto la inc¨®moda l¨ªnea entre literatura culta y popular. Hemos abierto una puerta cerrada durante muchos a?os¡±, resume Escrib¨¤.
El encuentro anual ha ido extendiendo su ¨¢mbito de influencia. A medida que pasaban los a?os, ha acumulado una abundante bibliograf¨ªa, se han sumado ponentes de medio mundo e incluso ha surgido una asignatura de novela negra durante el curso acad¨¦mico. ?Por qu¨¦, entonces, abandonar en un punto tan dulce para ellos y para el g¨¦nero? ¡°Pena, alivio y nostalgia¡± son las tres palabras m¨¢s repetidas cuando hablan del final. ¡°Es una cifra redonda y nos gustan las cifras redondas. Si no, habr¨ªa que dejarlo dentro de cinco¡±, bromean. ¡°Es mejor dejar las cosas a que ellas te dejen a ti. Da pena porque son un total de 76 d¨ªas de nuestra vida y nos lo hemos pasado muy bien¡±, cierra S¨¢nchez Zapatero¡±. 76 d¨ªas de Congreso detr¨¢s de los que se esconden cientos de horas de trabajo y una sensaci¨®n de fatiga al final del camino. ¡°No se ha perdido la ilusi¨®n pero s¨ª se ha transformado. Ve¨ªamos que el festival daba signos de agotamiento¡±, explican, completando uno las reflexiones del otro.
He ah¨ª la otra causa de disoluci¨®n: el marco universitario ha jugado un parad¨®jico papel. Por un lado, ha sido el contexto ideal para atraer expertos y autores; tambi¨¦n un soporte s¨®lido, sobre todo en los primeros a?os, cuando no eran tan conocidos. Por otro, ha limitado el crecimiento social del festival porque la universidad crea un efecto burbuja, explican los directores del congreso, que no han encontrado suficiente apoyo p¨²blico o privado. ¡°Intentamos que creciera, pero ya ha dado todo lo que pod¨ªa dar de s¨ª. Es un salto imposible. Nos falt¨® dinero para habernos abierto a autores de Estados Unidos y Europa. Si hubieran venido un Ellroy o un Lehane¡¡±, se lamenta Mart¨ªn Escrib¨¤.
?Se arrepienten de algo? Antes de contestar se miran y hablan sin palabras, una costumbre arraigada. ¡°Con perspectiva har¨ªamos cosas diferentes, pero arrepentirnos, no. Quiz¨¢s, s¨ª creo que con menos desgaste habr¨ªa salido igual. Eso s¨ª. Y nos hubiera gustado crear algo de cantera, pero no ha habido l¨ªnea de continuidad¡±, resume Escrib¨¢.
Ausencias y a?oranzas
Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n (que muri¨® antes de la primera edici¨®n), Javier Coma o Juan Mars¨¦, al que invitaron en repetidas ocasiones y del que siempre recib¨ªan una amable carta de dispensa manuscrita, son algunos de los nombres que les habr¨ªa encantado ver en las aulas de la Universidad de Salamanca. Fans ac¨¦rrimos de El crack, en el cap¨ªtulo de ausencias tienen una menci¨®n especial para Alfredo Landa, a quien invitaron con el arrojo y la sencillez de dos j¨®venes que no ten¨ªan nada que perder: consultaron las P¨¢ginas Amarillas y llamaron a su casa. El actor los atendi¨® y acept¨® la invitaci¨®n, pero poco despu¨¦s enferm¨® gravemente. S¨ª pudo estar Jos¨¦ Luis Garci, uno de los muchos nombres ilustres del cine que han participado en el congreso.
Ahora bien, en dos d¨¦cadas ha pasado por Salamanca lo m¨¢s granado del g¨¦nero en espa?ol: de uno de los padres fundadores, Francisco Gonz¨¢lez Ledesma, a Carlos Zan¨®n o Claudia Pi?eiro, invitada este a?o junto a Alicia Gim¨¦nez Bartlett: lo mejor de la novela negra a ambos lados del oc¨¦ano, el resumen de 20 a?os de buena literatura. Gim¨¦nez Bartlett es, precisamente, la ganadora del XI Premio Pata Negra Domingo Villar, un galard¨®n con el que han construido, ¡°casi sin querer¡± un canon y que ha premiado, entre otros, a Esther Garc¨ªa Llovet, Alexis Ravelo o Juli¨¢n Ib¨¢?ez. ¡°Tenemos una deuda con Domingo Villar [fallecido en 2022, el autor vigu¨¦s hab¨ªa ganado el premio que ahora lleva su nombre en 2019], un escritor inmenso, un amigo generoso, as¨ª que estamos pensando en darle continuidad de alguna manera¡±, explican. ¡°Desaparece el encuentro pero no la marca¡±, tranquiliza S¨¢nchez Zapatero. Seguir¨¢n de alguna manera, incansables, en una labor ante la que el mism¨ªsimo Phillip Marlowe se quitar¨ªa el sombrero.
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