Ryder Cup: tradici¨®n anglosajona, pasi¨®n espa?ola
Desde que en 1979 se permiti¨® jugar a europeos no brit¨¢nicos, los golfistas espa?oles han sido determinantes en la competici¨®n: Ballesteros la convirti¨® en un evento planetario y competitivo y form¨® junto a Olaz¨¢bal la mejor pareja de la historia.- Sergio Garc¨ªa tiene el mejor bagaje individual, Valderrama fue la primera sede no brit¨¢nica....
El capit¨¢n europeo para la Ryder Cup que se disputa este a?o en Celtic Manor, Gales, es Colin Montgomery, un tipo hosco, de pocos amigos, un golfista de quien nos cuesta encontrar alguien que hable bien, pero que tiene dos puntos a su favor: odia perder y adora la Ryder Cup por encima de cualquier otra cosa. Quiz¨¢s por eso y consciente de su valor hist¨®rico y simb¨®lico, el pasado martes congreg¨® a todo el equipo europeo ante el tel¨¦fono para que hablasen con Severiano Ballesteros, el hombre Ryder por excelencia, el golfista que simboliza el fin del mon¨®logo estadounidense en la competici¨®n y quien supo llevar la pasi¨®n a un evento que mor¨ªa lentamente. "Seve trajo la pasi¨®n" reconoce Monty. "Pasi¨®n por la vida, pasi¨®n por el juego, pasi¨®n por ganar". "Simboliza el golf europeo", sentencia Graeme McDowell, integrante del equipo y campe¨®n del ¨²ltimo US Open, en una breve respuesta a trav¨¦s de Twitter tras hablar con "la leyenda".
Montgomery tiene un gran debe en su carrera, nunca ha ganado un grande, pero coincide con Jack Nicklaus, el mejor golfista de todos los tiempos con 18 majors en su haber, en una cosa: puede haber habido golpes m¨¢s importantes y decisivos, pero ninguno tan extraordinario como la madera tres que Ballesteros se jug¨® desde el b¨²nker en su partido contra Fuzzy Zoeller en Florida en1983. Le vali¨® s¨®lo para conseguir medio punto y Europa perdi¨® (14,5-13,5) pero algo hab¨ªa cambiado gracias a la insolencia e imaginaci¨®n del espa?ol.
Rompiendo la sequ¨ªa
Desde que en 1979 la competici¨®n dej¨® de ser un duelo mano a mano entre EE UU y Reino Unido m¨¢s Irlanda para dar paso a los jugadores europeos del continente, el balance es de 7 ganados para Europa, 7 perdidos y uno empatado. Antes de eso, el balance a favor de EE UU era de 20 a 3, con un empate. En esta vuelta de tuerca a la competici¨®n el golf espa?ol juega un papel esencial y s¨®lo Inglaterra (22) aporta m¨¢s golfistas que Espa?a (10).
En 1985 Europa se impuso en The Belfry (Inglaterra) por primera vez en 28 a?os a EE UU y lo hizo con cuatro espa?oles en el equipo: Manuel Pi?ero, Jos¨¦ Rivero, Jos¨¦ Mar¨ªa Ca?izares y Severiano Ballesteros.
Pero la verdadera historia llegar¨ªa dos a?os despu¨¦s, un 25 de septiembre de 1987, en Muirfield, Ohio. Un jovenc¨ªsimo Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, 21 a?os, dos de profesional, debuta en la Ryder Cup como una de las tres elecciones del capit¨¢n Tony Jacklin y con Severiano Ballesteros como compa?ero. Enfrente, en la ronda de la tarde, Tom Kite y Curtis Strange jaleados por un p¨²blico que nunca hab¨ªa visto perder a EE UU en su territorio y que vivi¨® en la distancia la derrota ante Europa, en 1985. En el primer hoyo, Strange trata de poner nervioso a Olaz¨¢bal acusando a su caddy, Sergio G¨®mez, de estropear la zona pr¨®xima al hoyo. No era cierto, claro, como reconoce G¨®mez en el excelente libro How we won the Ryder Cup, la historia de la competici¨®n contada por los caddies, pero la Ryder es otra historia y todo vale. O casi todo. "No te preocupes", le dijo Ballesteros, antes de asegurarle que ¨¦l la iba a meter desde fuera de green. Y lo hizo. Era Seve.
A partir de ah¨ª se encendieron, Europa gan¨® por primera vez en suelo americano y Muirfield vio nacer la asociaci¨®n m¨¢s exitosa de la historia de la Ryder tal y como asegura, entre otros, Steve Newell en su m¨ªtica A History of Golf y tal y como sentencian las estad¨ªsticas: en 15 partidos juntos han conseguido el doble de puntos (12) que la segunda pareja m¨¢s exitosa, la formada por Nick Faldo e Ian Woosnam.
Valderrama y el infausto 26 de septiembre de 1999
Pero no solo de datos vive la historia espa?ola de la Ryder Cup. En 1997, el empe?o de unos pocos y el carisma de Seve consiguieron que la competici¨®n se jugara por primera vez en Europa fuera de Reino Unido. El lugar elegido fue Valderrama y el capit¨¢n de esa edici¨®n hist¨®rica ser¨ªa un Severiano Ballesteros que llev¨® a los europeos al triunfo por 14,5 a 13,5 con un empuje inusitado y "estando en tres hoyos al mismo tiempo", como recuerda el periodista brit¨¢nico Norman Dabell.
Los espa?oles tambi¨¦n son protagonistas involuntarios de algunos de los momentos m¨¢s desafortunados de la historia de un torneo que se juega al rojo vivo pero donde siempre ha imperado el respeto. O al menos as¨ª era hasta la edici¨®n de 1999 en The Country Club, Massachussets. Olaz¨¢bal se la jugaba en los individuales del domingo ante Justin Leonard. El estadounidense ten¨ªa un putt larg¨ªsimo en el hoyo 17 para garantizarse al menos un empate que le daba la victoria global a EE UU. Contra todo pron¨®stico, el golpe entr¨® y se desat¨® la euforia colectiva, seguida de la invasi¨®n del green por parte de caddies, compa?eros de Leonard con sus esposas y alg¨²n aficionado. Mientras, Olaz¨¢bal miraba at¨®nito y esperaba para ejecutar un golpe que de entrar habr¨ªa mantenido con posibilidades a Europa. No lo hizo.
En esa misma edici¨®n, que siempre se recordar¨¢ por esa invasi¨®n, debutaron Miguel ?ngel Jim¨¦nez y Sergio Garc¨ªa, los jugadores que poco a poco han ido tomando el relevo.
Cuentan que en esa infausta edici¨®n de 1999, el experimentado starter Ivor Robson se equivoc¨® a la hora de anunciar el partido que enfrentaba a Tiger Woods y Furyk contra Montgomery y Padraig Harrington. Poco despu¨¦s, el n¨²mero uno del mundo tir¨® la bola a la izquierda, directa al agua, demostrando que nadie se libra de los nervios de una Ryder. Pero si hay alguien capaz de hacerlo, ese es Jim¨¦nez, un abuelo de 46 a?os en plena forma, que ha ganado tres veces en el circuito este a?o y que se ha clasificado por derecho propio. Ser¨¢ el ¨²nico representante espa?ol.
Garc¨ªa, que se encuentra alejado del golf tras una crisis personal y profesional pero que ir¨¢ como vice capit¨¢n de Montgomery, ha sido esencial en las tres victorias consecutivas de Europa (2002, 2004 y 2006) con un juego decidido y que recupera el mejor esp¨ªritu de la competici¨®n. En 1999, con 19 a?os ocho meses y quince d¨ªas se convirti¨® en el jugador m¨¢s joven en debutar. Su porcentaje de puntos ganados sobre los jugados(75%) es el mejor de la historia dentro del bando europeo. Su r¨¦cord (14 ganados, 4 perdidos y 2 empatados) tiene pocos que le igualen. Su partido en la edici¨®n de 2004 ante Mickelson, en territorio enemigo y en el que remont¨® con tres birdies consecutivos en los hoyos 9,10 y 11 para imponerse por 3&2 en una exhibici¨®n aplaudida por el p¨²blico estadounidense ES son un compendio de lo que significa esta competici¨®n: pasi¨®n y sangre fr¨ªa, decisi¨®n y coraje y muy buen golf.
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