Simon Yates cede el liderato de la Vuelta a Espa?a a Jes¨²s Herrada

Rojo es el pelo de Geniez, que gana la etapa bajo el faro del cabo de Estaca de Bares despu¨¦s de atravesar bosques de eucaliptos de verde intenso y aroma bals¨¢mico que abren los pulmones como rojo es el pelo de De Marchi, el v¨¦neto que hab¨ªa ganado la v¨ªspera, en Luintra, siempre en la Galicia tan verde, y rojo es el maillot de Jes¨²s Herrada, que va en la fuga que con m¨¢s tiempo de ventaja llega a meta en la Vuelta y cambia su maillot rojo Cofidis por el rojo rojo de l¨ªder de la Vuelta.

¡°A ver hasta d¨®nde puedo llegar¡±, dice el hermano peque?o de los Herrada, no muy creedor en sus posibilidades y consciente de que lleva prestada la prenda de l¨ªder. Cuando sali¨® de Mondo?edo, bajo la mirada curiosa de ?lvaro Cunqueiro, de bronce en su banco-mirador, estaba a 5m 45s del l¨ªder indiferente, Simon Yates, y terminado el d¨ªa aventaja en 3m 22s al ingl¨¦s gemelo a quien pesaba el maillot y, adem¨¢s, dice, que no ten¨ªa equipo para defenderlo m¨¢s. ¡°Me met¨ª en la fuga para ganar la etapa. No pude, as¨ª que el maillot rojo es un consuelo¡±.

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Cuatro ciclistas espa?oles iban entre los 18 de la fuga, y Nibali, que se entrena a fondo para el Mundial con ellos. Ninguno de los espa?oles particip¨® en las maniobras finales por la victoria de etapa, los ataques y defensas por los repechos que flanquean la r¨ªa de O Vicedo hasta la punta donde termina Espa?a por el norte. Todos ellos se quedaron atr¨¢s y solo volvieron a ver a Geniez, tres veces ganador de etapa en la Vuelta, y a Van Baarle, su ¨²ltimo rival, pasada la meta, cuando estaban ca¨ªdos en el suelo despu¨¦s de atropellar a un responsable de la organizaci¨®n atrapado entre las vallas en la estrechez de la llegada. Ninguno se rompi¨® nada.

¡°Nac¨ª en Cuenca, cosa que muy pocos pueden decir¡±, proclamaba Jos¨¦ Luis Coll, pareja de Tip, y Jes¨²s Herrada, con m¨¢s raz¨®n a¨²n puede remedar y decir qu¨¦ pocos ciclistas son de Cuenca. Solo otro conquense, Luis Oca?a, de Priego, hab¨ªa sido antes l¨ªder de la Vuelta. Ocurri¨® hace 48 a?os. ¡°Es un honor ser el segundo conquense l¨ªder¡±, dice Herrada, ciclista de magn¨ªfica planta y estilo, dominante en la media monta?a y no mal contrarrelojista, y quiz¨¢s excesivamente cerebral y t¨ªmido, que dej¨® al Movistar para probar fortuna como l¨ªder en el Cofidis, y ver hasta d¨®nde puede llegar. Todos sus compa?eros en el Movistar, con Valverde y Nairo a la cabeza, para quienes tanto ha trabajado, se alegraron de su ¨¦xito, y le felicitaron, y lo propiciaron al permitir que el pelot¨®n de caza, liderado por el Mitchelton, le diera a la fuga siempre un margen de 11 minutos. ¡°Espero ser un referente para los chavales de Cuenca, y que sigan saliendo ciclistas¡±.

Herrada, de 28 a?os, es el quinto l¨ªder que conoce la Vuelta del 18 tras Dennis, Kwiatkowski, Molard y Yates. Y no parece mucho m¨¢s s¨®lido que los que le precedieron. Los grandes est¨¢n a¨²n calentando antes de entrar en escena, aunque por los pasillos de la Vuelta se oye que nada de eso, que se sienten perezosos y que, en el fondo, solo esperan que se vayan cansando los rivales, aunque ya ni tengan la disculpa del calor de horno de los primeros d¨ªas. Y con tal estado de ¨¢nimo, entretenida solo con peque?os juegos crom¨¢ticos y paisajes, la Vuelta, tan poco combatida en las alturas, llega a La Camperona, donde Nairo, hace dos a?os se hizo l¨ªder por segundos de la Vuelta que termin¨® ganando.