Inglaterra ante su gran obsesi¨®n
El XV de la Rosa aspira a vencer por primera vez a los All Blacks en un Mundial. Gales y Sud¨¢frica buscan el otro puesto en la final
El grandilocuente australiano Eddie Jones, el primer for¨¢neo que se hac¨ªa con las riendas de Inglaterra, nunca escondi¨® su epopeya: destronar a los All Blacks por primera vez en los Mundiales. El grueso de la selecci¨®n de la Rosa, apeada en 2015 en la fase de grupos de su Mundial, se ha edificado desde entonces con Nueva Zelanda como espejo a la espera de la hora H de Jap¨®n 2019. Este s¨¢bado (10.00, Movistar Deportes) buscar¨¢n impedir el tercer t¨ªtulo consecutivo de una selecci¨®n que no cae en un Mundial desde 2007 y que busca su tercer t¨ªtulo seguido. En la otra semifinal (domingo, 10.00, Movistar Deportes), Gales, la ¨²nica de las cuatro supervivientes que no ha levantado la copa Webb Ellis, buscar¨¢ su primera final ante Sud¨¢frica, restablecida como superpotencia.
Pese a que la intensa lluvia ha retrasado el ¨²ltimo entrenamiento de Inglaterra, Yokohama citar¨¢ a los finalistas del noveno Mundial. Por primera vez desde 1995, ambos hemisferios se enfrentan cara a cara en las dos semifinales. El norte, que despidi¨® a todas sus selecciones en cuartos en la edici¨®n de 2015, buscar¨¢ su segundo entorchado. No ha habido ninguna final sin una selecci¨®n del sur e Inglaterra, con su t¨ªtulo de 2003, es la ¨²nica norte?a en el palmar¨¦s. Gales, mermada por las bajas, quiere convertirse en la tercera finalista europea ¡ªFrancia lo fue tres veces¡ª en la despedida de su t¨¦cnico. Al frente de los dragones, el neozeland¨¦s Warren Gatland, el m¨¢s longevo del panorama internacional (en el cargo desde 2007) quiere desafiar a las grandes del sur.
Nueva Zelanda recuper¨® su mejor versi¨®n en una media hora inicial portentosa ante Irlanda, una de las mejores defensas del mundo. El seleccionador Steve Hansen, que tambi¨¦n se despide tras el torneo, ha dado con su l¨ªnea trasera. Beauden Barrett, el gran playmaker, se desenvuelve como zaguero, pero en ataque es otro apertura, puesto que ha dejado a Richie Mo¡¯unga, tambi¨¦n pateador. Con ambos, las variantes son infinitas. Adem¨¢s, sus finalizadores, George Bridge y Sevu Reece, esconden su biso?ez y aportan en la retaguardia. La capacidad de convertir la defensa en ataque en un suspiro es algo ¨²nico en los All Blacks.
Controlar el tempo
El reto de Inglaterra empieza por controlar el tempo. La lucha por el ritmo de liberaci¨®n del oval ser¨¢ crucial: los neozelandeses querr¨¢n acelerar cada secuencia y los ingleses necesitan ensuciarla y forzar faltas. Lo definir¨¢ la pugna de la tercera l¨ªnea. Desde el choque entre Kieran Read, el capit¨¢n neozeland¨¦s, y Billy Vunipola, el gran mercanc¨ªas ingl¨¦s, a la lucha por ganar el oval desde la banda. Inglaterra tiene dos bajitos peleones como Underhill y Curry y Nueva Zelanda ha sacrificado el dinamismo de San Came por la envergadura de Scott Barrett, un factor clave en su triunfo (15-16) el a?o pasado en Londres al robar varios saques de touch. Otro reto ingl¨¦s ser¨¢ diluir a un delantero hegem¨®nico como Brodie Retallick.
Jones ha recuperado la dupla de aperturas con George Ford, brillante durante el torneo pero suplente ante Australia por su fragilidad defensiva, y Owen Farrell, el director de orquesta por su precisi¨®n al pie y su gesti¨®n del tempo. La trasera inglesa se ha mirado al espejo neozeland¨¦s, con centros muy potentes como Mani Tuilagi y alas de gran talento como Anthony Watson. O la fiabilidad del zaguero Elliot Daily en el juego a¨¦reo.
Sud¨¢frica ha vivido una transformaci¨®n mete¨®rica desde la llegada de Rassie Erasmus. Dos a?os despu¨¦s de su sonrojante derrota ante los All Blacks (57-0), los Springboks presumen de una delantera demoledora y de savia nueva en la trasera como el potente Makazole Mapimpi, que va a ensayo por partido. El medio-mel¨¦ Faf de Klerk marca el ritmo de una selecci¨®n que angustia sin el oval. Lo vivi¨® Nueva Zelanda, enjaulada en el tramo inicial de su duelo inaugural.
Gales ha expandido en los ¨²ltimos a?os su juego, que se quedaba corto m¨¢s all¨¢ del Seis Naciones, para tutear a los grandes equipos del sur. Cayeron contra Sud¨¢frica en cuartos de final del Mundial de 2015 (23-19) por un ensayo postrero; desde entonces, han ganado sus cuatro partidos ante los Springboks ¡ªtres en Cardiff y uno en Washington¡ª y vencieron a Australia en la fase de grupos. Las bajas del tercera l¨ªnea Josh Navidi y de Liam Williams, uno de los mejores zagueros del mundo, son una merma importante para un XV del Drag¨®n que las pas¨® canutas ante una Francia superior mientras jug¨® con igualdad num¨¦rica.
Se presume un duelo con dos batallas: la f¨ªsica y la del juego a¨¦reo. El aguante de la delantera galesa ser¨¢ crucial, as¨ª como la precisi¨®n sudafricana para embolsar las patadas envenenadas de Gareth Davies y Dan Biggar. En dos selecciones sin aversi¨®n a tirar a palos en cualquier circunstancia, las reputadas botas de Biggar y de Handr¨¦ Pollard garantizan un festival para castigar las indisciplinas. El que menos faltas cometa tendr¨¢ mucho ganado.
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