?Rafael un extenista? De eso nada...
Hace a?os hab¨ªa un grupo de agoreros que le vaticinaban a mi sobrino una carrera m¨¢s bien corta. Ahora creo que puedo dar por zanjadas aquellas conversaciones con la alegr¨ªa de ver que se equivocaron
Har¨¢ unos diez a?os, m¨¢s o menos, que un periodista lleg¨® a referirse a Rafael como ¡°extenista¡±, por supuesto, sin que ¨¦l hubiera anunciado su retirada ni nada parecido. Simplemente estaba de baja por lesi¨®n. Pero es que en aquella ¨¦poca hab¨ªa un grupo de agoreros que le vaticinaban a mi sobrino una carrera ten¨ªstica m¨¢s bien corta. Cuando alg¨²n periodista me preguntaba al respecto, recuerdo que siempre le contestaba de la misma manera: ¡°Espero que se equivoquen. Vamos a ver qu¨¦ pasa¡±.
Si bien este Masters ha dejado a Rafael y a su equipo con un sabor algo agridulce por no haber podido clasificarse para las semifinales, la valoraci¨®n general del a?o y recibir de la mano del presidente de la ATP, Chris Kermode, el trofeo que lo reconoce como n¨²mero uno de la clasificaci¨®n mundial al acabar el curso, el m¨¢s viejo de la historia de este deporte, es motivo suficiente de satisfacci¨®n.
Fue una l¨¢stima ese primer partido contra Alexander Zverev, en el que no encontr¨® la confianza suficiente para afrontar el encuentro. En otras ocasiones, Rafael se ha incorporado a torneos importantes, incluidos alg¨²n Grand Slam, justo despu¨¦s de una lesi¨®n y ha demostrado una capacidad asombrosa de recuperar en pocos d¨ªas su nivel m¨¢s competitivo y cerrar, incluso, con victoria final. Pero, claro, a diferencia de lo que pasa en el torneo de Londres, en las primeras rondas de las otras competiciones, se encontraba con jugadores peor situados en el ranking.
Yo creo que, a lo largo de toda la semana, Rafael ha demostrado y mantenido el esp¨ªritu de lucha que le ha caracterizado todos estos a?os. La remontada espectacular del segundo partido contra Daniil Medvedev, e incluso el partido contra Tsitsipas, en el que fue capaz de sacarse de la manga golpes muy dif¨ªciles en los momentos m¨¢s tensos y complicados del encuentro, con un nivel que no hizo sino ir en aumento, dejan m¨¢s espacio para el contento que para el lamento.
Escribo estas l¨ªneas a falta de que se disputen las semifinales y la final de este torneo, pero podemos decir ya que la edici¨®n de este a?o nos est¨¢ brindando no solo un broche de alt¨ªsimo nivel, sino tambi¨¦n la oportunidad de ver de manera consolidada como el pasado, el presente y el futuro del tenis ya se miran a los ojos de t¨² a t¨².
La ya mencionada remontada de Rafael contra Medvedev. El impresionante partido de Dominic Thiem contra Novak Djokovic. El esperado partido del serbio contra Roger Federer, quien fue capaz, una vez m¨¢s a sus 38 a?os, de demostrar una ejecuci¨®n dif¨ªcil de alcanzar tanto por belleza como por contundencia y que, de alguna manera, le desquitar¨ªa de su dolorosa derrota en la ¨²ltima final de Wimbledon. La estabilidad, seriedad y, sobre todo, gran nivel ten¨ªstico de los j¨®venes jugadores que nos est¨¢n haciendo disfrutar estos d¨ªas. Todo ello deja al aficionado con el buen sabor de un a?o que ha dejado no pocas emociones y, por supuesto, con las expectativas muy altas para el curso que viene.
Yo, por mi parte, creo que puedo dar por zanjadas aquellas conversaciones de hace unos diez a?os con la alegr¨ªa de ver que todos los agoreros se equivocaron. Es m¨¢s, y espero no estar desacertado yo ahora, sin arriesgarme a otorgarle ciertos ¨¦xitos a mi sobrino, adivino unas temporadas m¨¢s de esa misma lucha, entrega y esp¨ªritu de superaci¨®n.
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