Victoria de Bastianini en Francia o c¨®mo un desconocido se ha convertido en el tipo con m¨¢s victorias en MotoGP
El piloto italiano del equipo Gresini, ganador en Le Mans con una moto de 2021, es el ¨²nico que ha repetido triunfo esta temporada: suma tres en siete grandes premios
Luce el sol en Rimini. No es novedad. El paseo est¨¢ vivo, las helader¨ªas advierten de que el verano est¨¢ a la vuelta de la esquina y las tumbonas de la playa empiezan a llenarse. A la hora de comer, la fritura mixta hace las delicias de los turistas mientras los locales vibran con un chaval del pueblo. Cuando llegan los postres y el ristretto a la mesa, Enea Bastianini, 24 a?os, aro de plata en el l¨®bulo izquierdo, el mismo aro de plata que hace a?os populariz¨® el ya retirado Valentino Rossi, sube a lo alto del podio. Ha ganado. Otra vez. Y se ha quedado con el personal. Otra vez.
No es que el chico est¨¦ infravalorado en el paddock, pero siempre fue un outsider, uno de los pocos pilotos italianos que nunca estuvo en el radar de Rossi, ni se form¨® en su escuela de pilotos; no cen¨® pizza con el ¨ªdolo ni tuvo la suerte, como otros, de escuchar sus consejos. Y eso que naci¨® bien cerca del pueblo del mito, en la llamada playa de Tavullia. Siempre fue por libre la Bestia. Y eso le otorga un aura especial entre los pasillos de los circuitos, poblados de tipos y tipas que a los que nunca les regalaron nada. Gente corriente viviendo una vida especial.
As¨ª es el Mundial y as¨ª es Bastianini, el chaval que le ha devuelto la sonrisa a Nadia Padovani, viuda de Fausto Gresini y ahora due?a del equipo que su marido dej¨® hu¨¦rfano por culpa de la covid. Le ha sobrado arrojo a Padovani para tomar decisiones y guiar a un equipo que est¨¢ de enhorabuena. Su piloto, para sorpresa de la mayor¨ªa, no es solo el ¨²nico de la parrilla de MotoGP que ha repetido victoria en estos siete grandes premios que llevamos de temporada, sino que ya acumula tres triunfos. Tres carreras competidas con inteligencia y delicadeza al manillar de una Ducati del 2021; tres carreras ganadas contra pron¨®stico.
Como en Qatar, la primera cita del a?o, donde nunca se buscan demasiadas explicaciones a los resultados, consciente como es el personal de que todos, piloto y f¨¢bricas, se est¨¢n situando todav¨ªa, como en Austin, donde ya empez¨® a convencer a los hasta entonces incr¨¦dulos, Bastianini corri¨® en Francia con la cabeza y un golpe de mu?eca tan fino como lo son sus movimientos encima de la Desmosedici. Ya no es la italiana aquella moto ruda e indomable, tan potente como pesada en los cambios de direcci¨®n. A manos del de Rimini ofrece, adem¨¢s, un pilotaje elegante y constante. Que le permite competir calculando el espacio y el tiempo a la perfecci¨®n.
Tras una magn¨ªfica salida que le llev¨® de la quinta posici¨®n en parrilla a la segunda, tan pegado al col¨ªn de la Ducati de Jack Miller como cerca estaba de su moto Pecco Bagnaia, con la otra Desmosedici oficial, el italiano rod¨® toda la carrera pendiente de esas dos GP22, en teor¨ªa superiores t¨¦cnicamente a la suya.
Cuando se cay¨® Alex Rins tras salirse de la trazada en la segunda vuelta, recuper¨® la posici¨®n que le hab¨ªa arrebatado el espa?ol. Y persigui¨® con denuedo a las dos balas rojas. Logr¨® dar caza a Miller a las diez vueltas. Y se puso a la sombra de Bagnaia. Liviano, efectivo su pilotaje, bellos sus cambios de direcci¨®n como pocas veces lo han sido con una Ducati, Enea atac¨® a Bagnaia en plena chicane a siete giros del final. El de Tur¨ªn le devolvi¨® el adelantamiento en la siguiente curva. Tan pegados andaban, tanta presi¨®n sent¨ªa Pecco, que se col¨® en Garage Verd, uno de los virajes m¨¢s m¨ªticos del trazado de las 24 horas de resistencia; aprovech¨® el fallo la moto azul celeste del 23, el tipo al que ahora ya s¨ª, por fin, todos ven con otros ojos; y acab¨®, con su presi¨®n, provocando otro error de Bagnaia. Este fue definitivo. Se fue al suelo apenas un minuto despu¨¦s de perder la primera plaza, entre las curvas 13 y 14, una zona lenta, enga?osa, en la que uno aspira a recortar unas d¨¦cimas de segundo; en la que a veces, esa ansiedad, se paga cara: y en el intento por no perder de vista a Bastianini, Pecco puso punto final a su GP de Francia.
La lucha hab¨ªa sido maravillosa. Como lo fue, unos metros por detr¨¢s, la pelea, primero por la sexta plaza, entre Quartararo, M¨¢rquez y Zarco; despu¨¦s entre el franc¨¦s y Aleix Espargar¨® por la tercera. El chico de Niza, campe¨®n del mundo y l¨ªder del campeonato, nunca se hab¨ªa sentido profeta en su tierra. Nunca hasta este domingo en que las gradas de Le Mans, 110.003 espectadores este domingo, se llenaron hasta arriba para convertir el gran premio en el evento del a?o con m¨¢s espectadores en Francia. El empuje de su p¨²blico le sirvi¨® al de Yamaha para remontar y resistir. No fue suficiente, sin embargo, para acabar en el podio. No hay piloto m¨¢s duro ni con la moral m¨¢s en forma estos d¨ªas que el mayor de los hermanos Espargar¨®: seco y fuerte, convencido y feliz con la mejor Aprilia que se ha visto en a?os, quiz¨¢ la mejor Aprilia de siempre. Para ¨¦l fue el tercer puesto. Y para el resiliente Miller, con sus dudas y su pelea porque se le reconozca en los despachos lo que se gana en la pista, fue el segundo.
Otro franc¨¦s, Zarco, acab¨® quinto delante de su p¨²blico. Y M¨¢rquez, la gran figura del cartel de MotoGP, lastrada por dos a?os terribles de lesiones, operaciones, reca¨ªdas e incertidumbre, termin¨® sexto. Fue, sin embargo, mucho m¨¢s entretenido verle competir de lo que dice el resultado: adelantamientos m¨²ltiples, toques, atrevimiento. Quiz¨¢ con el tiempo los adelantamientos le valgan para subir al podio. De momento, solo les sirven a los espectadores y a los nost¨¢lgicos.
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