S¨ª, se puede ser feliz por una clasificaci¨®n a octavos de final
Hoy quiero dejar en claro que el f¨²tbol es un manual de ense?anzas y este triunfo contra Polonia nos permite que anotemos algunas
Vos no te vas a acordar de lo que est¨¢ pasando ahora, Gino, hijo m¨ªo, pero mientras dorm¨ªs y sufr¨ªs por los gases que presionan tu pancita y te molestan, Argentina acaba de clasificarse a los octavos de final de esta Copa del Mundo despu¨¦s de ganarle a Polonia y de habernos dejado algunas ense?anzas que me gustar¨ªa compartirte. Ya lo s¨¦: vos ten¨¦s un mes y 10 d¨ªas de vida y te da lo mismo. Lo noto cuando en casa puteamos a los gritos y tu sue?o no se altera o cuando llor¨¢s por los benditos c¨®licos que nos hacen sufrir a todos por estos d¨ªas. No te preocupes, es una etapa y se supera, as¨ª como esta selecci¨®n pas¨® el primer traspi¨¦ con Arabia para ir de menos a m¨¢s y esta tarde finalmente sentirse c¨®modo con su juego. Ya te va a pasar, vas a ver. El f¨²tbol, Gino, es nuestra excusa para ser felices: el min¨²sculo espacio que elegimos para recluirnos a sentir, a coraz¨®n abierto, en un mundo que a veces, la mayor¨ªa de las veces, te obliga a guardar emociones. Ah¨ª, en este huequito con pelota, por televisi¨®n o en la cancha, jugando o mirando, logramos sonre¨ªr incluso cuando todo tira para abajo.
No te vas a acordar de este d¨ªa, hijo m¨ªo, pero Argentina gan¨® con el f¨²tbol que nos gusta. Con un equipo protagonista, que eligi¨® la manera de circular la pelota y la forma de lastimar al rival. Que no especul¨®. Que fue al frente y busc¨® en su caja de herramientas, con paciencia y cuando el rival se cerraba, las mejores opciones para llegar al gol. Lecci¨®n, entonces, hijo: no hay que desesperarse cuando la presi¨®n aprieta. Se puede buscar el disfrute y tenerlo como br¨²jula cuando el camino se traba.
Ya s¨¦, ya s¨¦, todav¨ªa no comprend¨¦s lo que se siente, pero se parece un poco a esto que suena ahora en tus o¨ªdos. Al lamento por el penal errado por Messi, Gino, porque errar un penal es uno de los dolores m¨¢s profundos de la vida futbolera. Es un instante en el que uno camina por un abismo que, con la carga de dramatismo del f¨²tbol profesional, tiene dos destinos: el cielo o el infierno, sin escalas. Puede ser que Messi, por el peso de su propio nombre, se salve de caer en el subsuelo ante la falla y hoy, justo hoy, el resultado final del partido har¨¢ que pronto la atajada de Szcz?sny quede como un ingrato recuerdo. Tranquilo, hijo, tranquilo. No te preocupes, Gino, mam¨¢ ya te contar¨¢ a Messi como corresponde.
Pero hoy quiero dejarte en claro que el f¨²tbol es un manual de ense?anzas y este triunfo contra Polonia nos permite que anotemos algunas. Los goles son un ejemplo concreto. Alexis Mac Allister y Juli¨¢n ?lvarez, esos que no viste, pero empujaron la pelota para que grit¨¢ramos en casa, son parte de la nueva camada de la selecci¨®n. La sangre joven de un equipo que tiene como pilares a los m¨¢s veteranos, como Messi, como Di Mar¨ªa, como Otamendi. Vas a escuchar a personas que critiquen a la juventud con el argumento de que todo tiempo pasado fue mejor. Y mir¨¢ hoy, este juego en el estadio 974 de Qatar, como argumento para contestar, siempre, que ma?ana es mejor, que bienvenido, por caso, a esta camiseta celeste y blanca, a Enzo Fern¨¢ndez y a estos pibes que juegan su primer Mundial, adentro y afuera de la l¨ªnea de cal.
Bienvenido tambi¨¦n este cuerpo t¨¦cnico que le pone el cuerpo a eso, a lo que la mayor¨ªa le teme en este juego con pelota al pie: afrontar riesgos. Esc¨²chalo, hijo, esc¨²chalo a Scaloni cuando dice que es dif¨ªcil hacerle entender a la gente que ma?ana sale el sol, ganes o pierdas. Pr¨¦stale atenci¨®n cuando frente a los periodistas del mundo se?ala que lo importante es c¨®mo hiciste las cosas o si intentaste hacerlas lo mejor posible. Qu¨¦date con la entrega de Acu?a, el car¨¢cter de Dibu Mart¨ªnez y su seguridad al poder contarle al mundo que trabaja con un psic¨®logo porque, ya lo sabemos, todos tenemos un poco de miedo. Qu¨¦date con la emoci¨®n y la esperanza que Messi emana cada vez que toca una pelota, porque vivir es jugar, y qu¨¦ lindo es seguir jugando. Qu¨¦date con la certeza de que el coraz¨®n va siempre adelante, como te muestra De Paul en cada partido.
Y acordate que hay que endurecerse, s¨ª, pero sin perder la ternura, como te ense?¨® Pablo Aimar por estos d¨ªas, exhibiendo l¨¢grimas en pleno juego, despu¨¦s de la muerte de su mam¨¢ y con la adrenalina a flor de piel. Se puede ser sensible, hijo, que no te convenzan de lo contrario.
Por eso, vos hac¨¦ lo que quieras. Dorm¨ª tranquilo cada vez que juega Argentina y disfrut¨¢ despu¨¦s esta sonrisa que tenemos en casa. Sab¨¦ que se puede ser feliz por una clasificaci¨®n a octavos de final. ?Por qu¨¦? Porque nos garantiza vivir con ilusi¨®n por un pu?ado m¨¢s de d¨ªas. Con todo lo que eso implica.
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