El mundo ¨¢rabe y ?frica vibran con la gesta de Marruecos
Los Leones del Atlas ilusionan y encarnan los sue?os de millones de aficionados del Magreb, Oriente Pr¨®ximo y el continente africano, tras derrotar a grandes selecciones europeas antes de enfrentarse a Francia en semifinales
El s¨¢bado, cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final del Portugal-Marruecos, parec¨ªa que no fuese un pa¨ªs, sino todo el mundo ¨¢rabe y el continente africano, los que acababan de clasificarse para semifinales del Mundial de Qatar. Desde Gaza a Costa de Marfil, pasando por Irak, T¨²nez, Senegal o Egipto, se sucedieron las celebraciones en las calles, con banderas marroqu¨ªes, c¨¢nticos y reparto de dulces. En la ciudad palestina de Bel¨¦n, donde un cartel luminoso en un cruce mostraba la bandera marroqu¨ª con la frase ¡°S¨ª se puede¡±, los conductores hicieron sonar los cl¨¢xones sin descanso en cuanto los Leones del Atlas se convirtieron en el primer combinado ¨¢rabe y africano de la historia en llegar tan lejos en la competici¨®n, m¨¢s a¨²n dejando en el camino a dos selecciones a priori favoritas: Espa?a ¨Dcon el a?adido simb¨®lico de que esta ejerci¨® un protectorado sobre parte de Marruecos entre 1912 y 1956, a?o de la independencia¨D y Portugal.
Solo las mujeres y los ni?os presenciaban las actuaciones con motivo de la Navidad en una plaza de Beit Sahur, una localidad cristiana cerca de Bel¨¦n, cuando Marruecos disputaba los cuartos. Mientras, los hombres viv¨ªan el partido en las cafeter¨ªas como si jugase la propia selecci¨®n palestina, ausente de Qatar. En la israel¨ª Yaffa, hist¨®rica localidad de mayor¨ªa ¨¢rabe hoy integrada en Tel Aviv, los coches pasaban con banderas de un pa¨ªs del que la separan 4.000 kil¨®metros. Ya la victoria ante Espa?a fue celebrada por miles de personas en las ciudades cisjordanas de Ramala y Nablus bailando y coreando el nombre de Marruecos.
Poco importa estos d¨ªas que Rabat se convirtiese, hace exactamente dos a?os, en uno de los escasos pa¨ªses ¨¢rabes en reconocer al Estado de Israel, una decisi¨®n impopular. O la rivalidad que mantiene con la vecina Argel, o las de Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes Unidos con la anfitriona Qatar. Estos d¨ªas pesa m¨¢s la identidad com¨²n ¨Dque remite a los tiempos del panarabismo¨D, el pasado compartido bajo colonizaci¨®n europea y, en general, la sensaci¨®n de que uno de los parias futbol¨ªsticos del planeta est¨¢ haciendo historia ante las grandes potencias. El mi¨¦rcoles es, para m¨¢s inri, el turno de la antigua metr¨®poli, Francia.
El propio combinado marroqu¨ª abona esta narrativa. ¡°Nos llegan las buenas vibraciones y la energ¨ªa que nos env¨ªan ¨¢rabes y africanos. Todos est¨¢n ahora con nosotros¡±, se felicitaba su entrenador, Walid Regragui, despu¨¦s de haber derrotado a B¨¦lgica, Espa?a y Portugal, tres de las selecciones a priori m¨¢s s¨®lidas. ¡°?Por qu¨¦ no habr¨ªamos de so?ar? Si no sue?as, no conseguir¨¢s nunca nada¡±, reflexionaba en voz alta. Los triunfos encadenados de los Leones del Atlas parecen venir de la misma materia con la que est¨¢n hechos los sue?os, seg¨²n el propio Regragui: ¡°Si pones coraz¨®n, determinaci¨®n y humildad puedes forjar tu propia fortuna¡±.
Nacido y educado en Francia, el seleccionador ha sabido dise?ar una formaci¨®n en la que tambi¨¦n 14 de sus 26 jugadores han nacido en el extranjero, en la di¨¢spora marroqu¨ª. El mensaje de preferir la camiseta nacional de los padres y abuelos, en lugar de la de los pa¨ªses de nacimiento o arraigo, ha calado tambi¨¦n en ?frica y el mundo ¨¢rabe ¨Dfan¨¢ticos bienintencionados del f¨²tbol¨D, a quienes Marruecos ha ofrecido por primera vez el orgullo de codearse con los mejores en semifinales.
J¨²bilo
Las celebraciones en Marruecos no han tenido fin. Las tardes y noches de j¨²bilo popular que ya se han vivido en las calles ¡°pasar¨¢n a los anales¡±, como ha destacado el escritor Tahar Ben Jelloun, el novelista marroqu¨ª contempor¨¢neo con mayor proyecci¨®n internacional. No solo lo han celebrado los grupos de hinchas m¨¢s j¨®venes, aut¨¦nticas barras bravas que convierten los estadios de Rabat y Casablanca en ollas a m¨¢xima presi¨®n. Tambi¨¦n se han echado a la calle familias enteras, las abuelas con sus nietos y numerosas muchachas que reivindicaban el derecho a expresar por su cuenta una alegr¨ªa desbordante.
Pero tambi¨¦n en el resto del Magreb han seguido absortos por televisi¨®n la imparable progresi¨®n de Marruecos en Qatar. Como en T¨²nez, que qued¨® apeado en la primera ronda pese a haber derrotado a la selecci¨®n francesa, y hasta en Argelia, excluida del Mundial y principal rival ¨Dno solo futbol¨ªstico¨D en la regi¨®n. En su desaf¨ªo a Les Bleus, los Leones del Atlas esperan contar con el respaldo de la afici¨®n magreb¨ª, con la que comparten la memoria de la dominaci¨®n colonial francesa.
El Gobierno de Argel, que rompi¨® el a?o pasado relaciones diplom¨¢ticas con Rabat, entre otras razones por su posici¨®n tradicional en el conflicto del S¨¢hara Occidental y su alianza con Israel, ha guardado silencio oficial ante los ¨¦xitos del pa¨ªs vecino. La televisi¨®n estatal ha informado con discreci¨®n de las victorias marroqu¨ªes, pero la principal p¨¢gina web deportiva argelina ¨DDZfoot, seguida por m¨¢s de un mill¨®n de aficionados¨D fue mucho m¨¢s elocuente tras el pase a semifinales: ¡°Heroico. Hist¨®rico. Mabruk (felicidades, en ¨¢rabe)¡±.
Marruecos se ha ganado en el terreno de juego el coraz¨®n de ¨¢rabes y africanos. Era el equipo de f¨²tbol de una sola naci¨®n, en ocasiones enemistada por la geopol¨ªtica con vecinos y aliados, pero ahora es tambi¨¦n el favorito de cientos de millones de aficionados para quienes encarna el sue?o de la gloria deportiva. Tras la eliminaci¨®n de Espa?a en octavos, la reina de Jordania, Rania, public¨® un tuit cuya parte en ¨¢rabe (¡°Enhorabuenaaaaaa a los Leones del Atlas, nos hab¨¦is hecho felices¡±) enfatizaba el sentimiento compartido, a diferencia de la escrita en ingl¨¦s: ¡°?Guau, Marruecos! Lo hab¨¦is hecho otra vez¡±. En la vecina L¨ªbano, inmersa desde 2019 en una dura crisis econ¨®mica, siguen sus partidos en el m¨®vil o en cafeter¨ªas, porque el internet se cae y la televisi¨®n p¨²blica no ha podido comprar los derechos de retransmisi¨®n a causa de la elevada deuda p¨²blica estatal.
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— Rania Al Abdullah (@QueenRania) December 6, 2022
Wow #Morocco! You did it again#????_??????
No es solo el Magreb u Oriente Pr¨®ximo. De Dakar a Lagos y de Johanesburgo a Uagadug¨², toda ?frica celebra la gesta. Las selecciones del continente nunca hab¨ªan superado los cuartos, a los que lleg¨® Camer¨²n, en 1990, Senegal, en 2002, y Ghana, en 2010. Tras la victoria ante Portugal, decenas de j¨®venes saltaban de alegr¨ªa en Dakar en medio de la plaza de la Independencia. Los automovilistas hac¨ªan sonar sus cl¨¢xones al pasar a toda velocidad por la Cornisa Oeste, mientras los transe¨²ntes los saludaban con el pu?o en alto. ¡°Estamos todos con ellos, en este momento llevan la bandera y el orgullo de todo un continente¡±, aseguraba un joven estudiante senegal¨¦s, Adama Diop, tras ver el partido. Ese significado especial se acrecienta a¨²n m¨¢s ahora porque Francia, el ¨²ltimo escollo hacia la final, es la antigua metr¨®poli colonial de buena parte de ?frica. ¡°Si los Leones derrotan a Mbapp¨¦ y compa?¨ªa, la fiesta va a ser total¡±, resum¨ªa.
¡°Todo el continente os apoya¡±, tuite¨® uno de los jugadores africanos m¨¢s populares, el camerun¨¦s Samuel Eto¡¯o, ex del Barcelona. Otra de las estrellas del continente, Didier Drogba, el delantero marfile?o que jug¨® en el Chelsea, mand¨® un mensaje al seleccionador marroqu¨ª: ¡°Hermano, estoy muy contento por ti¡±. Fuera del ¨¢mbito deportivo, Macky Sall, presidente de Senegal y de la Uni¨®n Africana, escribi¨® en su perfil de Twitter: ¡°?Hist¨®rico! ?Y fant¨¢stico! Los Leones del Atlas est¨¢n clasificados para semifinales de la Copa del Mundo! ?Bravo por Marruecos!¡±.
Las relaciones pol¨ªticas entre Marruecos y el resto del continente no han sido siempre f¨¢ciles, pero el incremento de la inversi¨®n del reino alauita en la regi¨®n subsahariana, la mejora de las relaciones bilaterales con muchos pa¨ªses, la presencia de una considerable di¨¢spora en varias capitales y su regreso a la Uni¨®n Africana en 2017 han recolocado a Rabat en una posici¨®n m¨¢s central de la vida del continente.
Un fen¨®meno signo de los tiempos
James M. Dorsey, experto en fútbol en Oriente Próximo y el norte de África, contextualiza el fenómeno en dos elementos. El primero es un cierto desquite de una “parte del mundo que ha pasado la última década a la defensiva a causa del terrorismo, la violencia política y la islamofobia”. El segundo es que se produce en un contexto de viraje de las relaciones internacionales de la unipolaridad a la multipolaridad, con la consiguiente pérdida de peso de Occidente. “En cierto modo, las victorias de Marruecos están siendo percibidas en ese marco”, asegura.
Dorsey aclara, no obstante, que la experiencia histórica no lleva a pensar que la proeza marroquí “vaya a tener consecuencias reales prácticas” más allá de lo futbolístico. Y pone dos ejemplos: el partido entre soldados británicos y alemanes durante la famosa tregua de Navidad de 1914, al comienzo de la I Guerra Mundial, y la victoria de Irak en la Copa Asia en 2007, un año en el que estaba particularmente sumido en atentados y enfrentamientos sectarios. Ni la primera impidió millones de muertos y cuatro años más de conflicto, ni la segunda ¨Dcelebrada al unísono por kurdos, suníes y chiíes¨D frenó el derramamiento de sangre. “Suele decirse que el fútbol, y el deporte en general, es un puente, pero solo lo es cuando se quiere usar como tal”, resume Dorsey, investigador sénior de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de la Universidad Tecnológica Nayang de Singapur y director del blog The Turbulent World of Middle East Soccer (El turbulento mundo del fútbol de Oriente Próximo).
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