Alfonso revive el ¨¦pico gol de Maceda
Un tanto ag¨®nico ante Alemania ya clasific¨® a Espa?a en la Eurocopa 84, donde lleg¨® a la final
Espa?a se emul¨® a s¨ª misma con su ag¨®nica victoria frente a Yugoslavia. La angustia de una eliminaci¨®n segura, la certeza de que el partido acababa sentenciando a Espa?a sin remedio, el dramatismo de una remontada que parec¨ªa imposible, el insospechado e imparable remate de Alfonso, el gol, la explosi¨®n de euforia de los jugadores, del banquillo, de los aficionados... Todo es parte de una historia conocida.Sobre el c¨¦sped del Jan Brey-del de Brujas, Espa?a viaj¨® ayer en el tiempo. 16 a?os y un d¨ªa atr¨¢s, exactamente. La selecci¨®n record¨® su historia y vol¨® hacia otra fecha m¨ªtica: el 20 de junio de 1984. En un solo instante, la Eurocopa 2000 era la Eurocopa 84, el Jan Breydel de Brujas se convirti¨® en el Parque de los Pr¨ªncipes de Par¨ªs, Yugoslavia vest¨ªa como Alemania, el 3-3 sab¨ªa a 0-0 y Alfonso se transformaba en Maceda.
Despu¨¦s de dos decepcionantes empates a uno frente a Portugal y Rumania, Espa?a se jugaba en el ¨²ltimo partido de la primera fase el seguir adelante en la competici¨®n. Pero enfrente estaba Alemania, que era la primera del grupo con tres puntos tras haber ganado a Rumania y empatado con Portugal, y a la que nunca hab¨ªa derrotado antes en competici¨®n oficial. Faltando diez minutos para el final, Portugal se adelant¨® a Rumania en el otro encuentro del grupo. La situaci¨®n se agravaba para Espa?a. S¨®lo serv¨ªa el triunfo. La misma angustia que ayer recorri¨® a los jugadores espa?oles. Camacho, ahora seleccionador, entre ellos.
Tambi¨¦n como ayer, en el ¨²ltimo instante la selecci¨®n ahuyent¨® el fantasma de la eliminaci¨®n. Si ayer fue Urzaiz, de cabeza, el que sirvi¨® la pelota a Alfonso, en Par¨ªs fue Se?or el que, con un centro desde la derecha, puso el bal¨®n en la cabeza de Maceda. El central del Sporting, solo dentro del ¨¢rea alemana, conect¨® un testarazo inapelable que se col¨® en las redes de la porter¨ªa defendida por Schumacher. Era el minuto 89, era el 1-0, era la clasificaci¨®n de Espa?a para semifinales (en aquella Eurocopa no hab¨ªa cuartos de final). Fue, como ayer, la apoteosis.
El ag¨®nico triunfo transform¨® a Espa?a. V¨ªctima de un ben¨¦fico exorcismo, la selecci¨®n arrech¨®. Elimin¨® a Dinamarca en los penaltis en semifinales y lleg¨® a la final contra Francia, la anfitriona. Lo que ocurri¨® despu¨¦s tambi¨¦n es historia conocida. Un incomprensible error de Arconada sentenci¨® a Espa?a, que a pesar de un gran partido perdi¨® por 2-0.
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